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Guille Rubio mira al aro en el pabellón madrileño del Pez Volador. LOF
Los maestros de las trincheras
Baloncesto

Los maestros de las trincheras

La encomiable labor del Covirán en pista trasera fue una vez más clave para obtener un nuevo triunfo en su visita al Pez Volador del Canoe

Juanjo Martín

GRANADA

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Sábado, 2 de febrero 2019, 23:57

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La defensa del Covirán sigue haciendo soñar a sus aficionados con algo más que conformarse con la permanencia en la categoría. El conjunto nazarí doblegó a domicilio al Canoe (53-66) y conquistó así su victoria número trece, que salvo cataclismo debe bastarle para garantizar su continuidad en la segunda categoría. Una vez conquistado ese objetivo, el equipo rojinegro puede efectuar el cambio de chip durante la próxima semana -en la que no habrá liga por disputarse la Copa Princesa- y prepararse para el siguiente reto, que ha de ser el de obtener un buen puesto en los 'play offs' de ascenso.

Ese cambio de tercio en la mentalidad del plantel de Pablo Pin radica en el extraordinario nivel que está teniendo el Covirán en el plano defensivo, especialmente desde que entró el nuevo año. Los nazaríes cerraron 2018 con un claro revés en Bilbao (93-68), pero en 2019 están casi imparables y acumulan hasta el momento cinco victorias y un único tropiezo, el sufrido en el Palacio ante Melilla (76-85). El resto de duelos los ha saldado positivamente, pese a visitar canchas tan complejas como Palencia, Ourense o Canoe el pasado viernes.

En la cancha del Pez Volador madrileño, los rojinegros dieron una vuelta de tuerca más y ratificaron su condición de antídoto contra Tyson Pérez. El hispano-dominicano es uno de los jugadores más determinantes de la competición, pero ha quedado retratado en los dos enfrentamientos ante la entidad granadinista. Si en pabellón del Zaidín ya se le anuló y se le sacó de la pista durante la primera vuelta, en su propio feudo le ocurrió al interior tres cuartos de lo mismo.

En esta ocasión no hubo estratagemas ni ingenios en la pizarra, como sucedió la pasada semana para anular a Junior Robinson (Araberri). Para frenar a Tyson se tiró del músculo y, en concreto, de la pegajosa marca que le practicaron tanto Iriarte como Bortolussi. Ambos mostraron oficio en ese baloncesto de trincheras y de guerra bajo cuerda para encargarse de castigar físicamente al pívot, quien recibió un sinfín de golpes cada vez que recibió el balón. Los colegiados dejaron hacer al elevado nivel de agresividad del Covirán, que logró de esta manera disminuir los porcentajes de acierto del MVP de la Liga.

Quien mire de pasada su estadística (14 puntos y 17 rebotes) pensará que se paseó ante el Covirán, pero nada más lejos de la realidad. En su hoja de servicio, Pérez también escribió un penoso 4/17 en tiros de campo que refleja el escaso impacto que tuvo el hispano-dominicano en este partido. Además, quedó constancia una vez más de que Canoe padece 'Tysondependencia', dado que siempre que el pívot se sentaba suponía el pistoletazo de salida a un parcial nazarí en el luminoso.

Quíntuple cambio

El Canoe tardó en darse cuenta de la permisividad de los colegiados en los contactos y no fue hasta el tercer cuarto cuando bajó al barro para intentar luchar en igualdad de condiciones con los rojinegros. Un 8-2 de salida para el bando local obligó a Pin a pedir tiempo muerto para cortar la reacción del rival (33-40). El partido estaba en ese momento en un punto candente y el entrenador granadino se la jugó al ordenar un quíntuple cambio. Josep Pérez, Manu Rodríguez, Pardina, Iriarte y Olmos dejaron su puesto para que entraran Corts, De Cobos, Marín, Bortolussi y Rubio. Una maniobra igual de radical que impropia con un tanteo abierto y visto en pocas ocasiones en esta categoría.

La decisión del técnico nazarí tuvo el deseado golpe de efecto, pues el Covirán recuperó la decena de ventaja y a base de tiros libres encauzó definitivamente la victoria al término del tercer acto (38-54). El ataque nazarí no estaba pasando por su fase más brillante, pero la defensa se encargó de mantener a raya a unos madrileños que, sin el liderazgo de Tyson ni los puntos de Jugovic, no fueron capaces de meter más de trece puntos en ninguno de los tres primeros cuartos (13, 12 y 13).

Una vez sentadas las bases de la victoria, los rojinegros se limitaron en el último período a que el crono corriera lo máximo posible para celebrar la permanencia virtual. Una canasta de 'Carlinhos' a cuatro minutos de la conclusión puso a los visitantes al borde de la veintena de renta (45-64) y desató la euforia en la escuadra de Pin, quien volvió a cuadrar el círculo para lograr el imposible de darle protagonismo a su larga rotación de doce hombres.

Pardina fue el más empleado y eso que sólo jugó 23 minutos, mientras que Wright permaneció en cancha apenas nueve. Eso sí, el gallego se 'pegó' igualmente con los interiores de Canoe y contribuyó de igual modo tanto al triunfo como al sobresaliente del que puede presumir la segunda mejor defensa de toda la LEB Oro (71 puntos recibidos de media), mejor incluso que la del líder Betis. Una labor atrás que ilusiona hasta al más prudente.

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