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Torreira y Tabárez en rueda de prensa AFP
El líder es Tabárez, que usó Francia de modelo

El líder es Tabárez, que usó Francia de modelo

El maestro uruguayo, al que todos admiran y escucha, dejó un dato sobre el argentino Pitana: «Nunca ganamos un partido con este árbitro»

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Nizhny Novgorod

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Jueves, 5 de julio 2018, 20:26

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La grandeza de una persona es complicada valorarla en un primer encuentro, pero hay detalles que dan pistas. Uno es ver la admiración con la que le escuchan quienes le rodean. Otra es cuando otros, ajenos a su círculo cercano, no paran de alabarle. Ambas cosas sucedieron, con un intervalo de 103 minutos, en la sala de prensa del estadio de Nizhny Novgorod con Óscar Washington Tabárez, de 71 años. Primero fue Didier Deschamps, «un rival que no un enemigo», el que dijo sentir «un respeto profundo» por este maestro del deporte convertido en forjador de éxitos de Uruguay. «Su labor es extraordinaria, con 3,5 millones de habitantes tiene una selección impresionante, que ya fue semifinalita en 2010. No voy a decir que lo admiro pero si que le tengo un gran respeto por lo que ha hecho y está haciendo», dijo el francés.

Nada más pisar la sala de prensa del estadio, al que llegó con una muleta por su neuropatía crónica, Tabárez lo primero que hizo fue una reflexión sobre la capacidad que tiene su país para competir en el ámbito internacional pese a contar sólo con 3,5 millones de habitantes. Y lo hizo mientras a su lado Lucas Torreira, uno de los jóvenes del plantel, le miraba durante toda su intervención con ojos de absoluta admiración pese a que Tabárez es el único capaz de comparecer ante los medios de comunicación en una rueda de prensa en la que se juega un billete para semifinales y reflexionar alejado de las prisas y las polémicas sobre cualquier asunto. «En estos tiempos que el Mundial da mucha visibilidad a los que participamos en él, parece que uno sea la única causa del éxito pero hay que creer en los trabajos colectivos . En Uruguay tratamos de ver cómo retomábamos algo que se rompió y nos alejó de los triunfos de inicios del siglo XX. La idea era rescatar parte de las cosas de esa historia a la que se quiere volver», destacó.

Y entre ellas «el trabajo con los juveniles es muy importante. El fútbol infantil es la actividad deportiva que congrega más gente en Uruguay. 300.000 personas van a ver esos partidos de fútbol infantil, hay una pasión que no se si existe en otros países. Si desapareciese eso nuestro fútbol no sería lo mismo», explicó antes de poner un ejemplo. «Federico Valverde (jugador del Deportivo que no pasó el último corte) tenía 9 años cuando jugaba la selección en Sudáfrica y ahora entrenaba con los que venían aquí. Quizá la vida es eso, dejar enseñanzas y tender puentes. Todos los grandes proyectos parten de las dificultades, de las derrotas y de las decepciones. A partir de ahí, debemos hacerlo sabiendo lo que se quiere y de manera permanente. Eso nos enorgullece y nos da fuerza para seguir intentándolo».

Los periodistas guardaban silencio. Atentos, como Torreira. Con los ojos como platos. Sorprendidos con esa primera respuesta en un día así, hablando del modo de vida cultural y social de sus paisanos. «Nosotros sabemos nuestras características demográficas y las limitaciones que tenemos. Es parte de lo nuestro, no lo valoramos a la hora de estar compitiendo. Pasó en Sudáfrica y en el 50. Lo dice una canción popular. 'Nunca favoritos, siempre desde atrás' (un dicho costumbrista que usan los uruguayos). Es algo que nos enorgullece. Es parte de la raíz nuestra, de que lo vamos a intentar», incidió antes de airear su «regocijo» por ver el comportamiento del grupo: «Me gusta ver el picado de siempre, el campeonato de truco (juego de cartas)... Son esas mismas que pasan en una familia, en un grupo de amigos... Además, a la hora del trabajo y de profesionalidad no se confunden», dijo sin citar que siguen su manual de buenos modales que no permite dejar platos sobre la mesa o no poner pies en las sillas, limita el uso de teléfonos móviles en el desayuno, comida o reuniones del equipo.

