¿Tiene un voto el mismo valor en todas las comunidades autónomas?

En España existen 52 circunscripciones (una por cada provincia más Ceuta y Melilla) y cada una de ellas tiene garantizado un mínimo de dos escaños, a excepción de las dos ciudades autónomas africanas, que cuentan con uno cada una. Con este reparto quedan asignados 102 escaños. Los 248 restantes deben repartirse de forma proporcional, mediante de la ley d'Hondt.

Se trata de una compleja fórmula matemática ideada por el jurista belga Victor d'Hondt en el siglo XIX, que tiene como objetivo garantizar la proporcionalidad entre los votos emitidos y la representación. Para formar parte de ese reparto, según la Loreg, cada candidatura debe obtener un mínimo del 3% de los votos. Después, el resultado de las del resto, se dividen por el número de escaños que se encuentran en juego.

De esta forma, las provincias con mayor censo (Madrid, Barcelona Valencia, Alicante y Sevilla) eligen al 31% de los diputados, ya que suman el 38% del censo electoral.

Esta ley también es muy criticada por cómo afecta a los distintos partidos, en función de cómo están repartidos por el territorio. Y es que, con la normativa vigente, los partidos que tienen a sus electores concentrados en muy pocas circunscripciones, con escasos votos en el conjunto nacional pueden acceder a la Cámara Baja, mientras que otros con sus votantes repartidos de manera más uniforme obtienen menos diputados. Es el caso de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, que cuentan con representación en el Congreso, a pesar de recibir votos únicamente en sus comunidades autónomas de origen.

Para las Elecciones Generales del 10N, Andalucía cuenta con 58 escaños con un total de 6.579.286 electores y Cataluña con 48 y 5.615.335 electores, tanto residentes en España como en el extranjero. Con estos datos y con los resultados de las Elecciones Generales del pasado mes de abril, comparamos el reparto de escaños en ambas comunidades: