Suspenso de los pilotos a Fomento en seguridad aérea

Existen unos niveles «muy bajos» de confianza en las actuaciones que se llevan a cabo desde el Ministerio de Fomento, argumentó este miércoles el decano del Colegio de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), Luis Lacasa, para justificar el resultado de su último barómetro, donde han encuestado al 15% de un colectivo que engloba a 6.000 profesionales.

Ni la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), ni la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y tampoco la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC). Ninguna de estas instituciones, todas dependientes de Fomento, logran siquiera acercarse a una nota de 4 sobre 10 a la hora de juzgar la confianza que los pilotos tienen en ellas.

La mejor puntuada, y tan sólo alcanza una nota de 4,4, es justo la nueva entidad pública Enaire, responsable de la navegación aérea y que tendrá el 51% de AENA tras su privatización parcial. Por el contrario, la peor es la DGAC (3,1). Las calificaciones más altas a las instituciones -aunque en ningún caso llegan al aprobado- la dan precisamente los pilotos que están volando en el extranjero.

Su principal -su segunda gran preocupación es el paro, que sufren más de un tercio de los pilotos-, es el «inadmisible inmovilismo» que aprecian en esas instancias. A ello se une la «poca ayuda» que reciben del Ejecutivo para cambiar la situación y la escasa disposición a escucharles.

La «poca efectividad» de las certificaciones aéreas existentes, pautas «no claras» para su cumplimiento, «deficientes» programas estatales de supervisión de las operaciones y «confusión» sobre la prevención de accidentes son algunos de los reproches concretos de los pilotos.

Prácticas mercenarias

Para prácticamente el 95% de los pilotos encuestados, es posible un cambio positivo que cree un clima de mayor seguridad en el sector y ofrezca mejoras en el servicio a los pasajeros. Pero para ello ven imprescindible que exista un mayor apoyo por parte del Gobierno, también respecto al creciente deterioro profesional que sufren. De esto último ponen como ejemplo que casi la mitad (43%) han sido contratados a través de un bróker -una práctica mercenaria que precariza su labor al dejar paso a intermediarios externos, advierte Lacasa- en vez directamente por una compañía aérea, que es para la que finalmente trabajan.

Por último, uno de cada tres pilotos consultados (36%) sitúa a la debilidad de la industria aérea española como un grave problema, mientras que cerca de la mitad (44%) creen que las aerolíneas nacionales han perdido competitividad en el mercado internacional. Por empresas, Iberia es ahora la más valorada (por ejemplo, una nota del 7,8 en la dirección de operaciones) cuando en 2013 era la peor, aunque aquel año coincidió con su última etapa de conflictos laborales.