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Peque Cerqueira sostiene un balón junto a Félix Sánchez en el gimnasio que regentan. JOSÉ M. PUERTAS
La vieja rockera todavía gana partidos
Baloncesto

La vieja rockera todavía gana partidos

Peque Cerqueira, a punto de cumplir 44 años, fue decisiva el pasado domingo en el triunfo del 'Raca' | Tras trece años retirada, volvió hace cinco a las canchas para ascender con el 'Raca' a la Liga Femenina 2

JOSÉ MANUEL PUERTAS

GRANADA

Miércoles, 14 de noviembre 2018, 00:38

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Párese a pensar, estimado lector. Imagine a una deportista que haya ganado ligas y copas. Que sea subcampeona de Europa e internacional en todas las categorías inferiores con la selección española. Que, 28 años después de su debut como profesional, siga batiéndose el cobre en la cancha en la segunda división nacional jugando a un nivel más que aceptable. Y que, además, tenga dos hijos. ¿Se podría negar que estamos hablando de una leyenda del deporte? Seguramente no.

María Concepción Cerqueira (Vigo, 18 de noviembre de 1974) sigue siendo 'Peque', como cuando llegó a aquel mítico equipo madrileño que era el BEX. A punto de cumplir los 44 años, derrocha ilusión por el baloncesto allá donde va, al mismo nivel que la entrega que pone en cada partido del Grupo Hafesa 'Raca', en pos de una nueva permanencia en ese hito para la canasta granadina que es la Liga Femenina 2. IDEAL se reúne, en el gimnasio que ambos regentan en Armilla, con ella y su marido, el ex jugador del CB Granada Félix Sánchez, para analizar una carrera tan brillante como poco reconocida en la ciudad en la que se asentó por amor hace ya más de dos décadas y en la que demuestra que le queda cuerda para rato: dos tiros libres suyos decidieron el triunfo del 'Raca' el domingo ante el Picken Claret valenciano.

Como buena estrella precoz de la época, Cerqueira fue captada pronto por esa fábrica de talento que sigue siendo el Siglo XXI de Barcelona y a los 16 años ya estaba debutando en la División de Honor con el Compañía de María de La Coruña, donde «tenía bastante confianza e importancia en el equipo, pese a mi juventud», recuerda. Tamaño impacto no tardaría en llamar la atención de aquel BEX, donde adoptaría para siempre el mote que hoy le acompaña.

Allí comenzó su periplo por los mejores clubes del país, que le llevaría, tras el BEX, por el Costa Naranja valenciano y de nuevo en Madrid en el Pool Getafe. Sumó una liga, dos copas y una final de la Copa de Europa perdida en Como (Italia) bajo las órdenes del serbio Miki Vukovic en el Costa Naranja, con un recuerdo inmediato: «En mi vida he tenido una temporada más dura. Sabíamos a qué hora se empezaba a entrenar pero nunca a qué ahora acabábamos, o si nos iba a poner a hacer líneas. Era un nivel de exigencia altísimo», evoca Peque.

Antes de eso ya le había llegado el amor que la convertiría en una granadina más por un pelotazo tan inoportuno como quizá premeditado. En su primera época en Madrid, Félix Sánchez militaba en las categorías inferiores del Estudiantes. Ambos entrenaban en el mítico polideportivo Antonio Magariños, junto al Ramiro de Maeztu. Primero fueron miradas. Y tras eso, pasó lo que tenía pasar. «Yo, como era la 'Peque', me quedaba a recoger mientras entraban ellos. Un día, juntando los balones, se acercó Félix a pasarme uno con el pie, pero muy hábil él ¡me dio en toda la cara!», admite la gallega entre carcajadas. En el fondo, recuerda Sánchez, la química «se veía venir, pero ninguno era muy lanzado». De ese pelotazo vino una conversación, y de ahí, ya se sabe. Tan clara estaba la relación que en 1995, cuando el pívot firmó por el Spar Granada, Cerqueira, con una importante propuesta para fichar en Italia, interrumpió su carrera profesional para continuar sus estudios de Educación Física en una Granada donde no había ni rastro de un equipo femenino de alto nivel. Una decisión crucial que quizá hizo que la selección absoluta se olvidara para siempre de ella: «En mi puesto había mucha competencia, y además dejé de jugar ese año, algo que pudo ser clave. Sí, tengo esa espinita clavada», admite con algo de resignación.

Tuvo al menos la fortuna de que en Linares se consolidara un proyecto en la primera categoría nacional, en el que alargaría tres años su carrera, aun viviendo a pies de la Alhambra. Antes, incluso, había ido más allá. En la campaña 1996-97 jugó unos meses en el Cortegada gallego, en una situación sorprendente: «Yo entrenaba en Granada, con el equipo de segunda división masculina de Quique Gutiérrez, donde Félix estaba recuperándose de una lesión de ligamento cruzado. Y los fines de semana el Cortegada me pagaba un avión para ir a jugar con ellas. Y además, un buen salario», recuerda hoy con orgullo. Eran, sin duda, otros tiempos para la economía española.

Verano de 2002

Llegó entonces el teórico final en el verano de 2002, un año después que su marido. «Tenía muy claro que sobre los 30 años quería ser madre y así fue como lo hicimos», evoca la alero, que incluso se olvidó de la que había sido su gran pasión: «Desconecté mucho, igual que Félix. Nos centramos en la familia y no veíamos baloncesto ni por la tele, lo que es raro, porque nos gusta mucho». En el caso de él, la pausa se interrumpió pronto, cuando se enroló en el CB Guadix en 2002, con Peque embarazada de Cristina, su primera hija. Con los del norte de la provincia Sánchez sumaría dos ascensos, desde Primera Andaluza hasta EBA. Acabaría definitivamente su carrera en el Tíjola almeriense, también en EBA, en 2006.

Pero el más difícil todavía lo firmaría ella, casi sin proponérselo. En 2014, tras 13 años retirada, ambos quisieron que Cristina, practicante de gimnasia rítmica, coqueteara con el baloncesto. Pese a la reticencia inicial, acabó inscrita en un torneo de 3x3 en el que también había categoría sénior, donde Cerqueira decidió desempolvar las zapatillas. No le iría del todo mal a la viguesa cuando los avispados ojos del 'Raca' no tardaron en ofrecerle un sitio para su hija en el club.

«Y ya que traes a Cristina, podrías probarte tú el chándal, Peque», le dijo Alberto Pérez, por entonces presidente del club rojillo. Fue así como tras más de una década alejada de las canchas la subcampeona de Europa se convertiría en poco tiempo en pieza clave de un 'Raca' que haría historia para el baloncesto granadino, logrando una plaza que parecía quimérica en la Liga Femenina 2, donde las de Quique Gutiérrez militan este año por segunda temporada, casi tres décadas después del debut profesional de Cerqueira. «A veces lo pienso y no me lo creo, pero tengo casi más ilusión que entonces», asevera, ilusionada con una temporada en la que afirma que «el club ha mejorado y creo que vamos a mirar cara a cara a cualquiera en la liga».

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