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Los jugadores atléticos, decepcionados en Sevilla. Reuters
Semana horribilis del Atleti
Fútbol

Semana horribilis del Atleti

Tres malos resultados consecutivos, una eliminación de Copa, la lesión de Diego Costa y algunos errores de Simeone han sembrado dudas en una afición que arrancó 2018 ilusionada con la llegada de los fichajes, entre ellos un Vitolo casi inédito

Javier Varela

Madrid

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Miércoles, 24 de enero 2018, 14:28

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Siete días en el mundo del fútbol dan para mucho. Y sino que se lo pregunten al Atlético, que pasó de estar ‘clasificado’ para las semifinales de la Copa del Rey -hay quién dio por muerto al Sevilla post Eduardo Berizzo- y con opciones reales en la Liga, a quedar fuera de la competición del KO con dos derrotas merecidas y ver la Liga más lejos, casi inalcanzable. Los de Diego Pablo Simeone han pasado del cielo al infierno en sólo tres partidos. Dos de ellos los ganó el Sevilla de forma justa tanto en el Metropolitano como en el Sánchez Pizjuán y el otro, ante el Girona, lo echó por tierra el conjunto rojiblanco permitiendo al Barcelona abrir -todavía más- una autopista directa al título liguero. Por segunda vez en la era Simeone, el Atlético no alcanzará ni las semifinales de Copa o de Copa de Europa en una temporada. La exigencia ha subido y esta vez no la podrá cumplir el argentino.

Está siendo un año agitado en el club capitalino. Cuando en diciembre el Atlético decía adiós a la Champions League todo aficionado rojiblanco que se preciase se enrocaba en la idea de Cholo Simeone y se agarraba como un clavo ardiendo a la llegada de Diego Costa y Víctor Machín 'Vitolo' como si de dos salvadores se tratasen. El primero, como se preveía, ha mejorado al equipo, a sus compañeros y las estadísticas de cara a gol que tanto habían mermado el potencial de este equipo durante la presente temporada. Una elongación le impidió disputar la vuelta ante el Sevilla, pero sí estuvo en la ida y el equipo también perdió pese a su gol. El segundo sólo ha jugado 166 minutos desde que llegara, de los que apenas diez han sido en la Liga; torneo al que parecía optar el Atlético. El cuerpo técnico atlético cree que todavía el extremo español no está para jugar más de 45 minutos, pese a que parecía llamado a formar un tridente más propio de Neptuno junto a Griezmann y Diego Costa.

Porque ese tridente con el que soñaba la afición y el entrenador rojiblanco, se antojaba como el remedio al problema goleador que tiene el equipo esta temporada. En los 32 partidos disputados, el Atlético sólo ha sumado 47 goles, mientras que la pasada campaña, a estas alturas, llevaba 60. Trece goles que marcan la diferencia entre estar o no en la Champions y entre seguir en la Copa del Rey o no hacerlo. En la competición europea sólo fue capaz de marcar cinco tantos, mientras que en la Copa ha anotado 13, pero once de ellos a Elche y Lleida, dos Segunda B. Frente al Sevilla volvió a ser el equipo sin puntería y sin las señas de identidad que le han llevado a disfrutar de sus mejores años. El Atlético de hace un lustro era el Sevilla de esta eliminatoria copera. Un conjunto que a base de casta, compañerismo, compromiso y fe ganaba eliminatorias a equipos con más presupuesto y que le fichaban a sus mejores jugadores. Ahora es el Atlético el que ficha a golpe de talonario y el que muerde el polvo a manos del equipo expoliado. Fútbol.

'Cholo', en entredicho

Pero si hay un objetivo en las críticas de los dos fracasos que acumula el Atlético esta campaña no es otro que Simeone. El propio entrenador fue el primero en señalarse con el dedo: "La responsabilidad es absolutamente mía. Tengo la responsabilidad de caer eliminados de la Champions y de la Copa". Así de contundente se mostró el argentino, que volvió a estar poco acertado con los cambios, y al que se le lleva achacando durante todo la temporada que el equipo puede jugar mejor de lo que lo hace, que debe dar un paso al frente ya que vivir siempre en el alambre del 1-0 provoca disgustos. Lo que antes le daba la vida ahora lo está condenando.

Pero si el entrenador tiene su grado de responsabilidad, los jugadores también son señalados por los fiascos. Antoine Griezmann, al que algunos acusan de estar más preocupado de su futuro que de liderar a un equipo donde es el que más cobra, sigue muy lejos de su mejor nivel. Algo similar sucede con Koke, sin batería y fútbol en 2018, y a Gabi, el capitán rojiblanco, que acumula una hoja de servicios inmaculada pero que parece haber llegado al límite de su capacidad -aunque seguirá un año más tras haber alcanzado su partido 25 de la temporada ante el Sevilla-. No son los únicos a los que critica ahora la afición, que ha perdido pasión con la mudanza al Metropolitano. El mal desempeño de Diego Godín en sacar el balón jugado, la falta de creación en el centro del campo, la poca puntería de Ángel Correa o las incomparecencias cada vez más habituales de un Kevin Gameiro que no tiene regularidad. A Yannick Carrasco se le recrimina su indolencia, porque a veces parece que no se entrega por completo y es demasiado individualista.

Para calmar a los más agoreros, debería recordarse que por delante quedan cuatro meses. El Atlético tendrá que demostrar su madurez y agarrarse a las 18 jornadas ligueras que restan y a una Europa League que hace un par de meses era "una mierda" -como se encargó de recordar el capitán del equipo en un momento de frustración tras empatar con el Qarabag- y que, a día de hoy, es la única posibilidad de salvar una temporada que se ha complicado en una semana horribilis. Las notas se ponen en mayo, pero a finales de enero la situación es peor que nunca desde que está Simeone en el banquillo.

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