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EN FALTA. Paco Esteban cae al suelo tras la falta de un defensa del Hércules. /JAVIER MARTÍN
Paco Esteban regresa al equipo seis meses después
Granada-74

Paco Esteban regresa al equipo seis meses después

El delantero granadino del '74' dice haber pasado por el trance «más duro» desde que se dedica al fútbol Asegura que el equipo se toma el choque ante el Celta «a vida o muerte» y confía en que la afición le ayude

MANUEL PEDREIRA

Viernes, 23 de mayo 2008, 04:36

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Vuelve el '7'. Después de un calvario que ha durado más de seis meses, el delantero granadino Paco Esteban ha aparecido de nuevo en una convocatoria. Su nombre ya está por fin en la pizarra aunque el jugador es consciente de que su aportación en las cuatro últimas jornadas de liga se reducirá a las segundas partes. La rodilla funciona a pleno rendimiento pero la forma física del bravo jugador formado en la cantera rojilla no está para hacer alardes.

Atrás ha quedado un largo periplo iniciado en la tercera jornada de liga y que el propio Paco define como «el trance más duro» por el que ha pasado desde que se dedica al fútbol. «Es lo peor. No juegas, no estás con tus compañeros, no viajas, no disfrutas de las victorias, no sabes qué pasa tras una derrota... hay momentos en que no te sientes futbolista, pero ya ha pasado y sólo quiero mirar adelante», resume.

Paco Esteban fue una de las primeras incorporaciones de Carlos Marsá y estaba llamado a ser uno de los estandartes del proyecto por su condición de granadino y su indudable proyección. Procedente del Poli Ejido, en el que se encontraba cedido por el Málaga -donde coincidió con Marcos Alonso-, Paco Esteban debutó en Cádiz con el '74' como titular tras cerrar una brillante pretemporada como máximo goleador rojillo. También jugó de inicio ante el Hércules en la segunda jornada hasta que en la tercera se inició su particular odisea.

Aquel sábado de septiembre, frente al Tenerife, empezó en el banquillo pero dispuso de minutos en la segunda mitad. Su salida resultó fulgurante. En sólo dieciocho minutos, participó en la jugada del tercer gol, anotó el cuarto y se lesionó. En una acción en la que no intervino ningún rival, el '7' del '74' notó un pinchazo en su rodilla derecha y pidió el cambio de inmediato. A pesar de ello, siguió jugando, aunque minutos después, volvió a pedir el cambio y fue sustituido. El primer pronóstico médico señalaba que se trata de un esguince de rodilla, que mantendría al jugador entre dos y tres semanas de baja. Una primera operación de menisco dio paso a dos meses de baja y su reaparición no pudo ser peor. Volvió ante el Xerez pero se retiró tras sufrir un pinchazo en la rodilla cuando apenas llevaba un cuarto de hora en el terreno de juego.

Finalmente, una clínica barcelonesa aportó el diagnóstico que nadie quería oir: rotura severa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. La recuperación empezó a finales de noviembre y ha terminado ahora, con el equipo atravesando una situación más que delicada.

«Gracias a mi familia y a la gente que me ha apoyado lo he superado y ahora sólo pienso en ayudar al equipo. Ya entreno con mis compañeros y me falta la velocidad de los primeros metros, que es mi fuerte, pero cuando haga falta, ahí estaré», indicó. Paco Esteban aseguró haber trabajado duro para llegar a tiempo a estos últimos partidos pero advierte de que su reaparición no se ha forzado. «Si he entrado en la convocatoria es que estoy para jugar. La decisión la hemos tomado entre todos, servicios médicos, entrenador y yo mismo», precisó.

Sacar al equipo

El futbolista rojillo es consciente de que el '74' se ha metido en problemas pero está convencido de que el partido de mañana puede sacar al equipo del hoyo. Para ello pide el aliento de los aficionados, en la línea de lo solicitado por el propio Carlos Marsá. «Con ellos seremos uno más en el campo y podremos ganarle al Celta. Granada debe ser consciente del tiempo que hace que no tiene fútbol de élite y no puede dejarlo escapar», aseveró.

Paco Esteban reconoció que el compromiso frente a los vigueses es un duelo «a vida o muerte» y se mostró seguro de que sus compañeros afrontarán cada jugada «como si fuera la última». La plantilla «es fuerte y aguerrida, lo ha pasado muy mal a lo largo del año, nunca hemos estado tranquilos y eso nos ha unido. Cualquier jugador sabe que cuenta, que es importante, y mañana se tiene que notar en el campo», añadió.

Las dificultades de pago, reconocidas por el propio Marsá, «no nos influyen. Nosotros debemos hacer nuestro trabajo, que es salvar la categoría, y el presidente hará el suyo. Todos sabemos que más pronto o más tarde se cobrará», concluyó.

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