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Ángel Gurría y Nadia Calviño. Efe
La OCDE pide reformar las pensiones para evitar «una generación de ancianos pobres»

La OCDE pide reformar las pensiones para evitar «una generación de ancianos pobres»

Gurría quita importancia a los datos que muestran la ralentización de la economía y asegura que por dos décimas de déficit «no hay que rasgarse las vestiduras»

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Viernes, 23 de noviembre 2018, 10:50

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«Es verdad que en España el crecimiento económico ha bajado, igual que en todo el mundo, pero le ha ido mejor». Después de dos días de presentación de informes de la OCDE en los que avisaba de que nuestro país había tocado techo y el crecimiento empezaba a caer a mayor ritmo del previsto, el secretario general de la organización, Ángel Gurría, ha respaldado así a España este viernes en el encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum.

Uno de los problemas en los que hay que focalizarse, tanto de España como del resto del mundo, es el sistema de pensiones. Gurría, al igual que hizo este jueves tras la presentación del informe de la OCDE sobre España, ha vuelto a reiterar que «no hay que vincular la jubilación a una edad concreta, sino a la esperanza de vida». Si no se soluciona el problema, ha avisado, «corremos el riesgo de tener una generación de ancianos pobres».

Gurría ha respaldado el crecimiento de España porque «las exportaciones aumentan y se crea medio millón de empleos al año», por lo que «no hay que rasgarse las vestiduras» porque el déficit vaya a ser «una o dos décimas mayor de lo previsto». En materia de empleo, ha señalado que aunque hay que arreglar la precarización, «al menos ahora hablamos de empleo». El responsable de la OCDE ha recordado que la tasa ha caído del 28% al 14%, que a pesar de seguir siendo «altísimo», es la mitad del que había hace poco tiempo.

En la línea del déficit, Gurría ha criticado que el FMI advierta de que España vaya a aumentarlo hasta el 2,1% «en un escenario inercial en ausencia de medidas» -como señalaron en su informe sobre España del pasado miércoles- porque «no existe ningún país que no tome medidas». «Se nos olvida que hace diez años el déficit era del 10,5% y ahora nos volvemos locos por el 2% o el 1,8%. La dirección va bien», ha destacado.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha abierto el encuentro -antes de irse rápidamente al Consejo de Ministros- y ha vuelto a anunciar su apuesta por un crecimiento económico «justo» y sostenible a largo plazo a través de «disciplina fiscal y ajustes sociales» para que España siga «a la vanguardia» en los cambios de los países de nuestro alrededor.

«Los mercados tienen menos paciencia con España»

Frente a estos mensajes optimistas, el secretario general de la organización ha asegurado que no quiere dar «un mensaje de complacencia», pero que en ocasiones no está de más «una palmadita en la espalda de 30 segundos y ponerse a trabajar». Y a lo que más hay que hacer frente, en su opinión, es al crecimiento «inclusivo» porque el porcentaje de trabajadores con contrato temporal del 27% sigue siendo «inaceptablemente alto».

Y esto también tiene que ver con la deuda pública. En España representa el 98% del PIB, un nivel muy alto pero no hay que olvidar, según Gurría, de que «aproximadamente» es el porcentaje promedio de los países de la OCDE. Pero el problema de países como España, México o Grecia es que «los mercados tienen menos paciencia»: «Se perdonan menos los errores de estos países que los de Alemania o Estados Unidos». Así, ha dejado clara su posición de que reducir la deuda pública «no debe ser el único propósito» de una política económica, sino que la de fomento, medioambiental y social «también tienen que estar reflejadas en el Presupuesto».

El secretario general de la OCDE ha vuelto a reiterar su apoyo a la subida del salario mínimo porque ha defendido que los análisis dicen que el SMI debe ser aproximadamente el 60% del salario medio «porque de otra forma se desincentiva la creación de nuevo empleo», un problema que sobre todo afecta a los jóvenes que buscan su primer puesto de trabajo. Aun con la subida del 22%, «estamos hablando de un sueldo de 30 euros al día, es solo una pequeña fracción de lo que tienen otros», ha destacado. Además, ha recordado que él también fue un defensor de la subida del salario mínimo de Alemania y que allí «no se perdió ni un solo empleo», sino que se logró «un mejor equilibrio» entre lo económico y lo social.

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