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Dimas Gimeno.
El relevo silencioso, pero contundente, de Dimas Gimeno

El relevo silencioso, pero contundente, de Dimas Gimeno

Aunque el presidente mantiene el sigilo de su tío, actúa con decisión al abrir el negocio a los inversores y adaptarlo al nuevo tipo de consumo

José María Camarero

Sábado, 19 de septiembre 2015, 07:51

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La discreción de Isidoro Álvarez se había convertido en marca de la casa durante todo su mandato al frente de El Corte Inglés. También para su sobrino, Dimas Gimeno. Pero el sucesor ha tenido que afrontar en el último año una transformación del grupo de tal calado que, aunque en lo personal sigue prefiriendo pasar desapercibido, no le ha quedado más remedio que exponerse a él mismo y a la propia compañía ante clientes e inversores. Después de completar un relevo sin incidentes abruptos, Gimeno ha materializado un proceso de cambios en el negocio diario del primer grupo distribuidor en España y ha removido las estructuras internas de una sociedad ligada a la familia.

La entrada del ex primer ministro catarí Hamad Bin Jassim en el accionariado, adquiriendo el 10% de la firma, culminaba doce complejos meses con la oposición de la familia Areces, expulsada del consejo precisamente por sacar a la luz aspectos claves de esa operación. Su actuación silenciosa -Gimeno no se prodiga en apariciones, ni discursos, ni entrevistas- permitió que el grupo abriera sus puertas por primera vez en sus casi 80 años de historia a los mercados internacionales con las dos emisiones de deuda que suponían un hito. Con la colocación de 600 millones en bonos a través de la Bolsa de Irlanda, el gigante de la distribución captaba fondos con los que pudiera financiar parte de su endeudamiento, más allá de las líneas de crédito que ya acumulaba.

También ha efectuado importantes movimientos en la dirección del grupo. Con la figura de Manuel Pizarro asentada en el Consejo de Administración, el nuevo presidente se rodeó de las hijas de su tío en ese órgano. Primero fue Marta Álvarez Guil y hace 15 días lo ha hecho su hermana Cristina. Pero el cambio de calado llegó en abril, cuando el patronato de la Fundación Ramón Areces (propietaria de un 37,39% de El Corte Inglés) nombraba a Florencio Lasaga Munárriz presidente de la institución, a la que se incorporaban las hermanas Álvarez Guil. El propio Lasaga es uno de los históricos del grupo, muy apegado a Isidoro Álvarez; al igual que Carlos Martínez Echevarría, hombre de máxima confianza del anterior presidente, y designado por Gimeno como consejero delegado de Hipercor.

Aún más profundos, aunque igual de discretos, han sido los movimientos para diseñar una estructura comercial de los grandes almacenes acorde a los nuevos tiempos. El Corte Inglés ha tocado techo en España -no abrirá ningún centro más allá de los 87 con los que cuenta ahora- y mira ahora al extranjero, con la ayuda del inversor catarí. Para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo de los españoles, el grupo ha reforzado el comercio por internet en un "proceso de transformación digital de la compañía" al que Dimas Gimeno alude constantemente; ha incrementado el uso de las redes sociales como vía de contacto básica y ha lanzado innovadoras líneas de crédito, como la de Navidad.

El Corte Inglés no se ha quedado atrás en ninguna de las 'modas' de la sociedad española: en el ámbito comercial, se ha completado la estrategia de precios competitivos en todas las áreas de venta; en el culinario, se ha convertido en un referente con los espacios del Gourmet Experience; y en el estratégico, ha incorporado nuevas firmas y marcas propias -otra enseña de la casa- en departamentos como el de decoración infantil. Además, ha integrado Opencor en Supercor, ha reformulado una parte de los hipermercados y ha avanzado en el desarrollo de líneas como los Viajes, Bricor, Sfera y los grandes almacenes.

Incluso ha modificado el clásico sistema de ventas entre los empleados de sus centros, con una fórmula más competitiva. Se alcanzó un acuerdo con los sindicatos para modificar el cálculo de incentivos de los vendedores, para buscar mayor productividad y rentabilidad en todas las líneas de negocio.

Con unas superficies por las que pasan 640 millones de personas al año, una tarjeta que utilizan 11 millones de clientes y una estable plantilla de más de 91.000 trabajadores, el mandato de Dimas Gimeno se centra en afrontar un modelo en el que la histórica imagen de marca de El Corte Inglés se adapte al siglo XXI.

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