Una mujer imparable

Alessandra de Osma, abogada, modelo, empresaria y novia del hijo menor de Ernesto de Hannover, es la nueva imagen de Suárez

ARANTZA FURUNDARENA

Sábado, 7 de mayo 2016, 11:48

No es discreta. Es discretísima. La que quizá algún día llegue a ser nuera del en otro tiempo estridente Ernesto de Hannover es una joven ... culta, elegante y tremendamente reservada con la prensa. Limeña, hija de una ilustre familia de la aristocracia peruana y novia de Christian de Hannover, Alessandra de Osma, Sassa para los amigos, reside en Madrid, tiene 28 años y es la Nueva mujer Suárez. O lo que es lo mismo, la flamante embajadora de esta conocida firma de joyas. Un cargo que anteriormente ostentaron Isabel Preysler y la mexicana Adriana Abascal. A Isabel la conoce de haberla visto «en algún evento social» y la califica de «mujer muy guapa y elegantísima». Pero Preysler y Abascal representan el pasado. Y Sassa es el presente y el futuro de una empresa que busca una imagen fresca y renovada. El jueves amadrinó en Alicante la inauguración de una renovada boutique Suárez basada en el concepto de la luz.

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La luz no abunda en Lima. «Es una ciudad gris y sombría durante varios meses al año, pero llegas a acostumbrarte y a tomarle cariño», explica Alessandra. Sin embargo, ha sido la luz lo que le enamoró de Madrid. «Levantarse y tener más de 300 días al año un cielo azul es realmente un lujo». Llegó para estudiar un máster de Dirección de Empresas de Moda en la Fashion Bussines School que la Universidad de Navarra imparte en la capital y hoy vive a caballo entre Lima y Madrid. Porque Alessandra, nieta de notario y descendiente de una familia de políticos y abogados, terminó la carrera de Derecho, pero como ella dice «por el camino me di cuenta de que tenía alma de empresaria». El pasado octubre abrió en el corazón de San Isidro, el distrito más chic de Lima, una concept store en la que se mezclan la moda y el arte. En su enorme escaparate no hay maniquíes, sino obras de artistas peruanos como Aldo Chaparro. La tienda se llama Isidra, porque a Sassa y a su socia les pareció «un nombre audaz y femenino».

Latina, de familia acaudalada, emprendedora, pareja de un aristócrata europeo, comprometida de un modo original con la moda... Sassa recuerda en algunos aspectos a jóvenes como Tatiana Santo Domingo, la mujer del hijo mayor de Carolina de Mónaco. Pero en materia de vida privada se muestra inflexible. «Cómo me jalas la lengua, Dios mío...», protesta entre risas cuando le preguntas por su relación de pareja. Sassa no suele conceder entrevistas y cuando lo hace evita referirse a su novio, Christian, que tiene 30 años y es el hijo menor de Ernesto de Hannover (actual exmarido de Carolina) y de Chantal Hochuli. Ella es hija de la modelo Elizabeth Foy y de Felipe de Osma, dueño de la empresa de seguridad Hermes. Lo de Sassa le viene porque de niña no sabía pronunciar bien Alessandra «y a mi familia le pareció divertido».

Acróbata y chistosa

Amante de los libros y entusiasta lectora de su paisano Vargas Llosa, Alessandra de Osma se crió en el bohemio y artístico distrito limeño de Barranco, cerca del mar. Estudió en un colegio inglés «solo de chicas» y creció en una familia numerosa (son cuatro hermanos) con más de 11 tíos y 30 primos. «Tuve una infancia llena de gente, con mucha bulla y muchas risas», recuerda. De jovencita fue muy deportista y hasta practicó acrobacia. También era la chistosa de la clase, «porque yo soy muy tímida de entrada pero luego, ya en confianza, me encanta hacer bromas». Tenía 16 años cuando en un viaje a Nueva York junto a su madre la descubrió en un restaurante un agente de la prestigiosa agencia de modelos Ford. Sassa se subió al tren de las pasarelas pero por poco tiempo, «porque prioricé mis estudios en Lima».

Ha vivido en Nueva York y Londres, donde trabajó en la oficina del célebre fotógrafo Mario Testino, al que adora y cuya fundación está al lado del museo colonial de su familia. Ha editado un libro de arte contemporáneo y prepara otro sobre los años 50, «la edad dorada de Lima», sus rasgos latinos combinan especialmente bien con las joyas coloristas de Frida, la nueva colección de Suárez, es una mujer inquieta que lo mismo se apasiona por el arte, la moda o la política (aunque de esto solo habla con sus íntimos). Limeña hasta la médula, Sassa confiesa que en verano mata por un ceviche de su tierra o un «tiradito de ají amarillo»... Sobre su relación con Christian de Hannover no suelta prenda. Pero si algún día se casa y se convierte en la nuera de Ernesto de Hannover, lo sabremos.

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