Sebastián Pérez y la resistencia capital

Cada declaración de Miralles zarandea el ya de por sí inestable bipartito que gobierna la capital y que tras el 10 de noviembre se queda todavía más tocado. Luis Salvador reiteró ayer que el acuerdo es sólido y no se pueden «renegociar» ahora 200 pactos a nivel nacional. Pero fue el propio Sebastián Pérez quien alimentó la incertidumbre la misma noche electoral: «La paciencia todo lo alcanza, dijo Santa Teresa. Soy hombre de palabra y de principios». Y, además, la persona que negoció aquellos pactos –y en concreto el de Granada– se quedó el domingo fuera del Congreso y es el número tres de un líder que ayer abandonó la política. Es como tener un pagarés en maravedíes.

El domingo por la noche Sebastián Pérez ya se reunió con parte de su equipo de confianza y de sus concejales. Se abordó el futuro en el Ayuntamiento sin descartar ninguna opción. Y es verdad que la postura no es unánime dentro de los populares. Toca esperar –dicen– hasta que la dirección nacional y la regional hagan una señal. En la recta final de la campaña, la postura de Génova era la de mantener la calma y no precipitar acontecimientos. Pero pocos imaginaban que las cosas iban a suceder como han ocurrido.

Sebastián Pérez pretende hacer valer el resultado en Granada y, especialmente, en la capital. En unas elecciones generales las lecturas locales varían según convengan. Mientras que Luis Salvador atribuye la caída a la tendencia nacional, Sebastián Pérez se arroga el mérito de la resistencia. Y, a veces, los datos –y la suerte– vienen de cara. El PP ha aventajado a Vox a nivel provincial en tan sólo 4.730 votos. Ha sido determinante la victoria en la capital, donde los populares han sacado 10.606 papeletas más que la formación de Santiago Abascal. Si no hubiese sido por este colchón, Pablo Hispán –jefe de gabinete de Pablo Casado– se habría vuelto a quedar fuera del Congreso. Además, Granada es la única de las ocho capitales andaluzas donde el PP fue el partido más votado el pasado domingo.

La dirección granadina entiende que ni Génova ni Sevilla tienen excusas para obviar este escenario y, cuando pase la digestión de las generales, les reclamará que empujen a favor de la alternancia en la alcaldía de la capital.

Tampoco habrá movimientos desde las filas de Vox hasta que Santiago Abascal indique el camino a seguir pero el partido no está por quedarse de espectador hasta que vengan las próximas elecciones. Y menos Onofre Miralles, que ahora ya sólo tiene que centrarse en el Ayuntamiento.

De momento.