El 'stage 1' endurece al nuevo Unicaja Costa de Almería

«Ha sido una semana muy dura de trabajo, cinco días sin descanso, agotadores, en un periodo que se podría llamar vacacional». Es por ello que ha insistido en esa palabra clave en el mundo del deporte, como las ahí para el buscador de Google, «predisposición», asumiendo que «hemos traído a los jugadores a trabajar», que «han tenido fases de estar muy cansados y han continuado trabajando», Carreño se descubre. «Creo que, la verdad, es de agradecer». Encima, lo que ve, confirma sus expectativas sobre la calidad de todos y cada uno de ellos. «Si bien a nivel técnico este periodo no tenía un gran componente, con mucho control de balón y un aspecto social importante, he notado que los jugadores, no han llegado mal técnicamente, no el correcto, pero no han perdido mucho».

La llamada de junio, en parte, tenía esa componente de 'no desconexión' absoluta. «Hay quien lleva tres semanas, quizá el que más seis, sin hacer nada, e incluso en los juniors, incluso menos, tras el Campeonato de España». En cuanto a la parcela física, «he visto el equipo bien para la etapa del verano en la que se encuentra y gracias a ello hemos podido apretar y sacar entrenamientos de mayor intensidad y con mayor fatiga, viendo que los chicos se encontraban a un nivel físico interesante», confesó. Con todo, «lo más importante de este periodo, sin duda, ha sido el aspecto social». Así, el almeriense explicó que «los jugadores vayan conociéndose entre ellos, vayan estableciendo esas relaciones interpersonales que siempre son tan importantes en un equipo».

Para los técnicos el balance es muy satisfactorio, pero además instructivo de cara a que en la siguiente convocatoria, el primer lunes de julio y con la plantilla seguramente cerrada del todo, se afine más todavía el trabajo. «Nosotros hemos empezado a percibir por dónde orientar también el siguiente periodo y también un poco cómo orientar la mejora individual del equipo». Charly Carreño abundó al respecto. «Hemos podido realizar algunos ejercicios para controlar de alguna manera la capacidad que tiene el equipo, en conjunto y también individual, para entender el voleibol, ejercicios los que tenían que pensar y que entender situaciones diferentes, y en ese aspecto el nivel es bastante bueno».

La fórmula con la que se está confeccionando el proyecto 2023/2024 es correcta y puede conducir a las alegrías. «Tenemos un equipo con experiencia y unos jóvenes que se van a adaptar muy rápido también a los entrenamientos del primer equipo, así que el balance es muy bueno y me hace estar muy satisfecho; creo que para ellos también es 'oro puro' el poder juntarse aunque sean solo cinco días, para convivir en esa previa de temporada y aprender a relacionarse entre ellos, a tener esas primeras amistades, jugadores que no se conocen, otros sí… esperamos que para el siguiente periodo podamos sumar uno o dos jugadores más respecto a este primero».

Sobre el 'stage 2' de julio, «sería algo diferente, un poco más competitivo, sin carácter de alta competición, claro, ni de que sean ejercicios muy competitivos, pero sí aprovechando que también el equipo nacional va a nutrirse de tres jugadores nuestros, será interesante para que esos tres jugadores, tanto Jorge, como Borja o como Víctor, aprovechen y lleguen en las mejores condiciones a la selección, muy importante para hacerse un hueco en la convocatoria definitiva». Tan solo ha habido una ausencia, la de Matthew Neaves, con su selección, sí han sumado su presencia cuatro integrantes del equipo junior como son los casos de Moya, Marco, Vizcaíno y Hoda, con la asistencia muy positiva del almeriense Jorge Anane.

Charly Carreño cierra este primer acercamiento a lo que quiere que sea el Unicaja Costa de Almería de su vuelta a la Superliga masculina con un total convencimiento de que ha establecido la hoja de ruta correcta. Ocho sesiones técnicas han jalonado como columna vertebral una sucesión de días cuyas 'articulaciones' principales y más llamativas se han dedicado al aspecto emocional. El martes por la mañana, por ejemplo, se destinó a una ruta senderista que gustó mucho tanto a los que ya la conocían como, sobre todo, a los que la descubrieron gracias al stage, transitando desde San José a Genoveses y Mónsul.

Otro ejemplo más en ese sentido, muy significativo por cómo se desarrolló y lo que duró, fue una barbacoa que se extendió desde el mediodía hasta casi la noche. Tras la dureza de una doble sesión consecutiva durante la mañana, de técnico y pesas, se aprovechó para disfrutar al máximo y apretar lazos en un ambiente distendido, con la satisfacción de haber dado todo en el trabajo, sabiendo que el compañero también lo había hecho, y de que fuera de los entrenamientos habrá una relación sólida. Tras cuatro días intensos de mucho esfuerzo físico y de tacto con el balón, restaba una quinta y última jornada el viernes con otras dos dobles sesiones, una por la mañana y otra por la tarde, añadiendo distintos tipos de actividades físicas para un completo programa.