El Arenas perdona la goleada a un flojo Huracán Melilla

El partido entrañó poca dificultad para el conjunto arenero, al que le bastaba una conducción de un inspirado Carrillo o un balón en largo buscando la carrera de Ezequiel o Benítez para plantarse ante Franco. El Huracán Melilla se mostró como un equipo tremendamente indisciplinado en lo táctico, con mucho talento individual con balón pero falto de sacrificio cuando tocaba correr para su propia portería. Falín, con una tijera en el aire, puso el primer '¡uy!' en la boca de los armilleros. Su acrobático intento se marchó desviado por poco. Los azulones, por su parte, lo trataban desde la individualidad de Amar Bilal, su mejor hombre. Robó un cuero en el área armillera y le pegó fuerte y colocado, pero Ariza lo rozó lo justo para mandarlo a córner. Fue su único conato de respuesta. El resto del primer tiempo el portero local sería un espectador más.

Benítez ya logró romper las mallas al cuarto de hora, pero el linier levantó el banderín sin demasiado motivo. El balear partía en una clara posición legal y batió por bajo a Franco. Era un aviso de lo que llegaría poco después. Y, si no llegó antes, fue porque el Arenas intentó rizar el rizo demasiadas ocasiones cuando pisaba área visitante. Siempre buscaban un pase más o un regate más del necesario. Le ocurrió a Falín tras dejar sentado a un defensa, cuando dio tiempo a que Franco se le echara encima. Machado perdonó otra casi a portería vacía, haciendo justicia pues esa sí que era fuera de juego claro y no fue señalado. El mundo al revés en los ojos de los jueces de línea.

Pero tanta llegada a portería melillense iba a acabar en gol en la jugada menos esperada: una falta a favor del Huracán. La puso fatal Sidi, muy poco tensa y a baja altura. La defensa despejó y le cayó a Benítez, que por delante solo tenía dos defensas parados. Se echó el balón en largo y les sacó metros en cada zancada para recorrerse más de la mitad del campo, regatear a Franco y empujarla a puerta vacía. La ocasión perfecta para sacar de nuevo aquella nariz de payaso que tan feliz hizo a Los Cármenes. Machado perdonó el segundo en otra contra bien llevada por Benítez tras un pase precioso de Maldonado. Y cuando el partido parecía que se iba al descanso con un cortísimo 1-0, Ángel emergió en un córner para dar algo más de tranquilidad. Benítez la puso bien al segundo palo, el portero visitante salió a destiempo y el espigado central solo tuvo que poner la cabeza.

El contexto no cambió en absoluto en la segunda parte. Nada más empezar, Dani Benítez se quedó solo en un desajuste defensivo. Corría en paralelo Ezequiel y la intención del balear no parecía otra que aguardar la salida del portero para brindarle el gol en bandeja al '10'. Sin embargo, el último control fue demasiado largo y el portero se avalanzó sobre Benítez. El partido se puso feo con una enorme tangana generada por un enganchón entre Ezequiel y Riduam.

El pique reavivó al Huracán, que le puso intensidad de más y generó peligro a balón detenido. Dosse estuvo muy cerca de acortar distancias en un córner que remató de cabeza completamente solo. Casi la pone en la escuadra. El Arenas trató de volver a imponer su criterio con balón. Catalá quitó a un Fran Machado que tuvo mañanas mejores, y al siempre incisivo Falín, para reoxigenar el ataque con Nacho Buil y Juan Carlos Fernández. Benítez, mientras, siguió pintando de fantasía la banda derecha, desde donde superó por velocidad a todos los visitantes y la puso rasita y al punto de penalti para Ezequiel. Tuvo tiempo hasta de detener el envío, pero luego la ajustó tanto que la sacó de la portería.

El partido, que estaba acelerado de más, con un juego muy brusco por medio sobre todo de los visitantes, bajó pulsaciones por la lesión del portero del Arenas. Ariza salió a por un balón largo que también buscaba Dosse y ambos chocaron. La peor parte se la llevó el portero, que quedó seminconsciente en el césped y no pudo seguir. Armilla volvió a entrar en calor con un detalle de Nacho Buil. El atacante tiró un caño y asistió a Alberto, que no se esperaba la rápida salida de Franco y no pudo hacer el tercero, que sí llegaría en el añadido. Dani González puso un gran centro al segundo palo y ahí la empujó Nacho Buil, aprovechando el desmarque de Alberto Sánchez, que arrastó a toda la defensa.