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Juan Goytisolo:«Mi próxima novela ya está escrita, a mano, con un bolígrafo de un euro»
CULTURA

Juan Goytisolo:«Mi próxima novela ya está escrita, a mano, con un bolígrafo de un euro»

Aseguró hace años que no publicaría más novelas. Ayer en el Falla, este intelectual rebelde y comprometido con lo árabe confesó que había vuelto a 'pecar'

ÁNGELES PEÑALVER

Domingo, 6 de abril 2008, 15:38

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Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) es un intelectual rebelde de palabra pausada. El autor de 'Juan sin tierra' y eterno viajero llega a la entrevista en el hall del Hotel Alhambra Palace y sugiere a los periodistas que no lo arrinconen -«soy algo claustrofóbico»-, pide que bajen la intensidad de las luces del salón y finalmente decide cambiarse de asiento.

«Hace cuatro o cinco años vine a Granada, a Sierra Nevada, con dos niños de mi tribu urbana de Marrakech a pasar una temporada en verano», comenta este vasco-catalán de origen, pero «moro en todas partes». En la ciudad alauita se ocupa de tres niños, uno de ellos huérfano de padre, que han nacido en su casa: «Al final, tengo como treinta o cuarenta niños de esas familias que me llaman tío Juan, lo cual me encanta».

Es contrario a asistir a encuentros literarios, pero acude al Hay Festival porque lo ha invitado Jerónimo Páez, director de la Fundación el Legado Andalusí, a quien admira y debe «fidelidad». Al igual que su obra, Goytisolo resiste toda clasificación y ha aprendido a hablar el árabe dialectal de Marruecos, sin interesarse por el árabe clásico. «Soy un inculto», apostilla este Premio Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana.

-En este encuentro se pretenden encontrar puntos en común y distintas visiones del actual enfrentamiento entre Oriente y Occidente. ¿Cuál es el suyo?

-Es un problema que se arrastra desde hace siglos, y que a veces se activa y otras se desactiva. Esto seguirá mientras exista nuestro pequeño planeta. Obviamente hay posibilidades fuera de la violencia, pero han de ser realistas y pragmáticas. Hay que buscar la raíz en por qué se activan en un momento dado estas lecturas violentas. Hay que buscar causas que son políticas, económicas, culturales y de todo tipo... Dejemos la teología a los teólogos, mientras que los ángeles no bajen del cielo a decir quién tiene razón, lo que expresa cada cuál no es la voz divina, sino sus propias pasiones y deseos de poder.

-En términos algo más prácticos, ¿cómo vivió en su casa de Marrakech la reciente visita de los reyes de España a Ceuta y Melilla? ¿Qué le comentaron sus tribus urbanas de Marrakech?

-Fue muy particular, coincidió con la inauguración del Instituto Cervantes de Marrakech, que lleva el nombre de José Ángel Valente. Entonces invité a cenar a casa al embajador y a Moratinos y me enteré de que ocurría algo porque había continuas llamadas telefónicas, así que los reyes me estropearon un poco aquella cena.

-Su vida parece marcada por los viajes, por distintas residencias (España, Francia, EE UU y Marruecos), por la búsqueda continua en la literatura. ¿No ha encontrado aún su lugar en el mundo?

-Vivimos una época no ya de identidades fijas y de raíces, sino de identidades carnívoras. Yo he procurado siempre 'desidentificarme'. Los seres humanos tenemos pies y caminamos, no estamos fijos. Yo he querido ver la cultura española a la luz de otras culturas y mi idioma a la luz de otros idiomas. El entrar en contacto con otros mundos ha sido algo muy rico para mí.

-Hace 5 años aseguró que no volvería a escribir una novela, sólo ensayos y artículos periodísticos. ¿No se le ha pasado por la cabeza en este tiempo una historia narrativa?

-Pues sí, la próxima novela mía se publicará en otoño de este año. En el momento en que hice ese anuncio no tenía nada en perspectiva ni deseos de escribir más novelas, luego con el tiempo he cambiado.

-¿Puede avanzar algo de su nueva trama?

-Pues no.

-¿Pero ya está escrita, a mano, como siempre?

-Sí, está ya escrita con un bolígrafo de un euro, a la espera de ser editada. Es que yo no escribo para hacer una novela más. O tengo algo que decir o me callo. Cada libro mío ha sido una propuesta literaria distinta.

-¿Qué piensa de fenómenos literarios como 'El Código Da Vinci', usted que está en las antípodas de eso?

-Siempre ha habido productos editoriales y textos literarios, y me parece muy bien. Es necesario que existan estos productos editoriales, porque gracias a ellos las editoriales pueden publicar textos literarios y pueden existir escritores como yo. Sería de muy mal gusto que un parásito criticara al cuerpo que parasita.

-Umberto Eco ha dicho en este encuentro que Internet es el triunfo de la palabra escrita. ¿Qué relación tiene Goytisolo con Internet y las nuevas tecnologías?

-Ninguna, nada. No sé lo que es ni me interesa. Dos de los chicos que tengo en casa empiezan a manejarse con Internet. Yo no me quedé anclado en el siglo XX, sino en el XIX, porque nunca he sabido ni he intentado ni siquiera usar una máquina de escribir.

Muerte de su madre

-Un dato de su vida que se reseña continuamente es la muerte de su madre, en 1938, en un bombardeo en Barcelona. ¿Ha sido un hecho que ha marcado su vida y su obra?

-Obviamente, la destrucción de una familia deja huellas. La gente se olvida de que en este bombardeo murieron 800 personas. Fue un bombardeo de terror de la aviación de Mussolini en el centro de Barcelona. Cuando se habla de la Guerra Civil la gente se olvida de una serie de cosas.

-¿Qué le parece a Goytisolo la Ley de Memoria Histórica?

-Me parece muy bien, hay un lado que está muy bien. Pero no creo que se pueda proteger la memoria con leyes. Está muy bien sacar a relucir la verdad y nada más que la verdad. Hubo una diferencia entre el caos inicial en los tres o cuatro primeros meses en el lado republicano, cuando se dedicaron a matar curas y este tipo de cosas; frente al exterminio planeado y organizado que hizo el lado nacional. El General Mola dijo en Navarra: «Tenemos que crear una atmósfera del terror». Negrín, Azaña y los generales republicanos, como Rojo, perseguían, sin embargo, restablecer el orden republicano.

-Con tanto compromiso, ¿por qué decidió irse a vivir fuera de España en 1956?

-Quería respirar en busca de un medio cultural vivo, sin censura. Cuando Franco falleció ya me había acostumbrado a vivir en otros sitios.

-¿Ha conseguido hacerse una imagen de qué es 'lo español'?

-He comprobado por mi cuenta que hay una imagen muy estrecha de qué es la tradición literaria española. Frecuentemente se me ha tildado de 'herético', y es un término religioso que no me gusta nada. Nunca me he considerado un hereje porque nunca he creído en un dogma. Pero sí he procurado ampliar el canon literario español incorporando lo que había sido dejado de lado por razones de ortodoxia política, dogmática, religiosa, etcétera. Un ejemplo, el primer curso que se dio en una universidad sobre 'La lozana andaluza' lo impartí yo en Nueva York, en el año 1970. Esto me valió acusaciones de dar un curso pornográfico. Es toda una zona de la cultura española que queda arrinconada, como 'El cancionero de burlas'.

mapenalver@ideal.es

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