El Covirán cuenta con toda la peña para medirse al Joventut

Ya se recuperó del todo el pívot lituano Evaldas Kairys, que dispuso de algunos minutos como descanso para Cristiano Felicio en el estreno liguero, a pesar de un esguince de tobillo. Esta vez es su compatriota Rokas Gustys el descarte, dado que el club lo contrató por un mes y, por tanto, son trece los jugadores de la actual plantilla.

Pin se refirió a que «parece que Evaldas (Kairys) tiene que pagar un peaje en la liga por ser nuevo». El entrenador del Covirán se refería a las faltas, que condicionaron su participación, «como si fuera un niño de 18 años y no uno de 30 que ya jugó competición europea», apuntó por lo curtido del experto 'cinco' lituano.

El técnico nazarí abundó sobre el asunto, en cuanto que «Cristiano (Felicio) se encuentra bien, pero queremos dosificarle y no es necesario que juegue 35 minutos como el otro día». Todo ello en relación con el esfuerzo físico que supone para el Covirán disputar tres partidos en una semana (Murcia, Joventut y Girona, el domingo en el Palacio), «es duro», apuntó, máxime cuando el pívot brasileño está saliente de una operación de tibia.

El entrenador rojinegro no quiere que sus jugadores se obsesionen con los árbitros, ni estén pendientes de ellos ni les influyan sus decisiones. «Los árbitros están fuera de nuestro control, se trata de una parte más del juego, es posible que tenga algo que ver el hecho de que nosotros seamos un equipo pequeño, aunque no podemos quejarnos ni dejarnos llevar por ello».

Pin avanzó que jugadores que actuaron poco como Christian Díaz, que ni si quiera pisó la cancha, Germán Martínez, Artur Konontsuk o Evaldas Kairys tendrán más minutos. «Queremos contar con ellos y para eso somos doce, trece con Rokas. Apostamos por una rotación larga y los que jugaron menos tienen que estar preparados porque van a salir a la pista en cualquier momento», indicó el técnico rojinegro.

También tuvo palabras sobre Cristiano Felicio, del que apuntó que «no ha tenido dolor, o si lo ha tenido, ha sido muy leve. Ha entrenado perfectamente y es una noticia súper buena, aunque la idea no es que tenga tanta carga de minutos como ante el Murcia».

La actuación de Kramer, según Pin, no fue buena y apreció «ansiedad» por querer «hacer muchas cosas» y las «ganas de agradar». El alero alemán comentó que el debut con el Covirán «no fue fácil, era mi primera semana o semana y media aquí en Granada, así que me costó un poco encontrar el ritmo ofensivo. Y eso es, creo, lo más importante para el equipo. En defensa, obviamente, ya se sabe, puedes emplearte siempre. Yo estaba seguro en defensa pero en ataque los tiros no entraron. Necesito entender del todo dónde están mis espacios. Pero llevo una semana y el proceso es normal».

David Kramer se sintió, en declaraciones a Noelia Gómez, de Relevo, «muy cabreado porque perdimos y no pude ayudar al equipo de ninguna manera y eso me molesta realmente. Es baloncesto, no puede ser siempre perfecto. Llegan un nuevo día., puedo trabajar duro y mejorar», apuntó mientras aseguró que vería el vídeo del Murcia y hablaría con los entrenadores. «Veré qué puedo mejorar y mejoraré. Llega el siguiente partido. Hemos jugado un solo partido hasta ahora, intentamos construir el equipo y, como se ha visto, tenemos un buen grupo de chicos; perdimos tras dos prórrogas, pero demostramos carácter. Nunca dejamos de jugar, es un año largo, aprenderemos de lo ocurrido».

El oro mundialista se sintió gratamente sorprendido por el ambiente del Palacio. «Fue asombroso, increíble. La gente decía que hay grandes fans en Granada, y yo pensaba vale, vale, veamos, y fue realmente increíble. Los aficionados estuvieron todo el rato animando durante más de 50 minutos o 60 minutos, demostraron una gran energía y apoyo, estoy muy contento de que sea así nuestro público».

Y toca el histórico Joventut, que es de esos equipos competitivos que siempre pelean con los peces gordos. Esta vez agrega una particularidad dentro de su roster. Se llama Chinanu Onuaku, procedente de Hapoel Tel Aviv, con el que demostró su gran singularidad en Eurocup. El pívot estadounidense de pasaporte nigeriano y experiencia NBA, siempre deja su sello en los tiros libres. Más que nada porque los lanza... ¡a cuchara! Y tan rudimentaria técnica le funciona...