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Mario Ferrera, historia viva
Unicaja Almería

Mario Ferrera, historia viva

El sevillano vuelve a casa después de un brillante año en Melilla | Regresa para hacer valer su condición de jugador en activo con más temporadas en Unicaja Almería: «Me lo tomo como un aliciente y sé que daré mucho»

Juanjo Aguilera

Almería

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Miércoles, 12 de junio 2019, 01:33

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En 2005 Mario tenía 18 años y no llegó directamente desde su Los Palacios natal, sino de Pizarra, uno de esos lugares en los que florece el voleibol desde la formación de categorías inferiores. Ya había saltado a pista en Superliga, porque PTV Málaga lo hizo debutar al máximo nivel con 17 años, y al 'enfundarse el blanquiverde' es probable que no pensara que sería su segunda piel, ni que Almería sería su segunda casa. Sin embargo, el paso del tiempo así lo ha determinado y «tras un breve paréntesis que sirve para darme cuenta de que aún me queda fuelle», aseguró, Ferrera es otra vez ahorrador tras reencontrarse en la ciudad autónoma. «Lo necesitaba; he podido desplegar todo mi juego en Melilla y es algo que siempre agradeceré a ese club».

Clave para salvar del desastre a un proyecto que era tan ambicioso como requería el desempeñar el papel de anfitrión de la Copa del Rey, el jugador sevillano tensó muelles y volvió a saltar para lograrlo. «Disfruté mucho este año de nuevo como receptor, lo que dudé en algún momento cuando paré para probar de libero; sentí de nuevo esa chispa que da el atacar, sacar, decidir partidos... es lo que me gusta cuando juego de receptor». Las nueve primeras campañas en Unicaja Almería ocupó ese puesto y la que era última hasta ahora, la décima, se lanzó a hacer un gran papel como líbero, pero la sangre atacante siguió hirviendo. «Siempre eché de menos atacar, sacar, sentir esa libertad que te da... sentí que de líbero pude dar mucho más, pero en sólo un año es difícil demostrarlo; eso sí, vuelvo a lo mío, que sé que puedo darle duro a la pelota aún más». Lo seguirá haciendo para Unicaja donde lo dejó... en 2017.

Segunda casa

«Almería es mi segunda casa y no he dudado en volver cuando he tenido de nuevo la oportunidad», palabra de un Mario Ferrera que además dijo saber el papel que ocupa en la historia de la entidad blanquiverde, siendo el jugador en activo con más temporadas en el club e integrante del top general de los grandes clásicos blanquiverdes. «Me lo tomo como un aliciente para mí, sé que puedo dar mucho al club y se espera eso de un jugador con once años de experiencia aquí, así que lo daré todo, como cada año en los que he estado en Unicaja». Es más, las sensaciones le indican que hay equilibrio entre su cuerpo y su mente, el que por otra parte se labra a diario con constancia. «Estoy en un momento de experiencia y físicamente a los 32 años te cuidas más, y eso el cuerpo te lo agradece con menos lesiones; puedo dar mucho este año».

Por tanto, lo del sevillano como receptor de nuevo y regresando a casa mezcla todo lo bueno que tiene una renovación con todo lo mejor que aporta un fichaje, una vez que su cabeza y su estabilidad personal le han hecho sacar el máximo partido a la estancia en Melilla, durante el pasado ciclo de la Superliga Masculina de Voleibol. «Es un club que me abrió las puertas de par en par y siempre agradeceré el buen trato que tuvimos Aurora -su pareja- y yo en esa ciudad que es tan acogedora», reconoció el palaciego. No solamente eso, sino en lo deportivo, se reencontró con muchas cosas. «Disfruté mucho jugando allí, cosa que ellos también saben, y le deseo lo mejor para esta temporada nueva que entra». Con todo y, pese a ser 'salvador', no se arrogó el rol de imprescindible. «Siempre digo que el voley no es deporte individual; teníamos un buen grupo y fue eso llevó a que pudiéramos salvar el año en la última jornada contra Barcelona; por mi parte, doy todo lo que tengo en cada club en el que estoy».

Pero ahora toca, medalla de oro de Unicaja Almería en el pecho, otorgada en la temporada 2017/18 por sus diez temporadas de servicio, abrir otra decena y ser local en ese pabellón al que tanto ha hecho disfrutar. «Fue muy extraño jugar como visitante en el Moisés Ruiz, aunque está claro que también me hacía ilusión jugar y ver a tanta gente que conozco y admiro». A ese público se quiso dirigir en el momento de su firma con el club para la próxima temporada. «A la afición de Almería le digo que estoy deseando volver a sentir su ayuda en el campo, que es un pilar muy importante en el equipo, cosa que sabemos y demostramos con afecto hacia ella». Siempre fue la suya. De hecho, en España, además de Melilla, tan sólo ha tenido a Murcia, en la temporada 2009/10, de paréntesis en su trayectoria ahorradora salvo el anecdótico debut en Málaga. Como campeón de la Superliga, en 2013, se lanzó a vivir la experiencia internacional en Avignon y Kifissias, un año en Francia y otro en Grecia antes de su tercera etapa en Unicaja Almería.

Alcanzar el techo

Para el 'cuarto episodio' el pronóstico que explicó tener es el de la gloria. «Este año se hará un equipo campeón, como cada año, y se sabe de antemano cuál es el objetivo de Unicaja todas las temporadas, así que seguro que estará a la altura para se puedan conseguir esos objetivos». Como receptor es el tercero que se anuncia después de hacerse públicas las renovaciones de Almansa e Iribarne, jugadores a los que valora al máximo. «Son de lo mejor que hay en el panorama español, han demostrado que juegan a un gran nivel y tendré que estar a 200% para ayudar al equipo». Sí, Ferrera expuso apostar por otro Unicaja campeón, pero demostrando que es un perfecto conocedor del deseo del club. «Estar en las finales para poder ganar títulos será el objetivo de siempre, así que trabajaremos para que caigan de nuestro lado y volvamos a dar trofeos a la ciudad de Almería».

No será nada sencillo en una Superliga cada vez más competitiva, pero es justo lo que más motiva a cualquiera de los jugadores que en ella se miden. «Totalmente, y este año estoy seguro de que volverá a subir el nivel y de que podremos disfrutar más en la Liga; lejos queda donde sólo era cosa de dos equipos». Será el segundo año de Manolo Berenguel como primer entrenador del primer equipo, saldado el de su debut con la Copa del Rey. En el míster, del que lógicamente tiene un conocimiento exhaustivo por sus muchos años compartiendo vestuario, aunque no en el desempeño de ese roll, Mario Ferrera depositó una confianza absoluta y le ofreció una total admiración. «Manolo es un entrenador de primer nivel, algo que ha demostrado en todos los equipos en los que ha estado, amasando títulos allá por donde va». Con 18 temporadas como jugador en el club, Berenguel contará con un hombre que le acompaña en el selecto club de los que han llegado y superan nada menos que la decena de años, que comprende lo que ello significa y que 'habla su mismo idioma'. Mario lo ha dejado muy claro. «Deseando ponerme a sus órdenes».

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