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Las reinas Middleton

Las reinas Middleton

Es difícil que superen a Lady Di, pero la fascinación por cualquier detalle de sus vidas no tiene límites. El último ejemplo: el compromiso matrimonial de Pippa

ester requena

Domingo, 21 de agosto 2016, 03:07

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Por qué amamos a los británicos? Tienen una reina, nos dieron a los Beatles y ahora todo gira en torno a Kate y Pippa». La frase aparecía hace tiempo en la página americana Herobuilders.com, una tienda de muñecos inspirados en famosos donde, por supuesto, cuentan con varios modelos de las hermanas Middleton. Pero la afirmación sigue más vigente que nunca. Como muestra, el reciente compromiso matrimonial de Pippa con el financiero multimillonario James Matthews. Solo tardó unos minutos en acaparar la atención de la televisión británica, la norteamericana... y la mundial. Que si el anillo de más de 270.000 euros con el que se podría pagar una buena hipoteca, que si le pidió la mano con la rodilla hincada en el suelo como en las películas románticas, que si el joven tiene una educación exquisita gracias a formar parte del alumnado del prestigioso y elitista colegio Eton, que si su familia se ha hecho a sí misma y su hermano es experto en realities...

La fascinación por cualquier detalle de la vida de las hermanas Middleton no tiene límites por el momento. Y eso que a Kate, de 34 años, le queda bastante para llegar al trono y Pippa, de 32, no es más que su hermana, una segundona (para algunos) que ha rentabilizado como nadie el boom de su trasero en la boda real hace ya nada menos que cinco años.

Pero, claro, tienen un algo que fascina. Kate ha sabido conquistar al mundo desde su sí, quiero a Guillermo de Inglaterra y hasta el propio príncipe bromea con que el pueblo la prefiere a ella antes que a él. En la red, Middleton supera en popularidad incluso a la todopoderosa reina Isabel de Inglaterra, a quien se ha ganado con detalles como cocinarle la famosa salsa picante especial de su abuela. La receta, por supuesto, se ha convertido en uno de los acompañamientos de moda en Gran Bretaña. Ahora es Canadá donde esperan a la mayor de los Middleton con los brazos abiertos; el mes que viene visitará oficialmente el país con su marido y sus hijos.

Allá por donde pasa, su fama crece... Y hasta es capaz de impulsar el sentimiento monárquico británico, en los países de la Commonwealth (la mancomunidad de naciones que comparten antiguos lazos con el Reino Unido). Licenciada en Historia del Arte, Kate derrocha simpatía, familiaridad, soltura y naturalidad. Todo ello, aliñado con comentarios jugosos, aunque inofensivos, de su vida en familia, como cuando contó que su pequeño Jorge, de tres años, llama a la bisabuela gan-gan (acorta así el great-grandmother). A la niña, Carlota, todavía le queda un tiempo antes de soltar su lengua de trapo. Tiene un año.

Inseparables

  • Compañeras de juegos

  • Kate nació el 9 de enero de 1982 y tan solo un año y nueve meses después llegó Pippa. Fue el 6 de septiembre de 1983. Se han criado juntas y han compartido juegos y confidencias. Tienen un hermano pequeño, James, de 29 años.

  • Mudanza a Edimburgo

  • Se criaron en Bucklebury, un bucólico pueblo al sur de Inglaterra. Luego, asistieron al Marlborough College. La universidad no las separó. Ambas eligieron centros en la capital de Escocia. La mayor, Saint Andrews, donde conoció a Guillermo. Y Pippa, la de Edimburgo.

  • Chicas de portada

  • Kate posó para la portada de junio de la edición británica de Vogue por su centenario. Su hermana también es muy mediática y sincera en sus entrevistas, algo que no gusta a los Windsor.

  • 2.200

  • millones de espectadores siguieron la boda de los duques de Cambridge en 2011. El evento fue el pistoletazo de salida a la fama de las hermanas Middleton.

También seduce por su elección de los estilismos. Rara vez mete la pata. La Wikipedia le ha dedicado una página a relatar su influencia en el mundo de la moda como si de una reina Midas se tratase. Es el efecto Kate Middleton. La revista Newsweek valora su poder fashionista en más de mil millones de euros. Modelito que se coloca, pieza que desaparece en menos de 24 horas de las tiendas. Entre ellas, algunas de Zara que no costaban más de 50 euros (también es la «princesa low-cost»). Precisamente, el último documental emitido sobre ella el pasado junio en la cadena OnDirecTV exploró su figura «como icono y pionera de la moda, donde ha demostrado su capacidad de hacer prosperar o fracasar cualquier marca».

