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Domingo, 27 de julio 2008, 12:11
Nadie duda de que será beneficioso para la ciudad y que supone un importante hito en el futuro de Granada y el área metropolitana, pero las obras del metro no serán inocuas para capital, ni para los núcleos urbanos por los que discurre su trazado. Algunas de las nuevas infraestructuras de la capital, además de árboles, arbustos y fuentes, tienen los días contados. Serán arrasadas por las máquinas que ejecutarán las obras del tren metropolitano.
Siete rotondas, 496 árboles, sólo entre Méndez Núñez y el Palacio de Deportes, centenares de arbustos e incontables instalaciones de alumbrado público, canalizaciones, riego por goteo, calzadas, e incluso el campo de rugby universitario, dejarán de ser parte del paisaje urbano, entre ellas la ya famosa rotonda de Las Granadas, en la carretera de Jaén, la 'playa' del Zaidín y la gran fuente circular de 30 metros de diámetro situada junto al centro cívico de este barrio.
Las asociaciones de vecinos de los barrios afectados, La Cruz, Carretera de Jaén, Chana, Pajaritos, Camino de Ronda, Zaidín y la plataforma a favor de los paseillos universitarios, están preocupados por las consecuencias negativas que las obras puedan traer a sus barrios. Esperan que tras las obras, todo vuelva a la normalidad y las infraestructuras que se destrocen vuelvan a ser una realidad. Pero también temen, y así lo han expresado a la concejalía de Mantenimiento, que cientos de árboles no podrán salvarse porque, hasta el momento, no se les ha hecho tratamiento alguno para trasplantarlos.
En las primeras fases de las obras, a partir del final de agosto, será sólo el espacio entre el río Genil y la avenida de América, pero en el transcurso de tres años, gran parte de la ciudad estará patas arriba, desde el Cerrillo hasta el PTS pasando por la carretera de Jaén, Camino de Ronda y el Zaidín.
Un recorrido por el que será el camino a trazar por las vías del metro ofrece información clara sobre todo lo que desaparecerá en beneficio del transporte colectivo metropolitano.
DEL CERRILLO A VILLAREJO
Desaparecen rotondas y parques
El metro entra en la ciudad por el Cerrillo y se dirige por la avenida Juan Pablo II hasta la carretera de Jaén. Al tratarse de una vía de reciente apertura no causa graves problemas, pero al llegar a la carretera de Jaén provoca el primer destrozo de importancia. La rotonda de Las Granadas, con la gran escultura de mármol, quedará partida por la mitad, por lo que el Ayuntamiento tendrá que buscar una nueva ubicación para la escultura. Desde Ahí se dirige hacia la estación de autobuses, pero por el centro de la calzada, por lo que romperá la mediana, que en previsión de estas obras no se había arreglado y ajardinado como en el resto de la vía.
El metro gira junto a la estación por la calle Sol y Sombra donde pasará por el centro y romperá sólo la calzada, pero al final, en el cruce con La Argentinita se encuentra con otra gran rotonda y un pequeño parque que romperá por la mitad para llegar a otra rotonda, junto al nuevo edificio de la Cámara de Comercio que también romperá.
Se da la circunstancia de que en esa rotonda existen una decena de olivos, arces y una especie de arce, el Acer monspessulanum, una especie incluida en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía, en su forma silvestre. Continúa por la avenida de La Argentinita, donde se encuentran varias decenas de arboles, entre ellos una docena de cipreses de gran porte. El metro pasará por el centro de la calle, por lo que la totalidad de la mediana ajardinada será destruida.
Lo mismo ocurrirá al llegar a la calle Francisco Ayala y hasta la intersección con la avenida de Andalucía, que posee toda una mediana ajardinada y una gran rotonda de reciente construcción que se tendrá que destruir.
DE VILLAREJO A LOS PASEILLOS
Medianas en peligro y ocupa el bulevar
El metro ya no se soterrará a su llegada a Villarejo, sino que discurrirá en superficie hacia La Caleta. Romperá la calzada por su parte central hasta llegar junto a la antigua Diputación Provincial, donde destroza las actuales medianas y se incluye en el bulevar de Constitución, hasta girar por el paseo central de coches de la avenida de Andaluces. Los técnicos esperan que no tenga que tocar los más de 200 árboles que hay en esos paseos. Pero sí destrozará las rotondas y plaza de la estación de Renfe, sin arreglar en espera de estas obras. Desde la futura estación del AVE saldrá hacia los paseillos universitarios, donde el mayor destrozo se produce en el emblemático campo de rugby, el más antiguo del campus. Allí afectará a una hilera de 80 cipreses de más de siete metros de altura y cruzará los paseillos por las zonas ajardinadas hasta la facultad de Caminos, desde donde irá a Severo Ochoa.
EL CAMINO DE RONDA
Destruye la mediana y su vegetación
Es la principal vía afectada por las obras. Tendrá que sufrir una zanja de casi 12 metros de anchura y más de seis metros de profundidad en el centro de la calle, desde Méndez Núñez hasta Cruz de Lagos. La mediana del Camino de Ronda será destruida por completo, y con ella, según los datos de la concejalía de Mantenimiento, más de 300 árboles y 500 arbustos, entre ellos álamos, aligustres, cipreses, algunos de alto porte, naranjos, hibiscos, aliantos, cedros y catalpas. Si estos árboles no se transplantan a tiempo, no podrán pervivir donde los lleven, y ya tendría que haberse acometido la tarea de prepararlos para su traslado. «Ya es tarde para someterlos a esta operación, a no ser que se haga este próximo otoño y la obra no se empiece hasta pasada la Navidad», dicen los técnicos de mantenimiento, aunque la realidad es que un árbol necesita cuatro meses de adaptación 'in situ' al cepellón para que luego se pueda sacar y replantar
EN EL ZAIDÍN
La fuente y la 'playa' pasan a la historia
En el barrio del Zaidín el metro entra soterrado y discurre hasta el cruce con la calle Andrés Segovia, junto a la Hípica. Hay que abrir toda la calzada con una zanja como la del Camino de Ronda. Sólo romperá la calzada, pero al entrar en Andrés Segovia se destruye la gran mediana ajardinada existente hasta el inicio del bulevar Carlos V. Una mediana cargada de arbustos de gran porte, con algunos cipreses y lavandas.
Desde allí las máquinas tendrán que destruir el espacio ajardinado, con rosaledas, cipreses, palmeras, árboles de Júpiter, álamos y cinamomos, que acceden a la gran rotonda con la fuente de 30 metros de diámetro que da inicio al bulevar de Carlos V. Todo ese espacio, en el que también se encuentra la llamada 'playa del Zaidín', quedará completamente destruido, incluida la gran rotonda con la fuente. Todo ese espacio será cruzado por el metro en superficie y tendrá una gran zona dedicada a paradas y servicios.
El tren continuará por el lateral derecho del bulevar. Posiblemente no tenga que tocar el arbolado, pero los técnicos temen que la hilera de árboles situada más cerca del paso de los coches, tendrá que ser retirada. A partir de ahí, el metro gira por Torre de la Pólvora y se marcha hacia el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud.
Hace dos semanas, los trabajos para colocar los carteles anunciadores de las obras, uno en la rotonda de Isla y otro junto al Genil, provocaron la rotura de los sistemas de riego de los jardines de la rotonda. Los operarios metieron camiones y hormigoneras en el interior sin tener en cuenta las infraestructuras. Fue el primer destrozo palpable, pero llegarán más. Eso es lo que tienen las obras.
jegomez@ideal.es
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