Sagas empresariales

La historia de 80 años del legendario y famoso Bar Provincias de Granada

Jorge Romero encarna, como muy pocos, esos valores del profesional entrañable, cercano, atento y cariñoso que todos queremos encontrar detrás de una barra. Por eso, su 'Bar Provincias' sigue siendo después de 80 años de historia ese lugar soñado donde se para el tiempo y se rinde culto a la amistad y la buena mesa, pero también al recuerdo del genial artista Enrique Morente. Hay cosas que nunca cambian en su esencia y sólo las nuevas generaciones pueden mejorarlas. De ahí que sus hijos, Jorge y Raúl Romero Rodríguez, sean ahora la mejor versión de este negocio.

El año 2023 se llevó al precursor de este emblemático establecimiento, José Romero Pérez, cuando contaba 98 años de edad, pero también trajo consigo la inauguración de Provincias Bib-Rambla, el segundo local de esta reconocida familia de restauradores que alcanza ya su tercera generación.

Jorge se siente agradecido, a sus 64 años, por el gran ejemplo que su padre ha representado en su vida, al que califica como «un tío dicharachero, muy querido, que llegaba mucho a la gente». De él aprendió «el trato con el cliente y saber darle a cada uno lo que necesita. Es algo que también te dan los años y la experiencia». Con apenas 12 años recuerda que «salía del colegio y mi madre me decía que fuera a echarle una mano en el bar. Tengo grabada la imagen de los payasos de la tele aquí, en blanco y negro, los sábados por la tarde».

El trabajo, por aquel entonces, se desarrollaba en un barrio -el de la antigua Pescadería y el viejo Mercado de San Agustín– en el que se respiraba la más pura esencia 'granaína'. Ha habido un gran cambio de esa primera generación a la que ahora encarnan sus hijos, Jorge y Raúl. «La vida era muy familiar entonces porque estaba aquí el mercado y todos nos conocíamos. Fue una época muy bonita y muy dura también porque no existía esa cultura del turismo, la gente no viajaba y el centro estaba más despoblado y dejado».

En el Bar Provincias se han vivido muchas veladas y momentos inolvidables, protagonizados en la mayoría de los casos por el añorado Enrique Morente, pero también por otros grandes nombres del flamenco de todos los tiempos como Paco de Lucía, Camarón o Perejil. Al recordado Morente les unen lazos de sangre, pero sobre todo un cariño y una admiración que se percibe y se siente en cada rincón de sus locales. Esa relación tan estrecha continúa ahora de la mano de su viuda, Aurora, y de sus hijos Estrella, Soleá y Kiki.

Afamados clientes

Por el histórico bar no solo han desfilado flamencos, sino también actores como Antonio de la Torre, matadores como Fran Rivera y políticos, entre otros muchos nombres conocidos. Uno de los más asiduos era el desaparecido Julio Anguita, un enamorado de Granada y de las delicias del Provincias. «Siempre se pasaba por aquí aunque le gustaba estar en un segundo plano y no hacerse fotos», recuerda Jorge.

Después de ochenta años, el escenario ha cambiado radicalmente. «La suerte que tenemos después de todo este tiempo es que casi todos nuestros clientes son granadinos, pero gracias a las redes sociales también tenemos mucho turismo nacional».

En la trayectoria de este negocio la incorporación de María José, la encantadora esposa de Jorge, representó hace pocos años una ayuda y un cambio muy importante en la cocina por darle un toque aún más especial y casero a la riquísima carta del Bar Provincias. «Nos echó una mano con su ensaladilla rusa, sus patatas, croquetas, pimientos asados y rabo de toro». Jorge y Raúl dicen con cariño de su madre que «hay que dejar que mande. Su trabajo, de cara al público, queda en un segundo plano pero en la empresa es todo un pilar tanto en las épocas buenas como en la malas por su saber estar y porque es partícipe de todo».

El Bar Provincias guarda en el recuerdo toda esa historia que se fraguaba a diario en el cercano Mercado de San Agustín. Personajes de lo más variopinto desfilaban y lo siguen haciendo aún fieles a ese secreto que hace grande al Provincias, que no es otro que «la lucha continua, tener una calidad bastante alta y el cariño hacia la gente», indica Jorge. Entre los platos preferidos, nunca puede faltar la «ensaladilla rusa, el rabo de toro, el pescado frito de Granada, el atún, la ventresca, el pulpo… todo».

Los herederos

El 16 de agosto de 2023 quedaba inaugurado el Provincias Bib-Rambla, muy cerca del primer establecimiento. Al frente de él, los hermanos Jorge y Raúl para los que esta nueva experiencia supone sólo un suma y sigue, sabedores del enorme sacrificio que conlleva dedicarse de lleno al mundo de la hostelería. Lo han mamado desde niños y por ello Jorge, para el que «todos los días en la profesión son bonitos», encajó muy bien esta decisión. Aunque jóvenes, han demostrado una gran madurez y le «gusta tenerlos cerca. Tienen las ideas muy claras y se han implicado mucho. Gracias a ellos, ha pegado un subidón el negocio», reconoce con orgullo.

Jorge y Raúl son ahora los herederos de este gran legado. «De mi padre –dice Jorge– hemos aprendido que el cliente es lo más valioso que tiene un negocio y por ello hay que conocerlo y saber lo que le gusta». Raúl añade que el «respeto por el negocio y el cliente son esenciales, al igual que la constancia. Hay que tener en cuenta que los productos del mercado con los que trabajamos varían mucho en cuanto a precios y mi padre ha sabido mantenerse con los proveedores en el día a día de un pequeño negocio».

A nivel familiar y más íntimo han visto mucho sacrificio en casa, aunque tienen claro que ese es el camino «porque los negocios familiares son muy provechosos en lo personal. En lo económico lo hacemos como nos ha enseñado mi padre porque nunca nos ha faltado de nada en casa». Pese a que Provincias Bib-Rambla es sólo una prolongación, con la misma oferta y carta, uno de los cambios significativos aportados por los jóvenes empresarios reside en su renovada imágen. Es el caso del primer local, del año 1800, han hecho una «obra importante y hemos sacado a la luz materiales con mucha historia en paredes y techo». Pero hay cosas que no cambiarán nunca y por ello los hermanos coinciden en que el trato «profesional, cercano y familiar se ha hecho muy bien antes, pero nosotros, al llevarlo muy dentro desde pequeños, queremos perfeccionarlo. Esa es nuestra lucha, que todos se sientan como en casa y nos den su confianza».

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