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Grupo G | Segunda jornada

El Real Madrid maldice otra visita a Moscú

Sin gol por tercer choque consecutivo y otros tantos disparos a la madera, un monumental error de Kroos enjuicia a los 65 segundos las miserias del campeón de Europa

Óscar Bellot

Madrid

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Martes, 2 de octubre 2018, 01:22

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Sumido en una montaña rusa por su mezcla de claroscuros, el Real Madrid visita al CSKA en el Luzhnikí, de ingrato recuerdo para los internacionales españoles, en la segunda jornada del Grupo G de la Liga de Campeones con el objetivo de recuperar sensaciones ante un rival teóricamente asequible en su torneo fetiche. Líder a raíz de su goleada a la Roma en el mejor partido de los pupilos de Julen Lopetegui, el campeón de Europa, al que las dolencias de varios titulares obligarán a tirar de fondo de armario, precisa volver a ponerse el frac de sus mejores noches, aquel que suele reservar para sus citas en la máxima competición continental, a fin de devolver la ilusión a una afición que viró de la euforia a la inquietud en apenas una semana viendo cómo su equipo pasaba de avasallar al conjunto de Eusebio Di Francesco a ser sobrepasado por el Sevilla de Pablo Machín y no poder superar luego al Atlético en el derbi del pasado sábado.

Los blancos no pueden permitirse ni un despiste en un choque en el que necesitan reencontrarse con el gol tras dos encuentros de sequía que han puesto el foco sobre los delanteros, con Benzema de nuevo cuestionado y pitado, pero también en la dificultad para traducir el dominio en ocasiones, abriendo de paso el debate sobre qué esquema conviene a una escuadra que parece más cómoda con cuatro efectivos en la medular pese a haber iniciado la temporada abonada al tridente ofensivo. Una controversia que resolverá este martes la baja de Gareth Bale. La ausencia del galés, cuyo percance en el aductor derecho no es nada serio pero que no viajó a Moscú, dejará seguramente paso a Dani Ceballos, rehabilitado por Lopetegui tras un año de penurias con Zinedine Zidane y al que su notable segunda parte contra el Atlético ha colocado en el primer plano.

La calidad del utrerano le vendrá de perlas al Real Madrid frente a un CSKA que logró arrancar un empate ante el Viktoria Plzen en la primera jornada tras verse abajo 2-0 en el marcador en tierras checas y que podría tratar de emular la encerrona que le planteó la selección rusa a la española hace justo tres meses, cuando el combinado por entonces dirigido por Fernando Hierro se estrelló contra la muralla que dibujó Stanislav Cherchésov para acabar perdiendo en una tanda de penaltis en la que Ígor Akinféev detuvo sendos lanzamientos a Koke y Aspas.

Con el veterano guardameta se reencontrarán este martes en el mismo escenario en que sufrió La Roja su escarnio Carvajal, Nacho y Asensio, toda vez que son bajas los otros dos internacionales blancos que pisaron aquel día el Luzhnikí: Isco, que sigue recuperándose de su operación de apendicitis, y Sergio Ramos, que se quedó en Madrid por descanso. Lo harán justo el día después de que el arquero, uno de los grandes referentes del CSKA, anunciase su retirada como internacional tras trece años en la portería de Rusia.

Defensa inédita

La jornada de asueto para el camero obligará a Lopetegui a hacer encaje de bolillos en una zaga en la que sigue sin poder contar con el lesionado Marcelo. Reguilón tendría su bautismo en el costado izquierdo si el vasco opta por situar a Nacho como acompañante en el eje de la retaguardia de Varane, que vuelve al estadio en el que se proclamó campeón del mundo con Francia y en el que el Madrid no ha ganado nunca, con un balance de tres derrotas y un empate en sus cuatro visitas. Otra opción sería alistar a Vallejo, pero el maño no ha disputado ni un minuto tras lesionarse en la gira por Estados Unidos. Todo apunta a que Keylor Navas volverá a la portería, pese a la exhibición de Courtois en el derbi.

Cuarto en la liga rusa pero invicto como local en sus cuatro duelos ante equipos españoles –el último saldado con empate a 1 ante el Real Madrid en los octavos de la Champions de la campaña 2011-2012-, el CSKA busca mejorar su rendimiento del curso pasado, cuando cerró como tercero la fase de grupos, cayendo ante el Arsenal en cuartos de la Europa League. Para ello, sacudido también por dificultades económicas, el equipo del Ejército ruso remodeló a fondo en verano una plantilla en la que sigue Alan Dzagóev tras una década en el club y en la que destaca la aportación del croata Nikola Vlasic, cedido por el Everton y autor del tanto en el descuento que supuso el empate ante el Viktoria Plzen. Las bajas y las dudas de su rival animan a su entrenador, Viktor Goncharenko: «Puede ser que, de todas formas, sea el momento ideal para jugar contra el Real Madrid».

