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Rafa y Rafi, de la mano a través de las nubes
Salvador Olivas y Nuria Orta vencen en la séptima edición del Abades Stone Race de Loja, que vibra durante horas con la prueba que recorre el corazón de su sierra y que completan más de medio millar de corredores
Antonio Sánchez
Granada
Domingo, 31 de octubre 2021, 15:24
El amor de una madre es más grande que la Sierra de Loja. Rafi lo demostró en el día de ayer para que Rafa concluyera ... la séptima edición de la Abades Stone Race, para la que llevaba semanas preparándose. El plan para recorrer los más de once kilómetros que había que superar para los senderistas de la prueba estaba claro. Javi, el padre de Rafa, de una mano. Rafi, su madre, de la otra. Pero antes de llegar a la mitad de la carrera se torció todo. El padre de este joven lojeño con hiperplasia congénita primaria se torció la rodilla en la que ya arrastraba molestias y se retiró de la carrera antes de que la lesión fuera a peor. Rafa y Rafi tenían frente a sí el ascenso del Paso de la Burra, en donde la montaña se convierte en una pared. Y no se lo pensaron. Rafi cogió de un puñado a Rafa y tiró de su hijo hacia arriba. Fue un infierno para ella, pero ahí estaba su pequeño disfrutando entre las nubes de la Sierra de Loja.
El ascenso fue crítico. Javi llamaba desde el coche en el que bajaba hacia la meta para saber que todo iba bien. Llamó a su cuñada, que estaba recorriendo la carrera con su hijo Diego, que tiene síndrome de Down. Le cogió el teléfono, pero no sabían nada de la dupla Rafa-Rafi, que haciendo gala del 'impossible is nothing' continuaba a lo suyo. Cuando la pendiente se calmó Rafi le devolvió la llamada a su marido y le echó la bronca. Estaba todo en orden. No había motivo por el que preocuparse. Y ahí siguieron los dos hasta abajo. La meta les aguardaba en Parque de los Ángeles, que era una fiesta en la salida y lo fue hasta la llegada de todos los corredores, bien entrada la hora de comer.
Cuando aparecieron Rafa y Rafa, sus vecinos rompieron en un fuerte aplauso. Rafi no podía más, pero Rafa no cabía en sí del gozo al ver cómo era el protagonista. Disfrutó con la llegada, con las fotos, con la música y esperó a su primo Diego. Lo vio aparecer y corrió a buscarlo para darse la mano al cruzar la meta. Entraron juntos, mientras que todos sus familiares y amigos disfrutaban del momento. Si ya para cualquier senderista es complicado completar once kilómetros a través de una montaña húmeda y resbaladiza, imaginen para ellos. Por eso tenían mucho que celebrar mientras que el cielo lloraba de alegría al verlos.
Ambos completaron uno de los momentos más emotivos de la Abades Stone Race, que nuevamente supuso un desafío para los atletas a través de la Sierra de Loja. Hubo tres recorridos, uno de once kilómetros para senderistas y otros de quince kilómetros y de 32 para corredores. En la madrugada del domingo llovió y por la mañana hubo que retocar sobre la marcha el recorrido para que no hubiera ningún riesgo para los atletas. A las 09.30 estaba todo listo para que los 'runners' tomaran la salida. Lo hicieron con la conciencia de que lo que venía por delante iba a ser duro. Para aquellos que completaran la versión 'larga' de la prueba la subida por el Paso de la Burra iba a ser simplemente un aperitivo de lo que les quedaba por delante. El interior de la Sierra de Loja les esperaba para seleccionar a los mejores y que la carrera llegara decidida a las calles del municipio.
Ganadores
Salvador Olivas y Nuria Orta fueron los vencedores de una prueba que lograron completar más de medio millar de corredores de los 750 que tomaron la salida. El primer clasificado de la categoría masculina concluyó la carrera en tres horas y algo más de 19 minutos, mientras que la ganadora femenina lo hizo en cuatro horas y media. La llegada fue solemne para ambos. La fiesta de la que ya disfrutaban todos los senderistas que habían recorrido los diez kilómetros o aquellos que habían culminado el recorrido 'light' de la Stone Race detuvieron el refrigerio y la cerveza para romper a aplaudir a los vencedores. La vencedora femenina, de Alicante, tuvo sus palmas, pero la ovación cerrada se la llevó Salvador Olivas, atleta local que en el día anterior se había quedado segundo en la subida vertical de medio kilómetro por el Paso de la Burra.
Ambos supieron qué había que hacer bien y lo que era diferencial sobre el terreno húmedo de la sierra lojeña. En las subidas mantuvieron el tipo, pero en las bajadas, en las que había que conocer muy bien por donde se pisaba, lograron distanciarse del resto de corredores. Salvador Olivas comentó nada más llegar a la línea de meta que, a pesar de que había disfrutado la prueba, había sido «muy difícil de correr, muy resbaladiza y técnica», algo que no le impidió distanciarse de todos los adversarios en el último descenso, antes de que se iniciara la recta final de la carrera, ya sobre el asfalto de Loja. La carrera, ya de por sí exigente, lo fue aún más ya que la piedra caliza de la sierra, que agarra bastante cuando está seca, se convierte automáticamente en una pista deslizante cuando caen unas gotas, por lo que salirse de la trazada marcada por la organización en algún momento podría suponer no continuar. «He ido controlando. En la subida había que mantener la cabeza fría y en las bajadas me la he jugado porque sabía que era muy complicado», relató Olivas sobre la prueba.
La organización del evento, a cargo de Mala Cara Running en colaboración con el Ayuntamiento de Loja, expresó a IDEAL su satisfacción por el desarrollo de la misma. Los cambios en el recorrido, que fueron mínimos y afectaron sobre todo a la ruta a cubrir por los senderistas, «era algo que teníamos previsto, porque sabíamos que podía llover aunque no sabíamos la intensidad». Antonio García, presidente del club Mala Cara Running, no escondió ayer su «alegría» en lo que consideró un paso más «hacia la ansiedad normalidad». «Las sensaciones son muy buenas y positivas porque la sierra, a pesar de la lluvia, ha chupado bien el agua y aunque esta piedra no permite relajarte en ningún momento los corredores se lo han encontrado mejor de lo que esperaban», resumió.
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