España se sitúa como el segundo país de la OCDE donde más cae la presión fiscal
Pese a la caída de 2024, la tendencia de fondo sigue siendo expansiva y desde 2010 esta ratio aumentó más del doble que la media del organismo internacional
España es el país europeo de la OCDE en el que más se reduce la presión fiscal. Así lo señala el organismo con sede en ... París en su último informe anual sobre tributación relativo a 2024 y en el que se aprecia cómo la media de los países miembros experimentaron un ligero repunte en la ratio de ingresos tributarios sobre el PIB al pasar del 33,7% de 2023 al 34,1% de 2024, hasta alcanzar el máximo histórico registrado por el organismo.
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En total, 22 de los 38 países analizados incrementaron su carga fiscal en 2024, impulsado por el crecimiento del empleo, la recuperación salarial y el avance de las cotizaciones sociales. España, donde esta ratio ha pasado del 40,7% del PIB en 2023 al 39,0% en 2024, se desmarca de este comportamiento y la caída de 1,7 puntos porcentuales es una de las más acusadas del cuadro comparativo internacional, solo superado por Colombia.
Con el nuevo dato, España desciende del grupo de países con una presión fiscal por encima del 40%, donde se mantienen Francia, Austria o Dinamarca. Otros países europeos registran incrementos o estabilidad. En concreto, Alemania pasa del 37,3% al 37,8%; Austria, del 43,2% al 43,4%; e Islandia, del 37,9% al 38,0%. Por su parte, Francia sigue en niveles muy elevados, apenas un punto por debajo de su máximo histórico, según la misma tabla comparativa de la OCDE.
Pese a la caída de 2024, la tendencia de fondo sigue siendo expansiva. España acumuló fuertes aumentos de ingresos tributarios en los últimos años: en 2023 recaudó 545.398 millones de euros, frente a los 505.644 millones en 2022 y 462.224 millones en 2021, según la serie histórica incluida en el informe. El IRPF, en particular, alcanzó un récord de 132.959 millones en 2023.
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Este impulso previo explica por qué la posición de España, aun con la caída registrada, continúa situada en la zona alta de la presión fiscal dentro de la OCDE, próxima a Bélgica y Alemania, aunque más alejada ahora de los niveles nórdicos y de Francia.
El IRPF, protagonista en el repunte de ingresos
La OCDE destaca también el comportamiento del IRPF en su análisis especial sobre la composición de este impuesto. En los 29 países estudiados, los ingresos derivados del trabajo asalariado son la pieza central de la recaudación, y España no es una excepción. A nivel general, el informe señala que el peso de los salarios dentro del IRPF ha disminuido en dos tercios de los países desde 2011, mientras que ganan relevancia los ingresos del capital y del trabajo autónomo.
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No obstante, la recaudación del IRPF ligada al trabajo asalariado ha aumentado como porcentaje del PIB en 18 países, reflejo de mercados laborales más sólidos y de bases fiscales ampliadas. El informe no proporciona la desagregación individualizada para España, pero sí la incluye dentro del grupo de países que participan en el ejercicio comunitario de reparto del IRPF por fuentes de ingreso, lo que indica una evolución alineada con las tendencias europeas.
En el panorama comparado, España presenta una estructura fiscal similar a la de los países de Europa occidental: un peso significativo del IRPF y de las cotizaciones sociales, junto con una aportación equilibrada del IVA. En la clasificación que combina presión fiscal y financiación del Estado del bienestar, España aparece en la zona intermedia-alta del ranking, por encima de la media de la OCDE, según la figura de referencia del informe
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Los datos publicados refuerzan la idea de que el país continúa convergiendo hacia modelos tributarios más próximos a los europeos continentales, alejándose de economías con menor carga impositiva como Estados Unidos, Irlanda o Corea, y aún lejos de los sistemas nórdicos, donde la presión fiscal supera de forma consistente el 40% del PIB.
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