Sin pistas sobre Cavani

Eso sí, quiso insistir que «la historia la van a escribir los que están en el campo. Ellos van a tomar una decisión en las jugadas determinantes de un partido. Hay una gran ilusión y si pasamos se promocionará la ilusión para el siguiente. Hacer público (el sueño de ser campeón) lo único que hace es descentrar. No es fácil (ganar la Copa del Mundo) pero no lo consideramos imposible. Tenemos un margen de oportunidad y nos vamos a aferrar a él. Por eso sólo pensamos en el partido que viene. Los jóvenes si están cómodos es posible que tomen mejores decisiones en la cancha. Eso es uno de nuestros puntos fuertes y contra eso no creo que haya un rival que pueda hacer nada».

Tabárez, antes de analizar asuntos más concretos del encuentro, quiso seguir hablando al mundo, no a la prensa deportiva presente, y por eso optó por destacar la organización del Mundial actual y recordó que no es algo que le haya sorprendido. «En 2010 era la primera vez que se hacía un Mundial en África y dio la talla, lo dije porque era lo justo. Ahora este país (Rusia) está haciendo uno de los grandes Mundiales que ha habido y de los que yo he vivido, el mejor». Después de charlar, entró a valorar a su rival de manera más futbolera, con frases lapidarias: «Varane es la versión francesa de Giménez», «Deschamps tiene la inteligencia y de practicidad que es lo que hay que tener cuando uno depende de los resultados»; «siempre tiene que haber varios líderes y no sólo uno porque eso no funciona»... Una colección de enseñanzas dichas despacio, sin prisa, con buen gesto.

Con lo que sí se le vio enojado a Tabárez, que no solo supervisa a esta selección sino a todo el programa nacional masculino desde los menores de 15 años hasta el equipo que está en Rusia, fue con el tratamiento informativo del caso Cavani. «Pido 24 horas de paciencia. Lo de Cavani lo dejó ahí, porque la información ya se dio de modo precisa en dos comunicados y no quiero entrar en ciertos juegos porque circularon ciertos rumores. Ninguna ansiedad desbocada nos va a cambiar opinión. Nosotros queremos jugar el partido y vamos con la aspiración de ganarlo. No van a tener toda la información, no se quien va a sustituir al jugador francés suspendido (Matuidi). En un día «se va a saber quiénes integran el equipo titular y quiénes son los suplentes», señaló.

Lazos con Francia y su aprendizaje

Tabárez quiso destacar los lazos que le unen a Francia personalmente, algo que también sucede entre países. «Francia es muy poderoso y es un país con que hay un vinculo de respeto y de valores culturales evidentes. Fui al Liceo, el primer idioma que aprendí del español fue el francés. Cuando quisimos jugar un amistoso ello siempre dijeron que sí y otros no. Eso se lo reconocemos. Fui al Mundial de 1998 como miembro del grupo técnico de la FIFA y me explicaron cómo desarrollan la formación de jugadores en Francia, cómo siguen un mismo recorrido desde la infancia hasta la madurez. Aprendí muchas cosas. Tenían una tecnología que les permitía analizar al rival, algo que no conocíamos. Otra vez, en 2009, aprovechamos una escala tras un partido con Argelia para visitar Clairefontaine. Hay muchas cosas de las que aprendí ahí las pongo en práctica en mi trabajo. Serán rivales mañana pero de ninguna manera enemigos».

Pitana y los precedentes

Por último, y antes de regatear una cuestión sobre su futuro porque no desea «desconcentrarme en nada que no sea del partido», lanzó un dato sobre el colegiado Néstor Pitana del encuentro que sonó a dardo. «En los primeros cuatro partidos no me preguntaron por el árbitro y ahora sí por ser argentino. Mire, le voy a dar un dato. Nunca ganamos un partido con este árbitro (Pitana), pero no quiero entrar con estos jueguitos. Es un buen árbitro y tiene experiencia». Y se marchó, esperado por Torreira que seguro tiene muy presente lo que dijo su admirado Luis Suárez: «El maestro es uno de los mejores del mundo por su personalidad y por su ayuda a los jugadores. Todos los partidos, es importante para mí».

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