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ANA TEBA
MARTOS
Lunes, 15 de enero 2018, 02:01
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La lluvia y el frío hacía presagiar que no sería un día fácil. Y no comenzó bien, sobre todo para Toni García, entrenador del Martos Club Deportivo. Fue salir la formación y un sector de la afición mostró su disconformidad con él. Pitidos y fueras fue lo único que se escuchó en la grada, mientras que el técnico se dirigió, en silencio, hacia el banquillo local. Lo de ayer, fue una prueba de fuego. A pesar de eso, la alineación no fue la habitual y algunos de los que menos han jugado durante la temporada ocuparon el once inicial que había elegido Toni García.
Primera ocasión fallida
En el momento de comenzar el partido, la lluvia dio una tregua y el Martos tuvo la primera ocasión del partido en el minuto seis, cuando Cristián Carrasco centró y la recuperó Horno, quién la mandó fuera junto al palo izquierdo de Buba. Pareció que equipo local iba a mostrar algo más sobre el césped, sin embargo, un minuto después, el Huétor Tajar ya había marcado el 0 a 1. Alberto, solo en el área pequeña, recogió el balón, mandándolo justo al poste donde Pozo no llegó a detener el balón.
Con el partido ya cuesta arriba, el Martos intentó resarcirse y llegar hasta el área de cancerbero del Huetor y lo consiguieron en el minuto trece, pero no se llegó a definir. Manu Simón fue el jugador que cabalgó con el balón por la banda izquierda, pero disparó cuando Buba ya estaba sobre él, obstaculizando una de las mejores ocasiones del Martos.
Pitada a Toni
El balón estuvo en tierra de nadie. No hubo ocasiones claras para ninguno de los dos equipos hasta el minuto diecisiete, cuando Adrián Ruiz disparó un balón lejano hasta la portería de Buba, quién se encargó de desviar el balón que no puso en apuros al portero visitante. Sin embargo, fue la única jugada destacable del equipo local en estos minutos. El sector crítico de la afición que asistió al Ciudad de Martos, de vez en cuando volvía a arremeter contra el entrenador local, pidiendo su dimisión.
La siguiente ocasión para los pupilos de Toni García, y la última en la primera parte, llegó a balón parado, cuando Cristian Carrasco sacó un córner que se encargó Sanabria de recoger el balón que terminó yéndose alto. A partir de este momento, el partido se convirtió en idas y venidas del balón, donde el equipo visitante mostraba más interés en el esférico, algo con el que el estado del campo a causa de la lluvia no ayudó. Sin cortes significativos durante los primeros 45 minutos, el árbitro no alargó mucho la primera parte, mandando a los dos equipos a los vestuarios con el 0 a 1 en el marcador, a favor de los visitantes.
Segunda parte
La vuelta del descanso no cambió el guión y costó que los jugadores volvieran a ubicarse sobre el césped. De nuevo, las ocasiones y el juego brillaron por su ausencia, en un partido bronco donde costaba que el balón circulara. Adrián Ruiz puso la primera ocasión de la segunda parte, en el minuto 53, en la que Buba tuvo que parar en dos tiempos el disparo lejano que el jugador marteño le envió. Aún así, nada cambió. El 0 a 1 seguía pesando en el marcador y el equipo visitante no mostraba preocupación porque el resultado fuera a cambiar. De hecho, en el minuto 60 volvieron a avisar. En este caso, fue Hernández el que mandó el balón hacia la portería local, sin embargo, Pozo se encargó de que la ocasión se quedara en eso: en una ocasión.
Aún quedaba mucho partido por delante y había que reaccionar, había que llegar al área visitante y se volvió a llegar, en el minuto 68 tuvo lugar la última ocasión del equipo local. Fue Borja el que tomó el control y no dudó en disparar a la portería de Buba, sin embargo, ese lanzamiento no fue certero y terminó saliendo por línea de fondo sin molestar al cancerbero de la portería rival. El tiempo siguió su ritmo, y el Huétor, con la entrada de Manu Daza al campo, había encontrado su sitio.
Ahora no había duda de que el equipo granadino estaba dominando el encuentro y que costaría más dar la vuelta al marcador. Una sospecha que terminó por confirmarse, cuando en el 75 Alberto puso el segundo para su equipo. Hernández se encargó de asistir a Alberto, que se encontró el balón en el área, solo ante Pozo y que solo tuvo que definir bien una vaselina para sentenciar el partido y colocar el definitivo 0 a 2 en el marcador.
Cuesta arriba
Aún así, los visitantes no se rindieron y hasta el 88 incomodaron a Pozo, que se mantuvo firme defendiendo su portería del disparo de Hernández para mandarlo a córner. Fue la última jugada de un partido que se puso cuesta arriba muy pronto para el equipo local y que agudiza la disconformidad de la afición con el entrenador. No tardaron en recordarlo en cuanto el colegiado pitó el final. Por otra parte, cuando el entrador ya abandonó el campo, esos mismos aficionados aplaudieron a los jugadores, en especial al portero Pozo, a pesar de la derrota contra el equipo granadino.
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