Granada reconoce a sus deportistas olímpicos

La banda sonora de la mítica película 'Carros de Fuego' abrió el acto, que inició una vez dos niños depositaron sobre el escenario una antorcha olímpica y la bandera andaluza. «En estos Juegos de la pandemia dejasteis más patentes que nunca los valores del olimpismo con trabajo, tesón, entrega diaria y ejemplo», se reconoció a los deportistas. «Es un enorme orgullo y una gran satisfacción teneros aquí. Sois un ejemplo para todos los jóvenes granadinos y os doy las gracias por lo que venís haciendo en vuestras vidas», expresó la delegada Ana Berrocal, con especial cariño para José Manuel Ruiz y Jacinto Garzón, docentes e integrantes de su equipo de trabajo.

A continuación, Evaristo Pérez presentó sus ilustraciones, muy agradecido por «la atención y la buena recepción» a las obras. «Mi modesta contribución vale como diploma visual a modo de recuerdo. Quería ilustrar rasgos que les identificasen y, al analizarles, comprendí e interioricé muchos detalles valiosos que muestran la entrega de estos deportistas y la exigencia de la competición, más allá de los músculos en las piernas o los brazos. También en sus rostros se reflejan la concentración, los nervios o la extenuación. Terminé apostando por un estado de relajación al dejar la competición atrás», explicó el profesor de Dibujo, quien ilustró a su amigo José Manuel Ruiz con una bandera por sus séptimos Juegos Paralímpicos, como guiño a su condición de abanderado en Río de Janeiro.

Posteriormente, los deportistas subieron uno a uno al escenario para recoger sus reconocimientos. «Es un orgullo representar a Granada y llevarla a lo más alto allí donde compita», enarboló Laura Bueno, relevista dentro del equipo nacional mixto de 4x400 en Tokio, apeados con polémica de la finalísima al recalificarse a Estados Unidos y República Dominicana. «Ya pienso en los de París 2024. Siempre es bueno sentir el calor de tu tierra y de todos los que te apoyan», agradeció la velocista, pupila de Jesús Montiel. El otro deportista de la cantera de este veterano entrenador, Ignacio Fontes, finalista en la prueba de 1.500 metros lisos de los Juegos, no pudo acudir por unas prácticas de su carrera universitaria de Medicina y estuvo representado por su madre, Teresa García-Balibrea. «Podéis imaginar el orgullo que siento como madre, también la responsabilidad. Para Ignacio, Granada es la ciudad más bonita del mundo. Para los atletas es muy importante tener este apoyo detrás, y para sus familiares también», manifestó.

«Es un orgullo formar parte de este grupo de deportistas», admitió el tenista Roberto Carballés, nacido por circunstancias de la vida en Tenerife. «Siempre me alegra volver a Granada y ojalá nos volvamos a ver todos en 2024», señaló, ya con el foco en los Juegos de París. «Espero que para entonces seamos más granadinos», recogió el testigo la marchadora María Pérez, cuarta en 20 kilómetros y diploma olímpico. «Será una buena noticia, porque nuestro deporte seguirá creciendo en la provincia y además va de la mano de la salud», reseñó la pupila de Jacinto Garzón.

«Todos los deportistas recibimos muchos reconocimientos, pero que vengan de tu casa siempre lo hace especial», agradeció el palista José Manuel Ruiz, el más veterano al haber sumado su séptima participación en unos Juegos Paralímpicos después de recuperarse contra reloj tras romperse el tendón de Aquiles, con guiño en su discurso para las familias, «que son las que más lo sufren». El ausente David Valero, medalla de bronce en mountain bike, participó a través de una videollamada: «Fue un orgullo representar a Granada y a toda España en unos Juegos Olímpicos y seguiré luchando». Recibió el galardón del bastetano su paisana María Pérez, natural de Orce.

Jacinto Garzón y Jesús Montiel también recibieron sendos homenajes como entrenadores de María Pérez el primero y Laura Bueno e Ignacio Fontes el segundo. «María es una atleta infatigable cargada de valores desde la excelencia por dar siempre lo mejor de sí misma. Hizo posible mi sueño de acudir a unos Juegos Olímpicos», agradeció Garzón, quien también tuvo palabras de cariño para la Delegación de Educación y Deporte en la que trabaja «por su sensibilidad» para permitirle «conciliar la vida deportiva con la académica»; Jesús Montiel, como «referente por haber sacado atletas desde muy abajo y desde que son pequeños con un gran trabajo»; y José Manuel Ruiz, «compañero de fatigas y una persona muy especial».

El momento más emotivo del acto tuvo lugar al tomar la palabra Jesús Montiel, quien vivió la injusticia de no haber sido incluido en la delegación de la Federación Española de atletismo para Tokio pese a la clasificación de dos de los atletas que dirige. «Estos reconocimientos reconfortan a cualquier deportista porque son el premio al esfuerzo y hacen que valga la pena; se necesita, sinceramente, con todos los palos que pega la vida», admitió, interrumpido por las lágrimas. «Cada vez hay más deportistas granadinos y cada vez lo que hacen mejor. Algo pasa en Granada cuando se está convirtiendo en referente nacional. Siempre di todo por el deporte de esta provincia, lo llevo en la sangre -en referencia a su hermano Esteban-. Un día conocí a una niña de siete años y ahora es olímpica -dijo en referencia a Laura Bueno-. Esto conlleva muchos sacrificios y sinsabores, hasta querer dejarlo, pero supe que tanto Laura como Ignacio iban a llegar al verles crecer. Y como sigo siendo un loco, quiero verles en París y no solo a ellos, sino a uno o dos atletas de mi grupo más», se retó.

Cerró el acto, aún con el vello rizado, la directora general de Promoción deportiva, Hábitos Saludables y Tejido Deportivo, María de Nova. «Le entiendo porque yo también estudie INEF y fui deportista de alto rendimiento como nadadora, aunque no llegué a unos Juegos Olímpicos. Imagino lo que puede suponer que se alcance ese objetivo final, la ilusión de cualquier persona que se dedica al deporte», compartió. «En los ciclos olímpicos hay muchos altibajos que hay que superar con motivación. Eso es el deporte y hay que tener una sangre especial, porque se pueden dar lesiones como las de José Manuel Ruiz, que merman la capacidad física y generan frustración», empatizó.

María de Nova quiso recalcar que desde que asumió sus responsabilidades ha insistido al consejero Javier Imbroda, entrenador de baloncesto, para dedicar al deporte todos los recursos posibles. «Al preguntar lo que se daba a los deportistas vi que el presupuesto era bajísimo, para mi desgracia, y que no había ningún programa especial. Pero mi equipo lo vive muchísimo e intentamos proteger a los deportistas más allá de las estructuras básicas de las Federaciones, desde el máximo nivel y antes, durante y después de la competición; también en la transición a sus vidas profesionales, que son más largas que las deportivas», subrayó. «Las instituciones debemos ayudarles, no solo ponerles las medallas. Hemos aumentado las ayudas con iniciativas piloto como la del programa CEDA en Granada, que ya engloba a setenta deportistas también en otras provincias andaluzas, e incluso con recursos para disciplinas que no son olímpicas», advirtió. «Gracias por el ejemplo que dais y por ser embajadores y referentes de esta provincia», cerró María de Nova con agradecimiento sincero para los deportistas olímpicos presentes.