El trotamundos del baloncesto granadino
Edu Pérez de la Blanca ·
Tras dos temporadas con poco lustre en el Covirán, el pívot hizo las maletas hacia Italia, donde la próxima temporada será su cuarta. También jugó en SuizaJueves, 26 de agosto 2021, 01:26
Pablo Aguilar y sus experiencias en Croacia, Italia y Japón aparte, no hay demasiados casos en el baloncesto granadino de jugadores locales que hayan competido ... a nivel profesional en varios países. Pero si hay un perfil al que se le puede asignar esa etiqueta de 'trotamundos' es, y lo fue ya desde muy joven, Edu Pérez de la Blanca.
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Tras dar sus primeros pasos en minibasket en el Colegio Maristas, pronto se marchó a Sevilla para enrolarse en la cantera del entonces llamado Cajasol. Desde ahí, varias idas y venidas entre Granada y la ciudad hispalense, convertido en uno de los grandes valores andaluces, yendo incluso convocado con diferentes selecciones españolas.
Tras ello, sus dos primeros años como profesional los pasó en el Covirán Granada en LEB Plata. Su participación, ciertamente testimonial –apenas jugó 114 minutos en esas dos temporadas, con promedios de 1'4 puntos y 0'95 rebotes–, acabó en aquel doloroso 23 de mayo de 2017 en el que el Zornotza dejó a los rojinegros a un paso de la final por el ascenso a Oro. Fue entonces cuando tuvo que tomar una decisión, ante la evidencia de que en casa no iba a tener oportunidades. Tocaba emigrar.
«Me habría encantado seguir, y además tuve una oferta de renovación, pero entendía que necesitaba jugar más minutos y el hecho de que el segundo año jugué menos que el primero me dejó tocado y me hizo tomar la decisión de marcharme, aunque entendía los objetivos del club». Tan radical fue el cambio que hasta abandonó sus estudios de Fisioterapia por los de Derecho, que cursa ahora a distancia en la Universidad Abierta de Cataluña. «Me hubiese gustado poner un granito de arena mayor en el equipo de mi ciudad», reconoce con añoranza. Eso sí, está muy pendiente de la evolución del club. «Lo sigo habitualmente y con cariño desde Italia y mantengo contacto con trabajadores de allí por supuesto», explica.
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Normativa italiana
Fue en ese 2017 cuando le surgió su primera propuesta internacional. Acabó jugando en el Formia de la Serie C transalpina durante dos temporadas, logrando el ascenso a la Serie B. Entonces, ya muy adaptado al país, se dio de bruces con un problema legal que le cortó la progresión. En la Serie B solo pueden jugar italianos o extranjeros formados localmente durante cuatro años. Una norma que le afectó pero que entiende positiva. «Lo veo bien para la protección del jugador italiano. Reconozco que me gustaría que en España fuera así, por ejemplo en LEBPlata, que sería el nivel similar», demanda.
Así que en el verano de 2019, pese a los intentos del Formia por retenerle, tuvo que volver a hacer las maletas. «Cuando subimos el club intentó que, al llevar ya varios años con ellos, me dejaran jugar en Serie B, pero la federación no lo aceptó», relata.
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El siguiente paso en la carrera del pívot granadino le llevó hasta Suiza, donde fichó por el Sion de la Segunda división. La experiencia helvética quizá fue la más compleja. Temporada de la pandemia, adaptación más difícil al país y una lesión de tobillo que incluso le obligó a pasar por el quirófano. De ahí que, tras un año en zona francófona, regresara a Italia. Otra vez a la Serie C, en el Pallacanestro Angri.
Y ciertamente, sus números allí han sido espectaculares. 18'1 puntos y 7'9 rebotes, con un 54% en tiros de dos y un 38% de acierto desde el triple para ser el segundo mejor jugador de la categoría tras el lituano Oskaras Pleikys. Todo, pese a las dificultades lógicas del pasado curso. «Hacíamos test 48 horas antes de cada partido y no hemos tenido mucha suerte. Empezó la pretemporada en septiembre y en octubre nos mandaron para casa confinados. La cosa se alargó hasta enero y empezamos a entrenar a mitad de febrero. Tras una semana, tuvimos varios positivos y paramos otros catorce días, tras los que hubo otros ocho positivos», relata. De hecho, él mismo pasó la covid en esa segunda tanda de afectados. Una situación compleja que llevó al Angri a jugar su primer partido de Liga cuando el resto de rivales ya habían disputado tres. El curso empezó torcido y los resultados colectivos no fueron tampoco óptimos, con el Angri en la zona baja.
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Nuevo equipo
En todo caso, el buen rendimiento individual de Pérez de la Blanca le ha valido un nuevo contrato en Italia, donde ya se encuentra para enrolarse en el Pallacanestro Chieti. Lo encara con buenas perspectivas y optimismo, pero con cautela. «Tenemos buen equipo y hay expectativas, pero hoy día, ya se sabe, toca ir partido a partido», aclara.
Será su quinto año lejos de Granada, de donde se marchó «un poco a la aventura» aunque ha encontrado lejos de casa la forma de sentirse cómodo. «No sé dónde estará mi vida en unos años. En Italia estoy bien, pero no me cierro puertas. Suiza, Alemania, Francia... O por supuesto España. Estaré donde me quieran», cierra. Mentalidad evidente de trotamundos.
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