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Lance del choque ante el Araberri. R. L. P.
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El Covirán visita al Oviedo, que asaltó con polémica el Palacio tras hacer Arteaga pasos en la canasta de la victoria

Juanjo Martín

GRANADA

Viernes, 22 de febrero 2019

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El Covirán se tomó la revancha el pasado fin de semana ante el Barça B (73-53), pero ese resultado positivo no sació su sed de venganza. El cuadro nazarí porta desde principios de temporada otra espina clavada en su pie, en este caso la que colocó con mucha mala idea el Liberbank Oviedo y que ansía extraer esta misma tarde en tierras asturianas (18.30 horas). El conjunto asturiano fue el primero que consiguió asaltar el Palacio de los Deportes y lo hizo con polémica, pues se apuntó la victoria (70-73) en un desenlace a cara o cruz en el que decidió la clase de Oliver Arteaga. Sin embargo, el ala-pívot cometió unos claros pasos antes de meter la canasta de la victoria. Un error de los colegiados que Pablo Pin se encargó de airear en sus declaraciones postpartido, en las que cargó contra el trío arbitral de manera indirecta tras señalar su pésimo primer cuarto como causa de la derrota en casa.

«Arteaga da cinco pasos, tres con el mismo pie, en la última acción del partido», denunció entonces el granadino, poco antes de aclarar que «sería injusto culpar a los árbitros de la derrota porque les hemos regalado el primer cuarto». En esos diez minutos, los rojinegros tocaron fondo con un tanteo 16-29 que les obligó a un enorme esfuerzo con tal de remontar y llegar empatado al último período, si bien fue Oviedo quien se llevó la miel en última instancia con la mencionada acción de Arteaga sobre Olmos.

Pin asegura ahora de cara al duelo de esta tarde en el polideportivo Pumarín que «el equipo tiene ganas de este partido. Poseemos sensaciones encontradas de lo que sucedió en la primera vuelta, cuando hicimos un primer cuarto muy malo y tres de muy buen baloncesto». El entrenador considera que, a tenor de su racha positiva de tres victorias –Araberri, Canoe y Barça B–, «estamos sólidos ahora y tenemos oportunidades de ganar allí pese a que es una pista muy complicada, con una afición que llena el pabellón y anima mucho».

El deseo del Covirán de prolongar su espíritu vengativo se topará una jornada más con las bajas que sufre en su plantilla. La elongación muscular apartará a Bortolussi una semana más de las canchas, a las que planea regresar el ala-pívot argentino de cara al próximo duelo en casa ante Castellón. En cambio, las pruebas médicas han confirmado el mal aspecto que presentaba el esguince de tobillo de Alo Marín, quien permanecerá entre dos y tres meses en la enfermería.

El equipo nazarí ya demostró que es capaz de rendir a buen nivel sin ellos en el duelo ante el filial azulgrana, aunque el listón del Oviedo estará colocado más alto. Será un buen momento para determinar si la entidad granadina debe acudir o no al mercado para reforzar su plantilla, algo que podrá hacer hasta el día 28 de febrero. Un triunfo en Pumarín relegaría el pensamiento de mover ficha a un segundo plano, pero caer en territorio astur tampoco equivaldría a apresurarse a la contratación de un relevo salvo que se hiciera muy patente la necesidad de ampliar la rotación.

En principio, Carlos Corts será el principal beneficiado al aumentar la cantidad de minutos disponibles y teniendo en cuenta la preferencia de Pin por emplear a dos bases sobre la cancha durante buena parte de los partidos. También es una opción para que Manu Rodríguez recupere la regularidad en su juego y se asemeje más a su versión mostrada en Ourense (21 puntos) que en sus últimos cuatro encuentros (5'5 puntos de media). Entre ambos deben absorber el cuarto de hora que promediaba Marín en pista y que ahora queda sin dueño.

El rival de esta tarde del Covirán tampoco queda exento de problemas con las lesiones, al no contar ni con Cárdenas ni con Nuutinen para este pulso en la zona alta de la tabla. Eso sí, Javi Rodríguez podrá disponer del base Ahonen después de renunciar a la llamada de la selección de Finlandia en este fin de semana en el que las ventanas FIBA debilitarán a varios equipos. El técnico celebra que su director de juego pueda disputar el choque ante los nazaríes para así tratar de revertir su peor racha hasta el momento, con sus dos derrotas seguidas frente a Ourense (78-81) y Melilla (74-69).

El conjunto carbayón se caracteriza por ser muy combativo y no tirar la toalla en la mayoría de sus encuentros. Sólo Coruña y Betis han logrado doblegarles con claridad en el luminoso (98-76 y 85-69, respectivamente), una competitividad que comparte con el Covirán y que incita a Pin a aseverar que «es un equipo que se parece a nosotros en estilo de juego. Si estamos concentrados tendremos nuestras opciones» de firmar una nueva victoria de prestigio que le asentaría definitivamente en la élite de la LEB Oro.

Pumarín, valladar presente y problema en el futuro

Una de las grandes fortalezas del Oviedo reside precisamente en la presión ambiental que se genera en su feudo, el coqueto polideportivo Pumarín, con capacidad para escasamente 1.200 personas. Se trata de una instalación donde los asturianos se han hecho históricamente poderosos, ganando incluso una Copa Princesa en 2017 ante el Burgos, pero donde es cierto que este año están teniendo más dudas. No en vano, perdieron en sus tres primeros partidos como locales para luego ganar los seis siguientes, antes de que el último visitante, el Río Ourense Termal, se llevara una polémica victoria merced a un triple sobre la bocina de 'Pepo' Vidal.

Sin embargo, la historia con Pumarín va más allá. Los más clásicos del baloncesto ovetense disfrutan en cada duelo allí, pero al mismo tiempo, el polideportivo es una lacra para el crecimiento del club. De darse un hipotético ascenso, que no estuvo nada lejos hace dos temporadas, el Liberbank debería salir de allí por patas, al no cumplir el recinto casi ninguno de los requerimientos de la ACB.

Llegados a ese punto, dos opciones se abren para los astures. La primera, una remodelación profunda del histórico Palacio de los Deportes construido de cara al Mundobasket de 1986, que apenas llega a los 5.000 asientos exigidos y que está lejos de los estándares de calidad ACB, por lo que precisaría también un importante lavado de cara. La segunda vía sería la construcción de un nuevo pabellón, tema puesto sobre la mesa hace dos cursos pero ahora en vía muerta, aunque quizá se repesque este año electoral. Pumarín es, por tanto, un valor para la llegada de la ACB a Asturias pero a la vez, un problema de producirse ésta.

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