«Al ser 'top ten' en el Mundial me sentí como una niña en Disneyland»
Campeonas ·
María Pérez, natural de Orce, comenzó a entrenar en un puente y acabó convirtiéndose en campeona de Europa y octava del mundocarolina palma
GRANADA
Martes, 2 de julio 2019, 18:10
Cuando María Pérez, internacional de marcha y con gran renombre en el mundo del deporte español, recuerda sus comienzos, menciona a las personas que han ... tenido algún tipo de influencia en su carrera con nombres y apellidos. Para la joven de Orce, «seguir conectado a tus raíces es fundamental» y «el trabajo no es del deportista, sino de todas aquellas personas que lo han acompañado». Para el resto, hacer un recorrido a lo largo de su carrera deportiva resulta cautivador como mínimo.
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La encontraron en una captación de talentos realizada por sorpresa para ella durante una excursión de su colegio, donde vio por primera vez a un marchador en acción, nada más y nada menos que a Paquillo Fernández, plata en los JJ OO de 2004. Se quedó cautivada porque «nunca había visto algo así», pero lo que menos esperaba es que a los pocos días su madre recibiera una llamada diciendo: «Paqui, tu niña puede tener cualidades para practicar marcha». Y... ¡vaya si cualidades! En poco más de dos años María ya vivía sola en Guadix siendo aún menor de edad, gracias a una beca otorgada por la Federación Andaluza tras quedar tercera en el campeonato español. Allí entrenaba y terminaba el instituto y se esforzaba para acabar convirtiéndose en todo lo que hoy es: campeona de Europa en Berlín 2018, octava en la última Copa del Mundo y potencialmente olímpica en menos de un año, además de todos los títulos nacionales e internacionales que preceden a los mencionados. Todo ello a pesar de no haber superado la década aún desde que descubrió la disciplina, que ahora le apasiona, pero «cuando la veía en el cole me reía, porque era solo mover el culo». Entonces la joven granadina del pequeñísimo pueblo de Orce entrenaba en un puente. «Por eso soy capaz de correr ahora donde sea, porque al principio me hacía series hasta de mil en un puente –el pueblo no tenía aún una pista en condiciones–. En ese grupo había una chica que había estado en un campeonato de España, yo la miraba y pensaba que si ella lo había conseguido, ¿yo por qué no? ¿por qué iba a ser yo menos?», recuerda.
Título continental
La que no tenía por qué ser menos que nadie se fue con quince años a Sarask (Rusia), donde participó por primera vez en un campeonato internacional, en 2012. «En ese avión estaban María Vasco, Juanma Molina, Beatriz Pascual… los mejores de mi disciplina, era como un sueño». Pero lo que más satisfacía a María de todo esto era poder colaborar con sus padres en los gastos de la casa con lo que ganaba practicando su deporte, porque «gracias al esfuerzo que ellos habían hecho, yo estaba viviendo mi sueño».
María Pérez ya había corrido en tres de los cinco continentes, finalizando campeonatos de todo tipo y quedando siempre entre las mejores en cada una de las categorías a las que perteneciese, consiguiendo grandes marcas y superando récords nacionales. Con menos de 20 años me clasifiqué para el primer mundial y quedé en el 'top ten', me sentía como una niña en Disneyland. Clasificándome para la Copa del Mundo, en la que quedé octava y bajé casi un minuto mi marca».
Todo ello viviendo aún sola en Guadix y finalizando sus estudios. Pero aún le faltaba un Campeonato de Europa absoluto, y se estrenó en el de Berlín el año pasado. Allí decidió llevar a sus padres, a quienes les compró el billete por sorpresa porque sabía que si les preguntaba a ellos, que apenas se habían subido a un avión en su vida, nunca accederían a ir hasta allí. «Pero se me metió en la cabeza que mis padres tenían que estar en Berlín», y movió cielo y tierra para hacerlo posible.
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Cuando al fin llegó el campeonato, cuya salida se vio incluso perjudicada por un aviso de bomba en la capital alemana, María se encontraba en primera línea rodeada de atletas olímpicas a las que siempre había admirado.
Un sueño
«Estaba entre Drahotova, que había sido tercera en el anterior Europeo con 18 años y Palmisano, una de las mejores marchadoras italianas que hay. Sabía que si aguantaba junto a ellas podía ser medalla», y así lo hizo. No solo en eso, sino que en mitad de las calles berlinesas, cuando la joven marchadora de Orce acababa de adelantar a la corredora italiana y estaba a punto de alcanzar a la checa, se dijo «¿y por qué no puedo ser yo la primera?».
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A apenas 1.000 metros de la línea de meta y mientras seguía su recorrido, giró la cabeza para observar la distancia que la separaba de Palmisano y volvió la mirada hacia Drahotova, que estaba frente a ella, siendo consciente de que podía llegar a tener una oportunidad. Solo tenía que recorrer lo que era una serie más de aquellas que constituían sus entrenamientos en el puente que fue testigo de sus comienzos.
Y María Pérez acabó por romper la banda de meta, alcanzando el primer puesto. «Esquivé a la gente e hice los mismos mil metros en sentido contrario para poder llegar a abrazar a mi entrenador Jacinto y a mis padres, un abrazo en el que les agradecía lo que habían hecho, juntos habíamos cumplido un sueño», declara la campeona.
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