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Keylor Navas, antes de la disputa del Trofeo Bernabéu. Gabriel Bouys (Afp)
Keylor Navas quiere poner en un brete a Lopetegui
Real Madrid

Keylor Navas quiere poner en un brete a Lopetegui

El costarricense, que ha perdido a sus principales defensores, intentará aprovechar la Supercopa de Europa para convencer al técnico de que no puede vivir toda la campaña en el banquillo

Óscar Bellot

Madrid

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Martes, 14 de agosto 2018, 00:04

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Keylor Navas podrá golpear primero en el combate con Thibaut Courtois por la portería del Real Madrid. El costarricense formará de inicio ante el Atlético en el Lillekülla Stadium de Tallín, escenario el miércoles de la Supercopa de Europa. El belga, que lleva menos de una semana entrenando a las órdenes de Julen Lopetegui después de que el pasado miércoles se oficializase su fichaje y fuese presentado un día después en el Santiago Bernabéu, habrá de aguardar para efectuar su debut como meta del trece veces rey de Europa. El mayor rodaje del tico, que acumula 232 minutos en pretemporada y el deseo del preparador vasco de no dinamitar a las primeras de cambio la jerarquía del vestuario conceden al que ha sido el arquero de las tres Champions consecutivas una excelente oportunidad para convencer al técnico de que no puede vivir toda la temporada en el banquillo para culminar con una demostración de fuerza un verano en el que todo parece haberse vuelto en su contra.

El fichaje de Courtois, por el que el Real Madrid pagó 35 millones de euros al Chelsea, fue el remate de unas semanas tormentosas para Keylor Navas, que tras tres campañas como dueño del arco del Real Madrid siente ya el aliento de un competidor de altura con la llegada de quien fuera escogido como Guante de Oro del Mundial de Rusia.

Primero fue el adiós de Zinedine Zidane, máximo valedor del ex del Levante frente a la directiva, a la que llegó a contravenir cuando tenía atado a Kepa Arrizabalaga el pasado mes de enero en su afán por mantener el statu quo del vestuario y blindar al centroamericano, el que anticipó al cancerbero que se le venían curvas. Con el francés disputó 110 partidos repartidos en dos campañas y media. Su presencia fue innegociable en todos los duelos de envergadura, incluyendo las finales de Milán, Cardiff y Kiev que sellaron el triplete de 'orejonas' consecutivas del preparador. «Él siempre me dio un voto de confianza, siempre confió en mí», recordaba agradecido en las páginas de ''Marca' el guardameta una vez que ya se había consumado la marcha del galo. «Keylor nos ha dado la vida», había proclamado el marsellés tras la exhibición de su hombre de confianza en la vuelta de semifinales de la última edición de la Liga de Campeones ante el Bayern, donde sus paradas resultaron providenciales para sacar el billete a la capital de Ucrania. «A los jugadores grandes se les ve en los grandes partidos», abundó el entrenador, feliz con la reivindicación de un pupilo al que había defendido contra viento y marea. «Deben darle gracias a Keylor, fue espectacular», terció Jupp Heynckes, al que sus intervenciones dejaron sin pelear por el título como despedida de los banquillos.

La salida voluntaria de Zidane vino acompañada por la marcha de varios de sus colaboradores en el Real Madrid. Entre ellos, Luis Llopis, que a finales de junio regresó a la Real Sociedad como entrenador de porteros. El guipuzcoano había tutelado a Keylor tras el ascenso de Zidane desde el Castilla como ya había hecho en la época de Joaquín Caparrós en el Levante. Sus enseñanzas fueron capitales para que se luciese con el conjunto granota y lograse el pase al Real Madrid tras salirse en el Mundial de Brasil. Llopis había validado también las aptitudes de Kepa cuando en 2002 ingresó en Lezama siendo un alevín y avaló su llegada al Real Madrid, vetada finalmente por Zidane, para pelearle el puesto al costarricense.

Delicada coexistencia

El 'no' de Zidane al fichaje de Kepa mantuvo a Keylor Navas como titular y le permitió disfrutar de otra Champions sobre el césped del Olímpico de Kiev mientras el ondarrutarra preparaba el Mundial tras cerrar el curso con el Athletic. Pero la sombra seguía cerniéndose sobre el centroamericano. Acostumbrado a convivir con los fichajes de posibles competidores nunca consumados desde la marcha de Iker Casillas en 2015, la semana pasada llegó por fin el refuerzo tan anhelado por la directiva para la portería. El Chelsea pagó la cláusula de rescisión de Kepa Arrizabalaga y liberó a Courtois, que recaló en el Real Madrid.

Keylor y Courtois llevan menos de una semana conviviendo en Valdebebas. El belga fue cauteloso en su presentación. «A Keylor sólo lo conozco de intercambiar unas palabras, pero me han dicho que es una buena persona», señaló el recién llegado, que le describió como «un grandísimo portero» y dejó clara su intención de «competir al máximo». El aludido, que antes de materializarse la operación ya había transmitido al club su intención de no achantarse y pelear por el puesto, ratificó su deseo de seguir en Chamartín una vez rubricada ésta. «Tengo las mismas ganas de irme que de morirme», espetó.

La trayectoria de Courtois, sus prestaciones durante el Mundial de Rusia y el afán que puso el Real Madrid en reclutarle –los 35 millones que costó sacarle del Chelsea le convierten en el portero más caro de la Liga- le sitúan como titular esta temporada en un club que siempre ha recelado de la convivencia de dos guardametas del máximo nivel. Pero Keylor Navas, hombre de fe, cree en sus posibilidades de poner en un brete a Lopetegui. La Supercopa de Europa se perfila como la primera batalla de una guerra sin cuartel. Y el primer disparo corresponderá al tico.

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