Los consejos de los expertos para cuidarte en verano y volver a tope en septiembre

José Antonio Guarnido atiende en su centro de podología de Churriana de la Vega desde a atletas olímpicos que llegan procedentes de Iberoamérica hasta a futbolistas de Primera. Por sus manos pasan dolencias más o menos comunes con tratamientos pormenorizados según el caso. Y, quizá por eso, una de las cosas que más le ha llamado la atención ha sido recibir un aluvión de chavales lesionados durante esta temporada. ¿Las causas? Las prisas por recuperar la actividad tras el confinamiento, a su juicio.

«Las lesiones más frecuentes que me he encontrado durante este año están en el talón. El Sever, que se da en la parte central y posterior, donde se inserta el tendón de Aquiles. Lo que nosotros llamamos una apofisitis en la zona», explica, algo que viene provocado en muchas ocasiones «por la cantidad de partidos que le han metido a los niños después de las pausas del calendario por el covid», advierte.

A Guarnido le han llegado niños a consulta con padres muy preocupados, «que me cuentan que han tenido dos o tres partidos semanales, además de los entrenamientos y, en una estructura que es tan blandita, esto les genera tantísima tensión que provoca desajustes, desequilibrios tanto musculares como estructurales». Un dolor en el talón que «está siendo otra pandemia en los chavales jóvenes, hasta los 14 años. Por culpa de una mala planificación deportiva que se da sobre todo en fútbol y en atletismo, concretamente en saltadores», alude el podólogo.

Para esta u otras afecciones, muchos deportistas de base se han tratado durante el curso escolar pero llega el verano y tal y como abandonamos muchas obligaciones, hacemos con los tratamientos. Que «es como si soy miope y en verano me quito las gafas. Pues lo mismo. Si tienes diagnosticadas unas plantillas, no te pongas chanclas». ¿De qué debemos huir en verano? «Es tiempo de los papilomas, esas verrugas plantares de las que nos contagiamos sobre todo en las piscinas. En adultos y niños». ¿Y qué podemos hacer? «Hay unos patucos de neopreno que quieras que no, algo te quita. Pero calor, humedad y aglomeración de gente es el cóctel perfecto para los contagios. Hongos, desajustes microbióticos en la piel… es casi inevitable, como los piojos en los colegios, siempre encontrarás un foco», avisa el 'Maestro'.

Otro de los dolores ocasionales del verano son las quemaduras en la piel. «Qué típicas son las 'pachangas' en chanclas y cuánto daño hacen. Me encuentro quemaduras en la planta del pie, en el lateral, uñas quebradas… No somos brasileños. El europeo occidental no tiene la piel preparada para estas cosas, aquí hace frío en invierno». Y en el capítulo de quemaduras… «¡Hay que echarse crema en las palmas de los pies! Parece una tontería, pero cuando te das la vuelta tomando el sol, es una de las zonas más sensibles de tu cuerpo».

Sebastián Díaz además de nutricionista es portero en el Churriana de la Vega. Por eso, muchos compañeros confían en su consejo para seguir su dieta. «En verano, el calor hace que nuestro cuerpo pierda agua en mayor medida y las altas temperaturas nos pueden pasar factura haciendo que nos deshidratemos. Por eso hay que beber más agua pero si te cansa, también te puedes ayudar de frutas ricas en agua como la sandía, las cerezas, el melocotón, la piña, la nectarina… y podemos tomarlas en forma de brochetas, gazpachos, granizados, helados caseros… Y mejor en formato de batido que en zumo porque cuando las exprimimos desechamos la pulpa, justo el lugar donde la fruta guarda su mayor cantidad de fibra y de vitaminas. Incluso al no estar presente esta fibra, tenemos una mayor cantidad de azúcares libres y el cuerpo los absorbe con mayor facilidad, lo que implica un mayor riesgo de enfermedades crónicas». Por eso, «si batimos la fruta, esta nos va a saciar más y además vamos a consumir toda su fibra y sus vitaminas, con menor cantidad de estos azúcares libres», aconseja.

En cuanto a la alimentación durante el verano es importante «tomar alimentos que no sean pesados y que sean ricos en nutrientes como pueden ser algunas sopas frías, ensaladas o verduras en crudo para que no pierdan cualidades nutritivas».

Aunque para el nutricionista no hay un número necesario de comidas al día, es recomendable repartir un mayor número de estas al día en vez de hacer pocas y copiosas. «Así evitaremos esa sensación de pesadez que aumenta con el calor», explica. Aún así, si el niño no está acostumbrado a desayunar no hay que obligarlo y si se despierta más tarde, podemos retrasar el desayuno. «Lo importante es que las comidas principales no pierdan calidad durante el verano y sean igual de equilibradas que durante todo el año», abunda Díaz.

Durante el verano, la gastroenteritis es muy frecuente en niños. «Las altas temperaturas nos obligan a guardar en el refrigerador los alimentos con más cuidado durante el verano. Además, asegúrate de la cocción completa de carnes y huevos, evita las salsas y nunca te olvides de lavarte las manos antes de comer para evitar que estas sean un caldo de cultivo para las bacterias que nos provocan este tipo de infecciones», remata el dietista.

David Aguilar es psicólogo en Mentalis Rondasalud y en este centro de psicología se ha hecho palpable este año un repunte en tanto en trastornos del aprendizaje como en los trastornos de conducta.

El experto apunta que al salir de la pandemia las normas han sido más laxas y los hábitos y rutinas se fueron perdiendo, «por eso costó un poco más retomarlas durante el curso». «Ahora, te diría que hemos llegado a una normalidad en cuanto a este tipo de trastornos de aprendizaje», añade.

En Mentalis han analizado un incremento de los trastornos de conducta desde que terminó la época más dura de la pandemia, quizá provocado por «la convivencia con los padres, que se vio deteriorada al estar continuamente con ellos en el confinamiento», algo que los adolescentes «lo han acusado mucho más», recalca.

El psicólogo recomienda continuar este verano con una buena rutina de sueño y con buenos hábitos alimentarios. «Planifica tus tiempos de descanso, de actividad, de ocio, y pasa ratos con tu familia. No puedes llevar una vida sin ningún tipo de horario, ni relacionarte únicamente desde el móvil. Tienes que fomentar el contacto directo con los tuyos, sobre todo con tu familia», apremia.

«En septiembre, nos encontraremos con dificultades en el aprendizaje, con problemas de adaptación, incorporación al colegio o al instituto, que no quieran ir por alguna circunstancia. O por el consumo de algún tipo de sustancias, que en verano repunta más», repasa. Respecto al consumo de drogas, la mejor prevención es hablar con nuestros hijos de los aspectos negativos. «El cannabis provoca daños a nivel cerebral, trastornos emocionales, depresiones y brotes psicóticos. La mejor prevención es tener muy claro esto y hablar de ello con nuestros hijos».

Y en cuanto a la vuelta al curso escolar, comienza a coger rutina en septiembre, levántate a un horario adecuado para las clases. «Para aprovechar el verano, comparte con tu familia el mayor número de actividades posibles. Respeta los espacios de cada uno y controla el uso de la tecnología», reitera el experto.