La Alpujarra, planeta fútbol

La Alpujarra granadina es especial en todos los sentidos. Por su paisaje, por su historia, por su cultura, por su gastronomía y por sus gentes, principalmente. En cuanto al deporte, basta con pisar sus calles y dejarse guiar por los senderos de las Sierras de Lújar, de la Contraviesa o de Gádor ya sea a pie o en bicicleta para dejarse llevar.

Sin embargo, esta orografía que la hace tan especial al visitante se encarga también de complicar la comunicación de veinticinco mil habitantes que se reparten en veinticinco municipios distintos, con decenas de cortijadas y anejos, algunos con difícil acceso. Y esto, que sigue siendo precioso por su tranquilidad y estilo de vida, dificulta proyectos quizá secundarios para muchos pero que también son muy importantes en cuanto a la formación de los jóvenes. Por ejemplo, armar clubes deportivos que unifiquen el talento y que profesionalicen métodos para mirar a la élite.

Durante las últimas décadas, muchos han sido los intentos para construir un proyecto deportivo común y casi todos han terminado prácticamente del mismo modo, en el olvido de un cajón. No obstante, hay uno que está brillando esta temporada y que merece un capítulo aparte por su originalidad y por la integración de niños y niñas de hasta una docena de nacionalidades distintas porque la Alpujarra, entre otras muchas cosas, es una comarca que reúne nacionalidades, razas y culturas para mezclarlas como pocas.

El Unión Alpujarra es un equipo de nuevo cuño que, entre otras cosas, está liderando el grupo 'A' de la Cuarta infantil de forma brillante. Estos chicos aventajan al segundo clasificado en 16 puntos, por delante de conjuntos como el Granada Base, el Zaidín o el Churriana. Pegar la oreja en un entrenamiento del equipo benjamín sirve para aprender idiomas porque aquí se habla más del 'offside' que del fuera de juego. Y hay tres niñas en el alevín que apuntan a rojiblancas. Al tiempo.

Cada tarde, el campo municipal de Órgiva reúne a cerca de un centenar de niños y niñas de este municipio y también de sus anejos Alcázar, Las Barreras, Bayacas y Los Tablones, pero también de Pampaneira, que se ha unido con fuerza al proyecto del club. Llegan también desde Lanjarón, de Torvizcón, Pitres, Capileira y Cáñar. Todos juegan en el Unión Alpujarra, pero aquí no se habla solo castellano, ni siquiera 'granaíno'. Hay entrenamientos en los que se mezclan los idiomas porque este club acoge a futbolistas de once nacionalidades distintas. Jugadores en formación cuyos padres han llegado hasta aquí desde Alemania, Italia, Rumanía, Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Pero también desde México, Chile, Marruecos y Gambia.

Cuando le preguntan al presidente de este club qué es lo que más le llama la atención de sus futbolistas, no duda en lanzar su respuesta. «Que a pesar de que haga mal tiempo y llueva, como esta semana, ninguno falte a entrenar», dice. Y no es para menos porque aquí hay muchas ganas de fútbol.

«Remar juntos»

Cuestionado el 'presi' Núñez sobre por qué nace un proyecto como este, determina que aquí «no triunfaron otros equipos porque cada uno luchaba por su cuenta». «Jugaba el Órgiva contra Lanjarón o contra Pitres… y esto a la larga no puede ser. Lo que tenemos que hacer todos los pueblos alpujarreños es remar juntos para tener un proyecto de fútbol sólido y que, sobre todo, permita a nuestros deportistas crecer, porque tenemos niños con maneras para terminar siendo buenos futbolistas», advierte.

La Unión Alpujarra mira a la élite pero sin quitar ojo a la formación. «La filosofía formativa del club nace de la diversidad, que nos parece importantísima. Tenemos la suerte de contar con niños de más de diez nacionalidades distintas y eso nos enriquece a la hora de enseñar valores de la mano del fútbol», defiende Antonio. Juegan todos: «No tienes que ser un fenómeno; si te gusta jugar, juegas».

Y para demostrar que trabajan valores, un botón en forma de tarjeta verde. El Unión Alpujarra entró en la clasificación del juego limpio esta temporada después de que el equipo benjamín se dejara marcar un gol porque, previamente, ellos habían empatado el partido con un rival en el suelo tras hacerse daño. No fue un gol cualquiera sino el 5-6 definitivo, que les costó el partido. «Los niños no lo entendieron al principio, se enfadaron un poco por la decisión que tomaron sus entrenadores. Pero se lo explicamos y aprendieron que si tenemos que ganar, lo haremos jugando limpio. Así lo hicimos y al final nos sirvió para estar en la clasificación del juego limpio sabiendo que nos llevamos una buena lección», apunta Antonio Núñez.

El Unión Alpujarra, con casi cien futbolistas, es una realidad desde esta temporada. Un club con el campo de fútbol en Órgiva pero con el corazón puesto en cada pueblo y en cada pedanía. Ahora depende de la valentía del resto de futbolistas de la zona. Si Huétor Tájar, con diez mil habitantes, mira a la Segunda RFEF o Armilla, con veinte mil, celebra los noventa años del histórico Arenas queriendo subir a Tercera, ¿por qué La Alpujarra no puede soñar con un club parecido? Todo está en seguir andando el camino.

Por acceso y población, Órgiva está considerada como la 'capital' de la Alpujarra. Aquí confluyen servicios, sedes administrativas y se encuentra el único campo de fútbol 11 de toda la comarca. Cinco anejos y seis mil habitantes muy activos porque, como señala el concejal de Deportes, Leví Acosta, «el deporte en Órgiva está a pie de calle». «Es así desde que sales de tu casa y tienes una oferta de senderismo o de bicicleta que surge de forma natural gracias a nuestro entorno», confirma, sin apenas parangón en toda España. «El deporte como tal está en la vida del pueblo, por eso nuestro trabajo es potenciar esa esencia, además de impulsar el acceso al deporte reglado», explica. Porque el fútbol es afición, pero también competición y esto es muy beneficioso para los niños y niñas en edad de formación. «Como concejal, pienso que el deporte debe estar reglado, federado, asegurado y ser de competición, sin olvidarnos de la promoción del deporte de base, es decir, de escuelas que ofrezcan la práctica de la actividad física sin más», desvela Acosta.

Hasta pilates

Actividad física. En Órgiva, calculan los responsables que la gran mayoría de la población tienen relación con ella. «La gente jóven se anima mucho a participar en las escuelas de pádel, atletismo, ciclismo, fútbol… pero también hay mucha demanda de senderismo», enumera Leví Acosta. También tiene éxito el pilates y los mayores de 65 abarrotan la clase de gimnasia deportiva. «Tengo que decir que la mayoría de participantes son mujeres. Y potenciamos un deporte al que le estamos poniendo mucho esfuerzo, el ajedrez, cuya escuela es gratuita para quien se apunta a ella y las clases son en el 'Cole'», apunta el edil de Órgiva.

Y para abrochar la oferta deportiva de la capital alpujarreña hay que apuntar el Gran Premio de Fondo Ciudad de Órgiva, que sopla treinta y tres velas esta temporada. O el Trail Nocturno del Guadalfeo, cita que se puso en marcha el año pasado y que fue todo un éxito.

Órgiva fluye «escuchando las demandas de la gente». «Somos un pueblo de seis mil habitantes y cinco anejos. De lo que se trata aquí es de facilitar el acceso al deporte a todo el que quiera practicarlo», remata el concejal.

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