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El aeropuerto de Granada ha sido destino de ida y vuelta. / GONZÁLEZ MOLERO
La crisis reduce a la mitad los destinos internacionales del aeropuerto de Granada
GRANADA

La crisis reduce a la mitad los destinos internacionales del aeropuerto de Granada

Ryanair, la primera en llegar, se convierte en la única compañía que mantiene vuelos tras la fuga de la competencia: Monarch, Transavia y Vueling Los destinos a Madrid y Barcelona vuelven casi en exclusiva a manos de Iberia tras la salida de Vueling y la suspensión del vuelo a la capital española

JAVIER F. BARRERA

Sábado, 16 de agosto 2008, 04:07

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¿¿¿Prrrrrrrroooommmmmmm!!!!!. ¿¿¿¿¿Brruuummmm!!!! Así sonaban los motores del primer vuelo internacional que un 24 de marzo del año 2000 despegaba desde Granada hacia Marraquesh en línea regular para convertir el obsoleto aeródromo de Chauchina en un moderno y, por supuesto, internacional aeropuerto del siglo XXI.

Un par de años antes, y gracias al Mundial de Esquí de 1996, la infraestructura fue remodelada para que los esquiadores encabezados por el mítico campeón italiano Tomba no pensaran que en vez de en Granada habían aterrizado en algún lugar perdido de África, como desgraciadamente afirmó el deportista transalpino (luego, con la medalla en el cuello, se disculpó).

La iniciativa, recibida con solemnidad, pasó a mejor vida al igual que la carrera de su impulsor político, el entonces presidente de la Diputación de Granada, José Rodríguez Tabasco.

¿¿¿Prrrrrrrroommmmmmm!!!!!. ¿¿¿¿¿Brruuummmm!!!! Vuelven a sonar los motores de un destino internacional. Han tenido que pasar cinco años para que, por segunda vez, un vuelo regular internacional despegue del aeropuerto de Granada.

El destino cambia de Marraquesh a Londres y corre el 7 de febrero de 2005. El político que sonríe para la fotografía es otra vez el presidente de la Diputación de Granada. Como el anterior, también es socialista. Se llama Antonio Martínez Caler.

Panorama sensacional

Al igual que la carrera del político impulsor de esta iniciativa, los destinos internacionales desde el aeropuerto de Granada se han mantenido. Tres años y medio después, Granada ha cuatriplicado sus vuelos, tanto nacionales como internacionales, y este tráfico de pasajeros ha ayudado a sostener altas cotas de turistas, una de las principales fuentes de ingresos para la provincia.

El ahora llamado Aeropuerto Internacional Federico García Lorca Granada-Jaén se ha convertido durante los tres últimos años en un valor seguro. En la cima del éxito de este proyecto han operado una docena de compañías aéreas entre las regulares, las filiales y las de 'low-cost' (bajo coste) que han mantenido operativos una docena de destinos nacionales (Madrid, Barcelona, Melilla, las Islas Canarias y las Baleares) y hasta ocho destinos internacionales (Londres, Liverpool, Nottingham, Frankfurt, Milán, París y Roma).

Una lástima, pero este sensacional panorama, con la llegada de la crisis de 2008 ha desbaratado la carrera ascendente del aeropuerto granadino. La crisis tiene tres aristas que seccionan en estos momentos el futuro de los vuelos baratos.

Por un lado, desciende la propia demanda, la generadora de oferta en primer término. En una coyuntura económica en que la población está inmersa en el pago de las hipotecas, no planea viajar ni a Roma ni a Londres, conviene un político implicado en la gestión de los convenios con las compañías.

Además de este aspecto coyuntural, de vacas flacas, coexiste un dato estructural: los precios del petróleo, del combustible que permite volar a los aviones. La presente ecuación se despeja con sencillez, aunque al final aparezca el verdadero problema.

Las compañías de vuelos baratos funcionan bien en tiempos de vacas gordas, con una demanda amplia con gente con dinero fresco en los bolsillos y precios bajos del petróleo.

Ahora, con estos dos aspectos fundamentales en el lado oscuro del negocio, la ecuación, en vez de despejada, se encuentra envuelta en espesas tinieblas.

Hay más. Los acuerdos institucionales, que en el caso corriente de Granada se encuentran en crisis desde que el Ayuntamiento de Granada anunció el 1 de diciembre de 2007 su salida del convenio, es decir, dejaba de aportar dinero en esta especie de marco de financiación para operar vuelos desde Granada.

Y, este episodio, lejos de solucionarse, ha quedado enquistado por mor de sus dos protagonistas, el presidente de la Diputación, Martínez Caler; y el alcalde de Granada, José Torres Hurtado.

El pronóstico del tiempo para los vuelos de bajo coste es algo más que incierto. De hecho, tras el verano, quedarán reducidos a la mitad. Y como quien no quiere la cosa, quedan dudas, como la resolución que tomará Transavia y su vuelo a París o lo que finalmente decida Ryanair, que mantiene cinco destinos internacionales desde Granada. Como dice el refrán, habrá que tentarse la ropa, porque en lo que respecta al aeropuerto de Chauchina, se sabe cómo empieza, pero no como termina.

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