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Vecinos y amigos de Carlos Rodríguez le esperan a su paso por Almuñécar. PEPE MARÍN
Ciclismo

«Carlos es el niño que todos quisiéramos tener»

Ambiente en la Vuelta por el ídolo local ·

Los vecinos del prodigio sexitano se vuelcan con él a su paso por Almuñécar

Jueves, 1 de septiembre 2022, 20:19

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Hubo muchos sexitanos que no pegaron ojo la noche anterior al paso de su vecino Carlos Rodríguez por Almuñécar. «Siempre nos lleva en la boca allí por donde va, y lo mínimo que podíamos hacer para agradecérselo era conseguir que se sintiera arropado cuando pasase por aquí y echarnos a la carretera», compartieron con IDEAL. La antigua Sexi se engalanó con pancartas y banderas de apoyo a su nuevo ídolo, ya realidad consagrada del ciclismo nacional, y cientos de personas tomaron los arcenes de la nacional 340 para impulsarle en su primera Vuelta a España. «Tantos nervios para luego verle pasar en apenas cinco segundos, pero vale la pena. Después de haberle visto crecer desde niño, y como es tan buena persona, para nosotros es muy emocionante», aseguraron un poco entre todos.

Porque Almuñécar entera quiere a Carlos. Lo verbalizaba antes del fugaz paso del pelotón su concejal de Deportes, Luis Aragón: «Tiene unas cualidades personales que le hacen ser una persona muy querida. Todos sus amigos le adoran. Es muy sencillo y, aunque no hable mucho, participa en la vida cotidiana del pueblo y siempre procura saludar y tiene una palabra amable para todos. No olvida sus raíces. Va a ser un referente en la localidad durante muchos años. Es que es muy bueno, el niño que todos querríamos tener». Álvaro Valderrama, de solo catorce años, compartió con Carlos Rodríguez varios años de su pasado en BMX y no aguanta la sonrisa nerviosa que se le dibuja en la cara. «Fueron muy bonitos, y un orgullo ahora que le veo entre los mejores. Aún se me hace raro verle ahí. Todavía le escribo por Instagram y me contesta y hablamos. Ojalá me reconozca al pasar», suspiraba.

«¡Vaya solazo! ¡Teníamos que habernos traído las cervezas!», se vociferaba a lo largo de la N-340 mientras los amigos de Carlos Rodríguez toman posiciones a ambos lados de la carretera, a la altura del Mesón El Mateano. «¿A qué esperan para cortar el tráfico?», se preguntaba alguno mientras siguen subiendo y bajando vehículos que se unen a la fiesta a bocinazos. Faltan sus padres, Juan Antonio y María del Mar, que vienen acompañándole durante toda la Vuelta aunque hace una semana que dejaron de poder acercarse a él por las medidas de seguridad de la organización ante los contagios de covid-19 en el coronavirus.

«Ambos son personas excepcionales, encantadoras. Todavía sale a entrenar de vez cuando con el padre en la moto por aquí», acordaron todos los integrantes de los clubes sexitanos tanto de ciclismo como de BMX, ambos representados tanto en la salida desde Salobreña como al paso por Almuñécar.

Aragón, que fue coordinador de las categorías inferiores del Almuñécar 77 durante dieciséis años, intentó captarle cuando solo tenía seis. «Me di cuenta de que rehuía las pachangas; no le gustaban los deportes de contacto. Fue cuando saltó al BMX y arrasó hasta ser campeón de España. No había mucha competitividad, pero era un deporte exigente. Cuando luego se pasó al club de ciclismo y a la carretera y siguió ganando hasta que le firmó el equipo de Valverde del Camino (Huelva), comprendí que tarde o temprano llegaría a lo más alto», recreó el concejal. «Sus virtudes psicológicas son casi más importantes que las físicas. Es una persona muy inteligente, sensata y modesta. Conociéndole, con su madurez, va a ser top-10 del mundo. Ojalá suba al podio en la Vuelta, pero ya estamos más que satisfechos con lo que ha hecho hasta ahora», reseñó.

PEPE MARÍN

Ramón Ortega, un socio veterano del club ciclista de Almuñécar, rememora con cariño las primeras imágenes que le vienen a la cabeza de Carlos sobre una bicicleta. «Recuerdo lo delgado que era y cómo se le inflaba el plástico que se ponía al salir con la bicicleta; parecía un globo, con las piernas colgando, pero siempre iba 'dale que te pego'», comenta divertido.

«Se lo merece todo, porque es muy noble. Todavía nos saluda cuando nos cruamos por La Gorgoracha», agradeció Ortega. Porque Carlos siempre saluda, también a los niños. «Ahora mismo somos sesenta socios en el club, y todos le seguimos. Cada vez hay más ciclistas en Almuñécar y las nuevas generaciones le toman por ejemplo», remarca. «Al último memorial 'David González', en abril, llevó gorras del Ineos para todos los niños», cuenta el edil Luis Aragón.

«Nos tiene a todos con el alma en un hilo», expresa Ramón Ortega. Un compañero, Norberto Montoro, apuntó, optimista, que «la Vuelta no ha terminado todavía» y que «etapas duras, como la de Granada del próximo domingo, probará cómo responden las piernas».

«Estamos todos muy ilusionados. Sus sueños y éxitos lo serán de todo Almuñécar», recoge Luis Aragón de boca de todos. «Todo lo que le está pasando encaja perfectamente con su personalidad. Buen niño, educado, estudiante de doble grado de ingeniería eléctrica y mecánica... lo tiene todo. Nos tiene loquitos de contentos. El miércoles estuve con sus padres y me emocioné al hablar con ellos sobre todo lo que hemos vivido... y él sigue así, tan sencillo. Es un plus para volcarnos con él», insiste. Y Carlos pasó por Almuñécar, por la N-340. Fueron solo cinco segundos, pero saludó. Y mereció la pena.

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«Carlos es el niño que todos quisiéramos tener»