Alex Murphy, en uno de sus habituales vuelos hacia el aro rival. Aguilar
LEB Oro

«Conseguí olvidar las lesiones y creo que aún tengo mucho margen de mejora»

El ala-pívot analiza para IDEAL su gran momento de forma y repasa una carrera de brillantes inicios que ahora busca relanzar en Granada

JOSÉ MANUEL PUERTAS

Granada

Lunes, 30 de noviembre 2020, 01:35

En el partido ante Girona, Alex Murphy (Wakefield, Estados Unidos, 3 de junio de 1993) destapó el tarro de las esencias. Internacional finlandés por ... herencia materna y codiciado en la adolescencia por las mejores universidades de su país, su momento de forma muestra que sus problemas físicos quedaron atrás.

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–¿Nació poco menos que con un balón bajo el brazo, no?

–Mi familia es de baloncesto. Mi padre jugó en la NBA y en Europa, mi madre en Finlandia. Mi hermano mayor ha jugado en la NBA y ahora en Japón, y el pequeño también en la universidad. Es crucial en mi vida, lo juego desde que tengo uso de razón y siempre disfruté. De pequeño era muy activo, jugaba a fútbol, tenis e iba con la bici, pero la mayor parte del tiempo era baloncesto. Con 13 años supe que quería ir en serio. Podía darme la opción de tener una formación universitaria y una carrera profesional.

–¿Qué sintió con 17 años cuando las mejores universidades de Estados Unidos le querían?

–Una mezcla de sensaciones. Eres adolescente y todos esos centros vienen a por ti, es una gran oportunidad. Sí sentí presión, pero ahora lo veo como divertido. Trabajé duro desde que me centré en el baloncesto y ese proceso fue apasionante.

–Luego tuvo una carrera universitaria de 6 años, muy larga.

–Hubo lesiones. Mi primer año en Duke y el último en Florida estuve prácticamente fuera. Por eso, cuando me gradué en Florida tuve la opción de seguir un año más y no quería dejar atrás esa etapa sin apenas haber jugado. Decidí jugar un año en Northeastern, cerca de mi familia, para que pudieran verme y sentir que cerraba bien esa etapa.

–En Duke jugó para Mike Krzyzewski y en Florida para Billy Donovan, dos leyendas.

–Fue una pasada. Son dos de los mejores entrenadores, no a nivel universitario, sino de la historia. Quizá en el momento no valoré lo afortunado que era, pero ahora lo entiendo. Les estoy muy agradecido. Dejé Duke tras dos años, pero no hay resentimiento alguno. Mis mejores amigos son de esas dos etapas.

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–Es difícil elegir con tres universidades, pero ¿cuál considera su alma máter?

–Florida. Es donde me gradué. Soy un 'Gator'. Incluso cuando antes elegí Duke, mi hermano mayor jugaba allí. Así que siempre estaba atento a lo que hacían.

–En sus dos primeros años como profesional también hubo problemas físicos.

–Sí, en los pies. El primero lo pasé en Finlandia, tratando de rehabilitarme. En Hungría después de un par de meses recaí y decidí volver a Estados Unidos, a la Universidad de Florida, para recuperarme. Trabajé con fisioterapeutas y entrenadores de fuerza seis meses. Los tres primeros no podía correr ni por supuesto jugar. El reto no era volver el año siguiente, sino tener una carrera larga. Dejar Hungría fue difícil, pero es probablemente lo mejor que he hecho en mi vida. Desde entonces no estoy preocupado y me siento muy bien.

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–¿Merecía un sitio en el equipo ACB de Gipuzkoa este año?

–(Resopla). Creo que sí, pero esa no era mi decisión, sino del club. No quiero volver a eso, pasé un año excelente en San Sebastian con algunos de los mejores compañeros que he tenido. Y ganamos, que lo hace mejor. Solo hay buenos recuerdos. Desde luego me decepcionó no seguir, pero no quiero decir nada malo.

–¿Por qué eligió Granada?

–Conocía a jugadores del equipo, por supuesto a Bamba como MVP. Había escuchado buenas cosas de Lluís Costa y Christian Díaz, también sobre el club y su profesionalidad, y de la ciudad. Era una buena decisión para mí,.

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–Cuentan que usted parecía hacer ya en San Sebastián esta vida de los tiempos de pandemia antes de la llegada el virus.

–Sí, es un poco así (sonríe), hacía y hago un poco esa vida de cuarentena. Principalmente de casa al pabellón y viceversa. Soy un tipo tranquilo, y paso mucho tiempo hablando con amigos y familia en Estados Unidos. También veo mucho baloncesto, NBA y otras ligas, soy un adicto a este deporte. Mi objetivo es cuidar mi cuerpo y estar sano. Trato de ser lo más profesional que puedo.

–¿Su partido ante Girona es su mejor versión o espera ir a más?

–Estuvo bien, pero tengo margen de mejora. Estoy en camino de alcanzar mi máximo, siento que aún estoy poniendo mi cuerpo a tono. He conseguido jugar un año sin lesiones, sin perderme partidos, y estar en forma te hacer sentir bien cuando llevabas tiempo sin estarlo. Pero hay todavía mejoras por delante.

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–¿Cinco victorias en seis partidos disparan las expectativas?

–Trabajamos bien y mejoramos cada semana, con entrenamientos competitivos. Pero queda mucho y la mejor forma de afrontar la temporada es ir semana a semana. No pensar en la clasificación, sino en el siguiente rival.

–En esta 'ventana' no ha ido con Finlandia. ¿Es un reto poder jugar un Eurobasket?

–Fui convocado, pero preferí no ir por varios motivos. Uno fue evitar viajes internacionales por la situación. No quería arriesgar. Mi prioridad ahora (señala a la cancha) es este equipo, este club, Granada. Podría estar, pero preferí no ir. No estoy seguro de qué deparará el futuro, pero sería divertido, sobre todo si mi hermano pequeño llega, jugar los tres con Finlandia. A veces me bromean sobre si lo conseguirán antes los Antetokounmpo con Grecia o nosotros. Veremos, pero esta 'ventana' no era la más oportuna.

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