El granadino nacido para pilotar «una moto grande»

Su pasión por las motos le viene de familia, razón por la que no tardó demasiado en coger una. «Me lo inculcó mi padre», explica el joven piloto. Se proclamó campeón de Andalucía de minimotos en su primera competición sobre las dos ruedas, un éxito inesperado que inauguró su palmarés. «Yo iba corriendo para empezar, porque en mi primer año no tenía expectativas ningunas, pero cuando nos vimos a dos carreras del final líderes del campeonato, nos convencimos de que éramos rápidos y lo ganamos», recuerda Álex, que es de esos chicos que habla en plural de sus éxitos para reconocer el trabajo de su equipo. «Tengo un grupo humano fuera de la moto, en mi día a día, que es brutal», subraya el granadino.

Su progresión fue muy rápida, aunque él asegura que va «poco a poco». «Fueron cuatro Campeonatos de España después del andaluz de minimotos, y ya el Campeonato de España de Moto3, con 14 años», relata con naturalidad. «No eres consciente de lo importante que es, de lo alto que estás, porque realmente, aquí en España, aunque sea un campeonato nacional, el nivel es altísimo, es como si fuera un 'minimundial'», explica.

No obstante, también sucumbe en ocasiones ante la presión, en especial tras sufrir alguna caída o lesionarse. «En esos momentos, dices 'y ahora, ¿cómo hago yo esto?'», confiesa, aunque también tiene su propio método para superar estos momentos. «Trato de pensar curva a curva, poco a poco. Intento no poner 'el piloto automático', porque ahí empiezas a pensar en si te duele o no», revela.

Tras lograr el Campeonato de España Júnior en Moto3, vivió una de las experiencias que más le han curtido como piloto. Se incorporó al Aspar Ángel Nieto Team, donde tuvo que lidiar con «una moto que no era competitiva». «No dejamos ni de trabajar ni de creer, pero veíamos cómo las otras, que sí eran competitivas, llegaban mucho más arriba con menos esfuerzo», señala Álex, quien también apunta que, aunque en su segundo año en el equipo llegaron motos «más rápidas», «nos costó muchísimo ponerlas al cien». «Fueron dos años muy duros, tanto para mí como para Raúl Fernández, mi compañero de equipo, pero salimos con mucha experiencia», resalta.

Ya en este ejercicio, de la mano del Emperador Racing Team, dio el salto a SuperBikes. «Fue difícil al principio porque es un cambio muy grande, tanto de moto como de pilotaje», admite en relación a su llegada a la disciplina, aunque agrega que «no me ha costado tanto porque mi pilotaje tira para otra cosa».

No se considera completamente adaptado a su nueva herramienta de trabajo, pero, aun así, ya ha competido y afronta ahora la última cita del Campeonato de España en categoría Supersport «con muchísimas ganas». «Nosotros habíamos firmado para el año que viene, pero, por cosas que han pasado, hemos hecho estas carreras con ellos», descubre, para añadir seguidamente que el recibimiento en su nuevo equipo ha sido «impresionante». Tiene claro que el curso que viene continuará en la categoría, tratando, ahora sí, de competir por un nuevo título, aunque sobre su mente ya vuela el sueño de «ganar un Campeonato del Mundo en un par de años».