El reto Pedaleando por ti, vuelve a la montaña más rejuvenecido que nunca
Carolina Velasco y José Luis Alfaro retoman con sus hijos la iniciativa en el Veleta y Covadonga, para dar visibilidad a las familias con autismo
CÉSAR GUISADO
Granada
Sábado, 29 de agosto 2020, 00:26
No podían dar apenas tres pedaladas sin que alguien señalara a los 'peques' Samuel y Marco, los hijos de Carolina Velasco, impulsora del reto Pedaleando ... por ti, y de su marido, José Luis Alfaro. Lo de esta familia está siendo toda una hazaña. Con ocho meses, los cuatro escalaron con las bicis hasta el Pico de Veleta, en julio, y este pasado miércoles, con nueve, ascendieron a los Lagos de Covadonga, en Asturias.
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Carolina es la impulsora del reto Pedaleando por ti, una acción solidaria que viaja en bicicleta de montaña por toda España para lanzar el mensaje de lo importante que es conocer el autismo para crear un entorno de inclusión real en la sociedad. Ella, que es profesora de niños con un trastorno del espectro autista, bien sabe le necesario que se hace este mensaje, sobre todo lo importante que ha sido durante el confinamiento por la pandemia, cuando familias con algún miembro con autismo han necesitado salir a la calle como parte de su día a día.
«Mi ilusión desde que fui madre era el poder compartir con ellos todas las cosas que nos gustan, tanto la bicicleta como la montaña, las mochilas... Queríamos que ellos fueran partícipes del proyecto, que se unieran a nuestra marea azul y que desde pequeñitos se empapen de todo el tema del autismo, de la naturaleza y de la bicicleta», dice Carolina.
En Sierra Nevada se quedaron a dormir en la Hoya de la Mora, en la 'furgo'. «Fue un domingo y estamos súper contentos de que los 'peques' nos dejen hacer todo este tipo de aventuras con ellos», afirma la mamá. Eso sí, «fue duro, porque después del embarazo, al no haber podido estar entrenando y sin coger la bicicleta después de tanto tiempo, supuso un esfuerzo gigante porque pierdes todo el fondo y la forma, pero la verdad es que no te motiva tanto el entrenamiento como la ilusión de llevarlos a ellos en el carro porque es tan especial y diferente que no tiene ningún punto de comparación», asevera Carolina, muy orgullosa.
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