La campeona del mundo apela a la «humildad» para revalidar el título

«Tenemos que ser muy humildes desde el trabajo», reclamó el capitán de la selección española, Rudy Fernández, que disputará el último Mundial de su carrera, en el que seguramente superará en número de internacionalidades a Juan Carlos Navarro, y se retirará del baloncesto tras los Juegos Olímpicos de París. «Tenemos que trabajar igual que siempre, con humildad y yendo poco a poco, construyendo la casa, porque se ha demostrado muchas veces que no ganan siempre los mejores jugadores, sino el mejor equipo», recordó por su parte el gran regreso de la selección, Ricky Rubio, MVP del Mundial de China 2019, que a causa de una grave lesión de rodilla se perdió el Eurobasket 2022 en el que España conquistó el oro más inesperado.

En una selección que reúne hasta seis campeones del mundo de hace cuatro años (Ricky, Rudy, Sergio Llull, Juancho Hernangómez, Víctor Claver y Willy Hernangómez) y que continúa con su exitosa transición, en la que a partir de ahora también será protagonista el debutante Santi Aldama, España ya no se pone límites, «porque este equipo ha demostrado durante mucho tiempo que es especial», como reconoce Scariolo. «Este grupo tiene una increíble capacidad de multiplicar los valores individuales en rendimiento colectivo», destacó el técnico italiano, encargado de nuevo de «reactivar el gen competitivo que siempre ha sido una seña de identidad de esta selección».

Una vez más, siempre que inicia la preparación para un campeonato, el ejercicio que lleva a cabo Scariolo con sus jugadores es ver las predicciones y las posibilidades que se le conceden a España y, en esta ocasión, la selección «está entre el sexto y el octavo puesto, según las grandes casas de apuestas», que ya se estrellaron en el pasado Eurobasket y permiten liberar de presión al equipo que reina en el mundo. «La presión también se agradece, pero eso son números y estadísticas y no nos pensamos más de lo que somos. Eso es lo que intentamos transmitir a los jóvenes», insistió Rudy Fernández cuando se le recordó que España se presentará en el Mundial como campeona del mundo y continental y líder de la clasificación FIBA, por encima de Estados Unidos.

Al igual que Ricky Rubio, también Willy Hernangómez, MVP del último Europeo, también ha pasado una complicada temporada personal que ha culminado con su fichaje por el Barça, aunque el pívot madrileño finalmente no compartirá vestuario en el equipo azulgrana con su hermano Juancho. El pequeño de los Hernangómez se va dos años al Panathinaikos a cambio de 4,5 millones de euros netos por temporada. «Estar juntos en el mismo equipo no ha podido ser, pero para mí, después de un año difícil, volver a la selección supone aire fresco, motivación e ilusión», reconoció Willy en la sede de Endesa en Madrid durante la puesta de largo de una selección hasta el momento formada por 16 jugadores que deberá ser reducida a 12 y se estrenará en el Mundial el 26 de agosto, ante Costa de Marfil. La primera fase la cerrará contra Brasil e Irán.

«Será un camino complicado», aventuró Ricky Rubio en alusión a un Mundial «en el que siempre hay sorpresas». «También vamos a tener una preparación muy exigente (contra Venezuela en Madrid; Eslovenia y Estados Unidos en Málaga; y Canadá y República Dominicana en Granada) para ver cómo llegamos y saber quien es favorito y quien no», añadió el base catalán. «El Mundial asusta», advirtió el presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), Jorge Garbajosa, que agradeció a Ricky «el esfuerzo que ha hecho para estar aquí después de un año duro» y ve a Letonia como «la gran tapada del campeonato».