El Leipzig despierta a la bestia Haaland

Al noruego le bastaron un puñado de intervenciones para desarbolar al Leipzig con un repóker de goles que en fase eliminatoria solo había logrado Messi. Suma 33 dianas en 25 partidos de Liga de Campeones, cifras escandalosas que no alcanzaron en su momento ni el propio Messi ni Cristiano Ronaldo, y avala la candidatura 'citizen' a esa orejona que se le resistió a versiones del conjunto inglés más corales pero con menos filo.

Guardiola no quería ningún tipo de confianza ante el Leipzig, que ya se le atragantó de lo lindo en la segunda parte del partido de ida, y su equipo le respondió con una puesta en escena eléctrica. Era precisa una mayor participación de Haaland, desapercibido en Alemania e inmerso en un momento propio del común de los mortales tras su demoledor inicio de campaña.

Como en el primer duelo, el conjunto 'sky blue' monopolizó el control de balón aunque esta vez encontró pronto a su gran delantero en un balón largo de Aké perfecto para que el noruego explotase su potencia en carrera y se topase con Blaswich en la intentona de puntera. Encerrado en sus dominios, el equipo de Marco Rose aguantaba el asedio a la espera de que el temporal inglés amainase, pero su juego con fuego acabó en quemadura con un penalti de Henrichs por mano. Roce superficial, involuntario, de esos que en otros tiempos no se penalizaban y hoy sí. Pintiparada ocasión para Haaland, que ejecutó con aplomo.

El gol despertó a la bestia, atento como siempre a un balón rechazado tras el disparo al larguero ejecutado por De Bruyne y voraz para enviar a la lona al Leipzig en un visto y no visto. El escenario era ideal para que el City protegiese su ventaja al más puro estilo Guardiola, con el balón. El fútbol control a través de la posesión mantuvo a raya cualquier amago de reacción alemana y las esporádicas pero letales apariciones de Haaland hicieron el resto. No es el mayor virtuoso del fútbol, pero siempre está donde debe y su mera presencia en el área siembra el pánico. Rúben Dias remató de testa, el balón se paseó por la línea tras impactar en el poste y ahí apareció el '9' por excelencia para cruzarse ante el despeje desesperado de la zaga y rubricar el 'hat-trick'.

La segunda parte ya no tenía historia, era un festín para el City camino de cuartos. Gündogan amplió el castigo al Leipzig en la reanudación y confirmó que al equipo germano, tercero en la Bundesliga y que llegaba a Mánchester en buena dinámica, le esperaba un auténtico vía crucis. Era la ocasión perfecta para el primer póker de Haaland como 'citizen' y el noruego se puso manos a la obra. Logró el cuarto remachando un balón rechazado en el área, pero también el quinto para igualar el hito de Messi ante el Bayer Leverkusen en 2011. Otra vez al más puro estilo Haaland, con un imán en sus botas.

No pareció importarle al máximo goleador de esta Champions que Guardiola le sustituyese con la posibilidad de convertirse en el primer jugador en lograr seis tantos en un partido y media hora por delante. Pese a lo llamativo de sus números individuales, sabe que su misión en Mánchester pasa por conquistar la Liga de Campeones.