Baza disfrutará de su torneo femenino desde este lunes

El Club de Tenis Cid Hiaya vuelve a ser punto neurálgico de un Open ya consolidado en el calendario, internacional desde hace años y que, una década después de su irrupción como torneo, gracias a su crecimiento sostenido pero progresivo en el tiempo, se ha convertido en referente absoluto en la zona al no haber otro que se le acerque en apuesta monetaria. De hecho, tan solo Sevilla y Palma del Río, en ámbito andaluz, llegan a una inversión similar.

En comparación con el género masculino, son dos los que se organizan anualmente por siete para hombres, lo que pone de manifiesto una clara desigualdad de oportunidades. La razón financiera, a la que se suma el componente geográfico -844 metros de altura respecto al mar-, convierten el JCastillo-Occident en un campeonato duro e impredecible, con la curiosidad de que, hasta la fecha, la ganadora no partía entre las favoritas en un principio a alzarse con el trofeo de campeona.

En el marco de premios cabe destacar que el reparto es de 25.000 dólares, aunque la denominación W35 se debe a que ahora se dan 35 puntos WTA -anteriormente eran 25-, más allá de los puntos ITF. Estos, por tanto, se reparten entre las tenistas conforme a su clasificación final. La ganadora se embolsará, evidentemente, 35 puntos; la finalista recibirá 23; quien llegue a Semifinales, 14; a Cuartos, 8; a Octavos, 4; y desde la ronda Qualy percibirán un punto aquellas que la alcancen. La importancia que ha adquirido esta cita para el Club de Tenis

Cid Hiaya hace que se haya presupuestado un desembolso estimado de 61.000 euros, que se destina a la organización y preparación del evento. Una cifra a la que es posible llegar con la inestimable aportación tanto de colaboradores tales como empresas privadas y asociaciones sin ánimo de lucro, así como de otras administraciones como Ayuntamiento de Baza, Diputación y la Junta de Andalucía. Y, por supuesto, de la marca JCastillo-Occident, quien pone su nombre a la competición.

Entre las intervenciones públicas, se rescatan algunas frases de los propios interventores. Por orden, fue Manuel Navarro, Presidente del Club de Tenis Cid Hiaya y Director del Torneo, quien abrió los turnos de palabra recordando que «por tercer año, ocurre un pequeño milagro en Baza y es que el circuito profesional de la ITF escala en nuestra ciudad en algo que podría asemejarse ya a la cotidianidad, pero no lo es», afirma, alegando como prueba de ello que «en Andalucía Oriental -Granada y Almería- no se ve nada parecido». Tras él cogió el testigo Ramón

López, teniente alcalde en el Ayuntamiento de Baza -y con pasado en este deporte-, que aprovechó para recordar la inversión que se destina desde el consistorio con un esfuerzo «extraordinario» y «sin precedentes con los convenios que se vienen dando», con un montante que asciende a los 17.000 euros, un esfuerzo «muy importante para la ciudad pero que la repercusión que ofrece el torneo hace que se necesite seguir apostando por él y el impacto que devuelve a la localidad», aseguró el también encargado en la concejalía de economía bastetana.

También tuvieron la oportunidad de hablar José Antonio Sánchez Jaimez, vicepresidente de la Federación Andaluza de Tenis, quien aprovechó para rememorar ediciones anteriores y su correcto funcionamiento, además de Laura Castillo, hija de Javier Castillo, quien relevó a su padre -en ausencia de éste- como representante vocal de la marca que da nombre al Open JCastillo-Occident, y que mostró su orgullo porque la empresa de su progenitor «apueste por un torneo femenino» y le de visibilidad «tanto en los que viene haciendo como en los que quedan por llegar.