Al Madrid post-Cristiano le ha durado poco el ánimo reivindicativo. Tras un buen inicio de curso ante rivales de poca exigencia, el campeón de Europa ha incidido pronto en los pecados que se veían venir con la fuga permitida de su estandarte y ni siquiera la música de la Champions le sirve ya como acicate para demostrar que ha digerido la espantada del portugués. Aquejado de una insólita anemia ofensiva, timorato en defensa, anárquico por momentos en la medular y tieso en el área del adversario, el conjunto de Julen Lopetegui volvió a salir escaldado de una nueva visita a tierras moscovitas, donde acumula cinco derrotas en sus nueve visitas por una única victoria y que hincó en esta ocasión la rodilla ante el CSKA en el Luznhikí, de infausto recuerdo para la selección española y ahora también para el equipo que dirige el guipuzcoano, que no pudo pilotar a La Roja en el Mundial y no logró reflotar a una escuadra que naufragó a los 65 segundos.

Un visto y no visto tardaron los blancos en llevarse un tremendo golpazo del que ya no pudieron reponerse, con una monumental pifia de Kroos que dejó a Vlasic ante Keylor Navas para firmar un gol con el que nadie contaba a esas alturas. Se comió el amago del croata Varane, al que el Mundial sigue pasando una tremenda factura, haciendo gala de la fría puesta en escena del campeón de Europa, cuya falta de tensión en los inicios es un pecado que parece ya consustancial a su ADN.

Con Marcelo, Isco, Bale y Sergio Ramos en Madrid, Lopetegui dejó en el banquillo a Modric y dio la alternativa a Reguilón en el lateral zurdo, apostando también por Lucas Vázquez, poco utilizado en el comienzo de curso y que perdió su primer partido como titular en la Champions, tras firmar con él en el once cinco victorias y cuatro empates los blancos en los choques en los que partió de inicio en temporadas precedentes.

CSKA

Akinféev, Mario Fernandes, Becao, Chernov, Nababkin, Bijol, Akhmétov, Oblyakov (Kyrnats, min. 98), Dzagóev (Efremov. min. 64), Vlasic y Chálov (Sugurdsson, min. 77).

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Real Madrid

Keylor Navas, Carvajal (Odriozola, min. 42), Varane, Nacho, Reguilón, Casemiro (Modric, min. 57), Kroos, Ceballos, Lucas Vázquez (Mariano, min. 57), Asensio y Benzema.

  • Árbitro: Ovidiu Hategan (Rumanía). Amarilla a Bijol y Oblyakov. Expulsó a Akinféev (min. 95).

  • Gol: 1-0: min. 1, Vlasic.

  • Árbitro: Partido de la segunda jornada del Grupo G de la Liga de Campeones disputado en el Luzhnikí ante 71.811 espectadores.

Pero andaba más gélido el Real Madrid que la noche moscovita, con tres grados al comienzo del encuentro que no afectaron al cuadro local, con el cuchillo entre los dientes desde el silbido inicial. Desubicados y desarbolados ante un CSKA que partía en estampida, los blancos ni gobernaban ni amenazaban, todo lo contrario que un adversario que amagó incluso con el segundo cuando el rey continental ni había mirado a la portería de Akinféev.

Nervioso e impreciso, despojado de la brújula de Modric el Real Madrid parecía un equipo menor, sometido por un conjunto que camina cuarto en la débil liga rusa y sin rastro de la autoridad que suele impregnar sus noches europeas. Enredado Ceballos, incapaz de servir ese último pase a Benzema o Asensio, fue un lateral, Carvajal, el primero que se animó a disparar, y un central, Nacho, el que ejecutó el primer remate con cierto peligro a la salida de un córner. Todo un muestrario de las debilidades de un equipo en el que Benzema ni olía el esférico. El Madrid demanda a gritos un 'killer' y el lionés, que ha vuelto a hibernar, jamás lo será.

A falta de juego y pegada, con futbolistas precisados de un GPS para encontrar su posición, probó suerte Casemiro con un disparo desde fuera del área que golpeó en la madera en el que fue el primer tiro a puerta del Real Madrid cuando se acercaba la media hora. Con el travesaño se estrelló luego un cabezazo de Benzema, que al menos cortó su sequía de remates que duraba ya cinco partidos, con los blancos instalados ya en campo del CSKA en un intento de enmendar su nefasto primer tiempo. Carvajal, que acabó lesionado pero sin ceder un ápice en su entrega antes de dejar su puesto a Odriozola, fue de los pocos que se salvaron de la quema.

Necesitaba el Madrid casi una enmienda a la totalidad de lo hecho a vuelta de vestuarios. Aguardó Lopetegui doce minutos antes de recurrir a Modric y Mariano por Casemiro y Lucas Vázquez. Renunció al pivote defensivo para envidar con dos delanteros y su futbolista más dotado para la creación. A toque de corneta, con Asensio a pierna cambiada, como más le gusta al balear, el campeón se lanzó a por la remontada con más urgencias que clarividencia, y hasta Keylor Navas tuvo que lucirse en un disparo seco de Bijol. Ni el arreón final, protagonizado por un testarazo de Mariano al palo, le salvó esta vez a una escuadra en un final que registró la expulsión del meta del CSKA por protestar una acción al árbitro. Desde la campaña 2006-2007 no encadenaba el Real Madrid tres choques sin marcar. Así de mal dadas le vienen a un equipo que empieza a pagar los errores del verano.

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