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Guille Rubio propone apretar los puños lejos del Palacio. PEPE MARÍN
«Un recién ascendido suele ser irregular, pero no nos conformamos»
LEB ORO

«Un recién ascendido suele ser irregular, pero no nos conformamos»

El ala pívot catalán cree que al equipo le está faltando «agresividad» en los partidos lejos del Palacio de Deportes Guille Rubio Jugador del Covirán Granada

JOSÉ MANUEL PUERTAS

GRANADA

Jueves, 1 de noviembre 2018, 01:22

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Bético confeso, hasta los quince años fue delantero centro, cuando la talla de su cuerpo, hoy tatuado por doquier, le llevó a la inevitable relación con el balón naranja. La cosa le fue tan bien que en apenas un año fichaba por la cantera del campeón de liga, el TDK Manresa, para sólo dos cursos más tarde estar ya debutando en la ACB. Guille Rubio (Tarrasa, 14 de octubre de 1982), es un catalán bonachón aficionado al flamenco y con notorio acento andaluz encargado de endurecer bajo los aros al Covirán Granada.

-Lo suyo con el baloncesto fue un flechazo. ¿Cómo fue ese debut en ACB?

-Pues sí. Jugué un minuto y medio contra Breogán. Manel Comas entrenaba al TDK y quiso que debutara. Anoté un par de canastas, una con adicional. Cinco puntillos en un momento.

-¿Cómo era el 'Sheriff' Comas?

-Tengo un gran recuerdo de él. Era muy exigente, sacaba lo mejor de cada uno. Y aparte yo era el joven del equipo y conmigo estuvo de diez. Me sacaba el máximo. Tengo que estarle agradecido.

-¿Qué habría pensado si le hubieran dicho cuando empezaba que acabaría jugando contra el Betis?

-Es un poco raro, sí, todos los asociamos al fútbol. Pero es bueno que clubes de esa entidad den una oportunidad a este deporte, y más en la situación que estaba el Baloncesto Sevilla, que si no habría desaparecido.

-¿Es usted tan supersticioso como cuentan?

-¡No tanto! Tengo unas cuantas manías. Me gusta entrar en la cancha con el pie derecho, santiguarme, ponerme la misma ropa, empezar a vendarme por el pie izquierdo...

-¡Casi nada!

-Tampoco es tanto (risas).

-¿Qué hay de sus tatuajes?

-Llevo unos cuantos, la verdad. Los más importantes son los nombres de mis abuelos en la muñeca. A mis padres los llevo en el pecho. También una oración de Gandhi y otro con motivos japoneses. Un poco de todo.

-¿Cómo es debutar con la España de los Gasol, poco más de un mes antes de que ganaran el primer Eurobasket de nuestra historia?

-Algo increíble. La verdad es que no me lo esperaba. Estar en ese equipo, aunque fuese de invitado, fue un premio, un regalo. Tengo que darle las gracias a Scariolo, aunque solo fuera por poder entrenar y convivir con ellos. Fue espectacular desde el primer momento, como si fuese uno más. De diez.

-Treinta y seis años y muchísimo recorrido a sus espaldas. ¿Cómo está físicamente?

-La verdad es que los años se van notando. Dentro de la pista pierdes esa explosividad, esa rapidez que tenías. Ahora tienes que tirar de otras cosas, como leer lo que está pasando en la cancha.

-Precisamente quería preguntarle por esa visión de juego tan destacada que tiene, ¿Cómo la trabaja?

-Al final es experiencia. Haber pasado por lo mismo muchas veces y haber estado con buenos entrenadores. En su momento piensas que por qué tienes que hacer algo en un entrenamiento, pero luego ves que tenían razón.

-¿Qué le motiva a alguien con su currículum a venir a Granada a un proyecto nuevo?

-Sobre todo ver lo bien que se están haciendo las cosas, las bases que se están asentando. Quería formar parte de eso. No sé si ahora, pero en un futuro no muy lejano este equipo va a tirar para arriba. Por instalaciones, por afición y por club. Tú ves el Palacio de los Deportes y piensas que es de ACB, no de LEB.

