Finaliza el partido con derrota en casa del Coviran (70-73)

Lo más curioso en el caso de los asturianos es que ha perdido sus tres partidos como anfitrión, si bien en su descargo hay que aclarar que los rivales fueron de enjundia (Bilbao, Palencia y Melilla). «Es algo anecdótico. En mi opinión Oviedo es uno de los 'grandes' de la Liga. Posee una plantilla con mucha experiencia y que conoce bien la competición, y por ese motivo no nota demasiado el hecho de jugar en casa o fuera», asevera Pablo Pin. El técnico nazarí considera que «será un choque duro en el que tendremos que estar concentrados, pues esperamos un equipo sólido enfrente nuestra».

La mentalización vuelve a deslizarse en el discurso del granadino, quien se ha visto obligado a incluir ese concepto con demasiada asiduidad a tenor de la inconsistencia de sus discípulos. Los integrantes del Covirán han sido capaces de carburar a gran nivel como se comprobó en su última cita en casa, en la que borraron de la pista a Canoe. Cierto es que los madrileños contribuyeron a esa causa al desconectar una vez se vieron demasiado lejos en el electrónico, aunque eso no resta mérito al redondo encuentro rubricado por los rojinegros.

Sin embargo, apenas seis días después de una magnífica actuación coral, los nazaríes tocaron fondo en la cancha del Barça B, ante el que se estrellaron por su mala puntería desde el perímetro (3/21) y también en posiciones interiores, desde las que se falló una cantidad ingente de tiros relativamente cómodos. Esa carencia en pista delantera minó la moral de los nazaríes, que quedaron empequeñecidos ante los 'niños' azulgranas y encajaron una amplia derrota (78-60) que estropeó su buen primer mes.

Teniendo en cuenta que es su temporada de estreno en LEB Oro, arrancar con un balance positivo es motivo de satisfacción para la entidad. Eso sí, la sensación de poder haberlo hecho incluso mejor tras ese duelo en la ciudad condal ha de espolearles para enseñar esta tarde una cara bien distinta a la de la pasada semana. Mimbres hay para ello, y más tras la recuperación de Carlos de Cobos. El base estuvo mermado en la última jornada por un problema de tobillo, una dolencia que le ha obligado a detenerse estos días. La articulación del hispano-brasileño ya presenta un mejor aspecto, por lo que 'Carlinhos' tendrá minutos contra el Oviedo, a tenor de lo manifestado por Pin.

El técnico destaca del contrincante astur la dirección de Fran Cárdenas, que a partir de ahora compartirá el timón con Sergio Llorente. El director de juego acaba de aterrizar en el conjunto de Javi Rodríguez tras la lesión de Ahonen -rotura de fibras- y podrá estrenarse esta misma tarde frente a los granadinistas. En el capítulo de bajas de los ovetenses también figura el alero Josep Puerto, por lo que habrá que ver cómo se reconfigura el perímetro del oponente de esta tarde.

El Covirán deberá estar muy pendiente precisamente del juego exterior, pues el Oviedo centra buena parte de su peligro en los tiros de tres puntos. No en vano, el plantel carbayón es el segundo mejor en triples, con un 40% de efectividad tras lanzar la friolera de casi treinta por partido. Todo lo contrario que los rojinegros, penúltimos en ese mismo apartado con apenas un 28% de acierto. Mucho margen de mejora poseen los nazaríes en ese sentido, y uno de los hombres que puede darle un salto de calidad tendrá hoy una especial motivación.

Manu Rodríguez, con carta blanca para lanzar de tres en cuanto tiene la más mínima opción, se enfrenta a su exequipo. El escolta militó en la entidad asturiana hace dos temporadas y vivió un curso irregular, en el que tan pronto encadenaba más de quince puntos metidos de media con otros encuentros en los que terminó sin anotar. Rodríguez fue perdiendo protagonismo en los esquemas de Carles Marco, técnico en ese momento del Oviedo, y en los 'play offs' se ratificó esa 'desaparición'. La mala recta final y ese sinsabor en el paladar ayudaron a que el granadino decidiera volver a casa, aunque fuese bajando un peldaño, rumbo a la LEB Plata.

Allí le aguardaba con los brazos abiertos un Covirán en el que no tardó en brillar y con el que ahora debe repetir ese rol preponderante, ya en Oro. El cruce ante su anterior club puede ser el instante clave para que la muñeca del nazarí se entone, lo mismo que deben hacer sus compañeros para mantener la condición de invictos en el Palacio.