Punto de oro para cerrar el año

Por su parte, el equipo castellanomanchego aterrizó a la provincia de Almería en un estado de euforia total, al escaparse de la zona baja con dos triunfos consecutivos ante Pozuelo y Almassora. Aunque en este caso, la necesidad se impuso al estado de forma. Desde la primera posesión las de casa marcaron un nivel físico muy alto en ambos lados de la cancha y no dejaron fluir al que se presuponía como un rival de mayor entidad. Por mucho que rizara el rizo en ataque, el equipo de Bolaños de Calatrava no encontró ninguna situación propicia de cara a puerta en los compases iniciales, mientras que Balonmano Roquetas se aferró al acierto desde la larga distancia de Marta Ontiveros. Tres latigazos imparables de la máxima artillera almeriense conllevaron el primer tiempo muerto del encuentro con 6-3 en el luminoso.

Si bien el arranque fue esperanzador, la reacción aterró a las indálicas. Sus contrincantes igualaron la intensidad en defensa, entraron en calor y ajustaron sobre las mejores jugadoras locales. El partido cambió completamente. Lo que empezó como una sucesión de ataques en estáticos trabados por las faltas, se convirtió en un intercambio de golpes en el que las rosadas conectaron más y más fácil. La defensa agresiva les permitió acelerar en transiciones y encontrar el espacio inexistente en el entramado posicional roquetero. En menos de diez minutos ya le habían dado la vuelta a la tortilla, comandando merecidamente en el electrónico. Con la intención de frenar las pésimas sensaciones el técnico local paró el partido, aunque sin éxito. Poco o nada cambió en la salida del tiempo muerto. El Bolaños seguía imponiendo su ritmo vertiginoso hasta llegar al descanso con el electrónico reflejando un 12-14.

El paso por vestuarios dio un poco de aire al Costa de Almería, que salió muy afilado en la segunda mitad, anotando en siete de sus ocho primeros ataques. Y es que ambos conjuntos permitieron que el respetable disfrutara de un auténtico espectáculo ofensivo en el que reinaba el dinamismo y la igualdad. Con semejante frecuencia anotadora el margen de error era minúsculo y las roqueteras lo bordaron. Quizás no supieron regresar a su plan de partido, pero se adaptaron a la perfección a la propuesta del conjunto visitante hasta tal punto que encararon la recta final del encuentro dominando en el marcador. Con 21-20 y un cuarto de hora por disputar, Juan Miguel Fernández gastó su segundo tiempo muerto fruto de la desesperación. Tras el mismo, el choque cambió por completo.

Regresaron al barro. Los nervios del final de partido ajustado se combinaron con los pocos riesgos que quisieron tomar ambos equipos. Tanto andaluzas como manchegas guardaron sus esfuerzos para defender con todo, hasta llegar a los últimos dos minutos con tablas en el electrónico. Justo en el momento en el que cada tanto valía su peso en oro el Bolaños rompió la igualada, celebrando el gol como una victoria. En respuesta, el BM Roquetas erró dos ataques rápidos y desesperados. Fue en la última jugada cuando Lucía Montellano se vistió de súper heroína para rescatar un punto crucial. Haciendo gala de su personalidad y clase, la almeriense traspasó el muro de contención visitante y le regaló a su equipo un resultado sinónimo de tranquilidad. Así pues, el empate le vale para asegurarse pasar la Navidad lejos de los puestos de descenso.