Así se preparan los atletas granadinos para el Campeonato de España

Son días de cierta tensión y nervios, pero también de ganas porque se sabe que el trabajo ya está completo y que no pueden llegar a la competición mejor preparados de lo que ya lo están. Jesús Montiel apunta que en la última semana la preparación es «fundamentalmente psicológica, más que física» y señala tres aspectos principales: «Estamos más pendientes de los rivales, de cómo están y de quiénes son los que nos van a poner las cosas más difíciles; estudiamos el sistema de clasificación para el campeonato de Europa, por el que decidiremos cómo se trabaja la semifinal; y por último miramos cómo demostrar que están en forma, algo que se hace ganando a los otros y con una medalla en el podio».

Manolo Jiménez asegura que en los días previos a la competición le gusta escuchar él mismo a sus atletas más allá de lo que ellos puedan escucharles a él. «Así, a partir de sus sensaciones puedo tener información para darles indicaciones individuales», justifica. «Esta vez hemos implementado como novedad, a diferencia de años anteriores, una reducción de la intensidad del entrenamiento para guardar las balas para la competición. Otros años les dábamos caña hasta el final y parecían llegar algo más cansados», observa Jiménez.

Jesús Montiel divide la preparación de sus atletas durante estos últimos meses en tres etapas. «En invierno hacemos más carga y damos más importancia al trabajo aeróbico, a lo que llamo entrenar para entrenar. Llenamos la hucha de mucha carga de trabajo de poca intensidad o de intensidad media como base sobre la que apoyarnos para el trabajo más específico», introduce. «Luego tenemos una fase precompetitiva que iniciamos en diciembre con la evaluación de los controles federativos para empezar a afinar y de mitad de enero a mitad de febrero iniciamos la fase competitiva. Siempre vamos de menos a más en volumen, que luego reducimos para incrementar la intensidad, y por último hacemos una moderación competitiva con el trabajo más láctico y de fuerza final», resume Montiel.

A Manolo Jiménez entrenador, como atleta que fue, le gusta individualizar la preparación de sus velocistas. «Diseñamos tres filosofías o planificaciones según el enfoque de sus distancias, por lo que individualizo las cargas, los pesos, las series y las repeticiones. Luego, en pista, a ojo oriento a cada uno en aspectos técnicos sobre todo a nivel postural. Me fijo en cómo hacen las cosas y no en cuántas hacen. La técnica de alineación tiene que ser buena», remarca Jiménez como algo vital. De cuando en cuando, también les recuerda que primero han de competir contra ellos mismos, sin importar quiénes rodeen sus calles. «Ese debe ser el foco, y a partir de ahí es posible tanto que ganen como que pierdan», reduce.

Con Laura Bueno e Ignacio Fontes, Jesús Montiel ha planificado una última semana de descanso con un solo entrenamiento de intensidad. Fontes lo completó ayer y Bueno lo hará hoy, por una razón de peso. «Para Laura la semifinal del sábado no será crítica, y el objetivo es meterse en la final sin desgaste, pero para Ignacio será un día de tensión porque sí tiene más competencia para la final, con nueve mínimas europeas para Glasgow entre ambas semifinales», subraya. «Esta semana es ante todo psicológica. Estamos atentos a si necesitan un rato de charla con el psicólogo para quitarse los fantasmas y los miedos antes de la competición, y no allí», admite Montiel.

Los atletas, a veces conviene recordarlo, son seres humanos y no máquinas. De ahí que Manolo Jiménez rebaje el papel del entrenamiento a un 30% en comparación a factores como la alimentación o lo psicológico. «No todo el progreso puede basarse en el entrenamiento. Muchos son tan competitivos que tienen demasiada prisa por alcanzar el pico de forma pronto, y eso es imposible porque al final son como coches de Fórmula 1 que deben tener todo perfectamente calibrado para una fecha concreta», explica. «Es difícil establecer el equilibrio. Yo les insisto en que, aunque les cueste, no olviden por qué empezaron en esto. Muchas veces se les olvida y experimentan ansiedad y estrés por las expectativas. Les hago pensar en por qué empezaron, y a partir de ahí se relajan», reconoce Jiménez.

Optimismo

Tanto Jesús Montiel como Manolo Jiménez son optimistas respecto al estado de forma con el que sus atletas alcanzan la cita tan señalada de Antequera. «Ignacio tiene muchos rivales por la plaza para Glasgow y alguno con mínima europea se descolgará de la final, algo que no sería un fracaso. Laura lo tiene algo más fácil aunque tiene a una rival como Aauri Bokesa a su nivel, con la que habrá que ir a muerte en la final. Se verán beneficiadas por el incremento de la calidad de la marca, espero que estén por debajo de los 53 segundos y si es posible que agarre una medalla de oro», repasa Montiel. «Estoy sorprendido en un sentido positivo porque tienen un estado de forma muy bueno a nivel general, por lo que el trabajo ha sido bueno, aunque luego puede pasar cualquier cosa», apremia Manolo Jiménez a sus atletas, sin querer apuntar metas fijas más de lo que ya lo hacen ellos. Ambos les acompañarán en Antequera, y hasta el final.