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España se pasea ante Hungría B antes de medirse a Noruega en cuartos
Mundial | Segunda fase

España se pasea ante Hungría B antes de medirse a Noruega en cuartos

Los magiares optan por dar descanso a sus tres jugadores más relevantes, Lekai, Banhidi y el portero Mikler, y regalan la primera plaza del grupo a la selección de Jordi Ribera

l. m. de pablos

Lunes, 25 de enero 2021, 00:22

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El partido que se suponía más complejo y cerrado de todos cuantos ha disputado España en el Mundial de Egipto se convirtió en inesperado paseo triunfal camino de los cuartos de final para la selección de Jordi Ribera, que cierra como primera de grupo la 'main round' y encara en la mejor disposición la recta final que la separa de las medallas.

Nadie podía esperar un partido descafeinado entre los dos mejores equipos del grupo I, y sin embargo una de esas decisiones incomprensibles de banquillo lo propició, convirtiendo la resistencia húngara en una broma. Hungría, un balonmano en pleno proceso de renovación -ahora en manos del técnico palentino Chema Rodríguez- que lleva un par de años preparando el Campeonato de Europa que organizará en 2022, se atrevió a entregar la primera plaza de grupo a cambio de armarse antes del cruce de cuartos ante Francia. No tembló el pulso a la hora de defender esa metamorfosis que la situó en novena posición en el último Europeo y ahora la coloca entre los ocho mejores del mundo.

Y es que Hungría sorprendió a propios y extraños al decidir dar descanso a tres de sus jugadores con mayor peso en su juego, uno por puesto. No se vistió el central Mate Lekai, el auténtico faro de los magiares, y tampoco el pivote Bence Banhidi y el portero Mikler, por números el mejor del campeonato hasta la fecha. Cuestión de estrategia. Jordi Ribera quemó esa bala en el plácido partido ante Uruguay, dando un respiro a jugadores como Entrerríos, mientras que el tándem formado por Istvan Gulyas y Chema Rodríguez optó por 'perdonar' el último partido de la 'main round' pensando en el cruce de cuartos. Elegir rival siempre tuvo más de riesgo que de acierto, y en este caso habrá que esperar al cruce con Francia para saber si Hungría escogió con criterio.

España

Pérez de Vargas; Ángel Fernández (3), Marchán (3), Alex Djushebaev (-), Cañellas (2), Raúl Entrerríos (2); Solé (8) -equipo inicial-, Morros (-), Maqueda (4), Dani Djushebaev (1), Sarmiento (1), Figueras (1), Guardiola (2), Aleix Gómez (7, 2p) y Ariño (2).

36

-

28

Hungría

Szekely y Borbely; Topic (1), Gabor Ancsin (4), Zsolt Balogh (6, 2p), Hornyak (1), Miklos Rosta (2), Hanusz (1) -equipo inicial-, Szita (1), Gyori (5), Sunajko (4), Bence Nagy (2), Richard Bodo (-), Dominik Mathe (1p).

  • parciales: 4-2, 7-3, 9-8, 13-10, 17-12, 21-14 (descanso); 22-16, 22-17, 28-16, 30-19, 31-24 y 36-28 (final).

  • árbitros: Los macedonios Nachevski y Nikolov. Excluyeron a Maqueda (2), Nagy, Mathe, Topic, y Dani Djuskebaev.

  • incidencias: Último partido de la 'main round' o segunda fase antes de la disputa de los cuartos de final del Mundial de Egipto.

De momento las armas menos habituales hicieron su rodaje y sumaron kilómetros al motor, plantando cara a España en un partido de ida y vuelta que penalizó a los magiares y favoreció a los hispanos. El intercambio de golpes permitió el lucimiento de extremos como Ferrán Solé que, en velocidad, se fue hasta los ocho goles al descanso (21-14). Lo que se anunciaba como un duelo encarnizado por hacerse con el primer puesto del grupo se había convertido poco menos que en sesión de baño y masaje para los de Ribera, que dosificaron esfuerzos y optimizaron recursos para evitar desgastes innecesarios. El seleccionador guardó su pizarra y empleó el 'entreno' en repartir minutos entre sus catorce jugadores de campo. Apenas dos minutos de despiste, con tres pérdidas que anularon una primera renta (del 7-3 al 7-8), inquietaron su hierática posición a los pies del banquillo. El resto fue coser y cantar, remar con el viento a favor en un simulacro de octavos de final que le exigió lo justo y del que no se pueden extraer muchas más conclusiones que no sean la de una zancada más en su puesta a punto y caminar hacia las medallas.

Brilló una vez más Pérez de Vargas a gran altura en la portería, Maqueda afinó y dio un paso adelante a ambos lados de la pista, y junto a Guardiola y Viran Morros en el centro de la defensa levantaron un muro infranqueable. La guinda vino desde los extremos, que aprovecharon la velocidad en el saque de centro para disparar la ventaja por encima de los diez goles (28-16, minuto 45). Por poner un pero a un partido sin chicha ninguna, los goles encajados a puerta vacía por la lentitud en los cambios en inferioridad.

Es tiempo de cruces, el momento de la verdad para las selecciones favoritas. Poco vale lo hecho hasta ahora. Los cuartos de final servirán este miércoles a Hungría un coco como Francia, y enfrentarán a España con Noruega en el paso previo antes de pelear por las medallas.

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