BM Roquetas salva un punto in extremis

Las rojiblancas afrontaron el choque ante uno de los mejores equipos línea por línea de la competición sin ninguna baja y de regreso a su feudo, el Pabellón Municipal Infanta Cristina, en el que siempre aumentan sus prestaciones. Y así se reflejó de inicio. Aun recibiendo a un rival que en lo individual pudiera ser superior, las locales se conjuntaron en defensa en un bloque muy compacto por el que no pasó ni el aire. Mientras que en ataque se aferró a sus mejores jugadoras para empezar a sumar puntos en el electrónico.

Al final de los diez primeros minutos, brillaron las porteras con múltiples atajadas y el marcador reflejó un corto 2-2, sinónimo de la dureza e intensidad que se estaba viviendo en la localidad del Poniente. No obstante, el partido fue acelerando los ritmos y ambos equipos encontraron grandes situaciones de cara a puerta para animar el enfrentamiento. Las de casa dominaron un intercambio de golpes en el que consiguieron domar a una bestia en esta faceta, como es el cuadro isleño. De hecho, después de una genial secuencia de Marta Ontiveros que terminó con el 8-7 en el luminoso, el banquillo visitante pidió un tiempo muerto para tratar de tomar el timón de un choque que no estaban siendo capaces de controlar.

Juan José Rivera dibujó un plan perfecto para cerrar la primera parte. Aprovechó la charla con sus jugadoras para ajustar en ataque y empezar a encontrar las primeras grietas en la defensa roquetera. Su estrategia funcionó a la perfección y con una ofensiva más profunda y estirada le dio la vuelta a la situación. Las de Lanzarote cerraron la primera parte con un parcial de 0-3 a favor, para mandar por 8-10 en el global del encuentro.

Pese a que en la marcha a vestuarios pareció que el Zonzamas le había cogido el punto al partido, la campana salvó al BM Roquetas, que aprovechó el intervalo para romper la dinámica visitante y cambiar de arriba abajo el planteamiento. En su salida de vestuarios el partido se volvió completamente loco. El caos controlado, las transiciones rápidas y la velocidad le dieron una vida extra a las de Agustín Collado, que en cinco minutos ya habían anotado cinco goles y recuperado el control del marcador.

Las locales se lo empezaron a creer, podían ganar a todo un Lanzarote, que entró en la recta final del encuentro con un 18-15 en el electrónico y se vio obligado a volver a parar el partido a falta de diez minutos. En la salida del tiempo muerto, las visitantes salieron de la situación crítica y reanimaron su ataque a base de grandes individualidades. No obstante, con tan solo cinco minutos por jugar, el Costa de Almería seguía resistiendo y demostrando que son un equipo hecho y derecho, capaz de competir a cualquiera.

Después de firmar una segunda parte redonda, el BM Roquetas vio como en el último instante se le volvía a poner el partido cuesta arriba. Dos graves errores en la transición les condenaron y les situaron por debajo en el electrónico a segundos del final. Y cuando el balón quemaba apareció ella, Laura Muñoz, que con un latigazo imparable le regaló un más que merecido punto al equipo de su tierra. Con el empate, las almerienses caen a la décima posición, aunque siguen empatadas con las séptimas.