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Cultura-Granada

Michel Odent: «La forma en que nacemos tiene consecuencias a largo plazo»

El obstetra francés, pionero en investigar y promover el parto natural, imparte un curso en el Hospital Virgen de las Nieves

INÉS GALLASTEGUI

Domingo, 27 de enero 2008, 03:06

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Michel Odent fue uno de los primeros médicos preocupados por facilitar a las mujeres un parto respetado o natural: hace cerca de cuarenta años instaló en el hospital francés donde trabajaba paritorios con piscina. Odent sostiene que es preciso «deshumanizar el parto». No es una paradoja. ¿Qué mamífero, sino el ser humano, ha introducido prácticas que obstaculizan el hecho natural del nacimiento? El ambiente hostil, el rasurado, el enema, la oxitocina, la episiotomía y la cesárea son elementos habituales en nuestros hospitales, pero no recomendables en los partos normales -que son la mayoría-, según la Organización Mundial de la Salud. El doctor Odent, invitado por la asociación granadina Mamilactancia, imparte este fin de semana en el Hospital Virgen de las Nieves el curso 'La lactancia comienza antes de nacer'.

-¿Qué importancia tiene la forma de nacer en la vida de las personas?

-Esa es una pregunta nueva. Hace cincuenta años nadie se la hubiera hecho, porque entonces casi todo el mundo nacía igual: por vía vaginal. La cuestión se hacía más bien en términos de vida o muerte: sobrevives o no sobrevives. Hoy es diferente. Tenemos datos sólidos que sugieren que la forma en que nacemos tiene consecuencias a largo plazo. Uno de los objetivos de nuestro centro de investigación en Londres es recoger y reunir esas evidencias en una base de datos para que todo el mundo tenga acceso a ellas en la web. Cuando unes esos datos, puedes asegurar que la forma de nacer sí tiene consecuencias a largo plazo, particularmente en términos de sociabilidad, agresividad... O invirtiendo los términos, en capacidad de amar. En el periodo perinatal se detectan factores de riesgo de la delincuencia juvenil, el suicidio, la drogadicción, la anorexia, el autismo... Eso no significa que un individuo concreto sufra esos problemas a causa de su nacimiento; el ambiente y la cultura pueden compensarlo. En otros mamíferos es muy simple: si interfieres en el parto, la madre no acepta a su cría. Pero el ser humano es más complejo. Hacen falta grandes cifras para detectar diferencias estadísticamente significativas. Eso nos debe hacer preguntarnos: ¿qué pasará dentro de tres, cuatro o cinco generaciones si seguimos interfiriendo en el parto?

Un problema global

-¿Por qué considera incorrectas las prácticas obstétricas actuales?

-Como todos los mamíferos, los seres humanos cuando dan a luz liberan un cóctel de 'hormonas del amor'. Interferir en el proceso fisiológico del parto elimina el flujo de hormonas entre la madre y el bebé. La cuestión no es qué le pasará a ese bebé en particular, sino qué le pasará a la civilización si hacemos que las 'hormonas del amor' resulten inútiles.

-¿Qué relación hay entre la forma de nacer y la lactancia?

-En el actual contexto científico es imposible separar la fisiología del nacimiento y la fisiología de la lactancia. Es notorio que en los países donde rutinariamente se interfiere en el proceso del nacimiento, las tasas de lactancia no son buenas. Hay un vínculo.

-¿Qué se puede hacer para cambiar esta situación?

-Necesitamos nuevos criterios para evaluar las prácticas obstétricas. Hoy en día se usan criterios como la mortalidad y la morbilidad perinatal, la morbilidad maternal, el coste/efectividad... Pero si sólo usamos los viejos criterios del siglo XX, ¿por qué no hacer la cesárea a todas los mujeres? Porque de acuerdo con esos criterios, la cesárea es una operación muy segura... Así que necesitamos otros criterios, y uno de ellos puede ser la calidad y duración de la lactancia materna. En los países donde la tasa de cesáreas es muy alta, están obligados a mantener campañas intensivas para fomentar la lactancia materna, y a pesar de todo las cifras de lactancia no son buenas. Es el caso de las grandes ciudades en Brasil, China y Latinoamérica, donde la tasa de cesáreas es superior al 50%.

-Usted lleva cuarenta años promoviendo el parto natural. ¿Ha mejorado la situación en su país?

-El efecto no se produce en un país en particular, porque este es un problema global. Yo hablo en muchos países del mundo: hoy estoy en España, la semana próxima voy a Brasil y la siguiente, a Estados Unidos. En todas partes hay un pequeño núcleo de personas que piensan en estos temas. Y ese núcleo de gente está creciendo. Mire esa sala: han tenido que rechazar solicitudes...

igallastegui@ideal.es

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