«Kate es una chica correcta, no quiere cometer ningún desliz ni nada parecido. Hace algunos guiños a Lady Di, pero creo que más que por ella, lo hace por el marido», enfatiza la periodista Rosa Villacastín. Y es que pese a toda esta abrumadora relevancia, la duquesa de Cambridge está aún a bastante distancia de la princesa del pueblo. «Superar a Diana va a ser muy complicado, por no decir imposible. A Kate le falta la tragedia, la gente se identifica más con los que sufren. No le vale solo con el cuento de hadas en el que una plebeya logra el amor de un príncipe», analiza Villacastín.

Aun así, su popularidad no parecer tener techo y eclipsa la de más de un miembro de los Windsor... Aunque hay una cosa que tiene muy claro a diferencia de su suegra: «Guillermo es el importante». Por eso, intenta no eclipsarlo, andar unos pasos por detrás de él y pasar desapercibida en los actos más importantes. En ellos, deja todo el protagonismo a Carlos y a su hijo, los herederos del señero trono.

Locos por Pippa

Kate también se las ha ingeniado para mantener a raya a su hermana Pippa, a quien muchos vieron como una digna sucesora de la incómoda Sarah Fergusson cuando los focos se centraron en ella. Algo que se explicaría por aquellos rumores que la emparentaban con el príncipe Enrique tras sus miradas cómplices en la boda de sus hermanos. Nunca hubo flechazo, pese a que muchos vaticinaban que las Middleton podrían convertirse en las nuevas hermanas Bouvier: Jackie Kennedy (antes Jacqueline Lee Bouvier) y Caroline Lee Bouvier (Lee Radziwill tras casarse). Pero Pippa no necesitó un affaire con el hijo pequeño de Carlos y Diana para que se hablase de ella. Su trasero la lanzó al estrellato.

Millones de ojos lo apreciaron con su blanco vestido de Alexander McQueen al agacharse a colocarle bien la cola a su hermana el día del enlace real. Tanto fue lo que se habló de sus posaderas que Pippa se convirtió en el nombre que más se le puso ese año a las bebés británicas y, en Facebook, casi 200.000 personas se unieron a la Asociación de Admiradores del Culo de Pippa Middelton. Solo unas semanas después llegaba el primer documental sobre su figura: Locos por Pippa.

«Es asombroso alcanzar la fama global antes de los 30 años por tu hermana, tu cuñado y tu culo», confesó en su primer libro sobre organización de eventos. Fue la primera oferta que aceptó tras saltar a la fama (no faltó la proposición de una peli porno). Cobró 490.000 euros como adelanto de una obra que la crítica vapuleó. «Superficial», «cursi» o «aburrida» fueron algunos de los adjetivos que se granjeó. Ahora, puede dar ideas sobre cómo podría ser su boda con James Matthews el año que viene. Cuentan que Pippa repartió gominolas y palomitas en el banquete de los duques de Cambridge. Pero se cortó con los juegos: en su libro recomienda amenizar la fiesta con carreras de sacos.

Aunque si por alo destaca esta licenciada en Filología Inglesa es por su sinceridad. De ahí que se especule con que la Casa Real británica no quiera que dé entrevistas. «Es una chica simpática, con ganas de aparecer y por eso se ha mantenido en el candelero, aunque no ha generado polémicas. Pero igual hubiese sucedido, por ejemplo, con Telma Ortiz tras la boda de Letizia y Felipe. Si la hermana de nuestra ahora Reina hubiera querido tener protagonismo, generaría el mismo interés», apunta Rosa Villacastín. Pippa alimentó el interés por ella al escribir columnas en la revista Vanity Fair, participar en competiciones de boxeo, cazar faisanes, tomar chupitos en Los Alpes y bailar sevillanas, con traje de flamenca, en su 30 cumpleaños.

Y todo ello sin descuidar su corazón, en el que hay apuntada una buena lista de adinerados novios. Eso llevó a sus detractores a apodarla, junto a Kate, como las «hermanas glicinia» en alusión a la planta trepadora. Ahora Pippa abandonará de verdad la soltería, aunque no las revistas del cuore. Ya se habla de su enlace como el del año... y no solo en Inglaterra. La fascinación que levantan las hermanas Middleton es planetaria.

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