-Hace unos meses ascendió con Breogán a la Liga Endesa, ¿Le hubiera gustado seguir en Lugo?

-Cuando acabó la temporada hablé con el entrenador. Me contó la situación y lo que me planteó no me gustó. Con 36 años no quieres ser el quinto y pívot y quedarte muchos días sin jugar. Lo que buscaba era jugar, divertirme lo que me quede.

-Viendo los mensajes que ha lanzado alguna vez Pablo Pin sobre la falta de mala leche de este equipo, ¿Su cometido es aportarla?

-Sí, está claro. Uno ya no está tan rápido como antes. Y me toca el poder hacer ese trabajo sucio en el partido, jugar con mucho contacto, buscar el cuerpo a cuerpo. Y eso es algo que quizá fuera de casa nos está faltando. Ese plus de agresividad que nos haría estar más cerca en los partidos. Los que llevamos más tiempo en esta liga, sin egoísmos, tenemos que tirar del carro.

-¿Le toca ser líder y endurecer a sus compañeros también fuera de la cancha?

-Creo que la suerte de este equipo es que lleva mucho tiempo junto y su dinámica viene sola. Los nuevos aportamos nuestro granito de arena, pero los roles están muy establecidos, y eso es muy bueno.

-¿Qué balance hace del inicio de liga?

-El equipo ha luchado todos los partidos, pero es cierto que estamos fallando cosas que no deberíamos fallar, y nos está pesando luego también en la defensa. Contra el Barça hubo situaciones que si metíamos nos enganchábamos, y tras fallarla nos castigaron con un triple rápido. Y eso acaba debilitándote mentalmente. Pero no debemos hacernos daño con eso, cuando seamos capaces de paliar eso, vamos a estar ahí en todos los partidos.

-¿Hay riesgo de que haya cierta psicosis con esos tiros fáciles?

-Puede ser que entres un poco en bucle, porque intentes hacer cosas que no debes para evitar esos errores y provoques una pérdida o una mala situación. Cuando cambiemos eso, estaremos ahí.

-¿La irregularidad en un recién ascendido es previsible?

-Sí, pero no podemos conformarnos con eso. Somos un muy buen equipo que puede competir con cualquiera. Salvo dos o tres que están por encima, no somos peores que nadie.

-Sus porcentajes en tiros de 2 (56%) y libres (90%) son muy buenos. ¿Le preocupa el 1/7 de triples?

-No. Pablo siempre me dice que si tengo la opción que lo tire. Pero vuelvo a lo de antes. A veces dudas y es lo peor. Cuando tire y meta dos seguidos, todo cambiará.

-Que un catalán como usted haya jugado en Málaga, Sevilla y ahora en Granada, ¿Es casualidad?

-Mis raíces, mi gente, son de Sevilla. Me tira esta tierra. De hecho, estoy afincado en Málaga desde mi paso por el Unicaja.

-¿Se vería echando raíces en Granada?

-Ojalá. Ahora mismo estoy encantado aquí. Pero estamos hablando a largo plazo, tengo este año y otro más. Vamos a poco a poco y el club decidirá también llegado el momento.

-¿Cómo ve la situación política en Cataluña?

-Me da pena. Se está llegando a extremos que no llevan a nada. El diálogo es necesario, y yo me pongo en el lugar de unos y de otros. No entiendo eso de o conmigo o contra mí, en un mundo cada vez más globalizado. Los estereotipos me parecen ridículos, todos estamos cada vez más integrados. Y no entiendo el miedo a que voten, si no va a servir para nada. La mayoría no es independentista. Pero por supuesto, que tampoco se vote 'por mis cojones'.

-¿Ha cambiado su relación con la gente fuera de Cataluña de un tiempo a esta parte?

-No, fuera de Cataluña no tengo ningún problema. Supongo que los no independentistas que viven allí lo tienen más difícil. Pero cuando llevas tanto tiempo fuera de casa, te quedas con la gente, no con las banderas.

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