Recetas

Todo lo que necesitas para preparar gazpacho y salmorejo de una manera sencilla

Te voy a enseñar las recetas básicas tanto del salmorejo como del gazpacho, además de unos cuantos trucos de mi cosecha, para que aprendas a hacerlos en casa. Del mismo modo, también te voy a contar qué utensilios empleo y dónde puedes encontrarlos a buen precio. Vas a ver como es más fácil de lo que pensabas y que no necesitas ser un experto en la cocina para que te quede de maravilla. Pero antes, voy a resolver todas tus dudas sobre estas dos recetas.

La principal diferencia entre el gazpacho y el salmorejo reside en su textura. Esto se debe a que el gazpacho es más una sopa fría, mientras que el salmorejo es una emulsión, de ahí que este último nos recuerde a la textura que tienen muchas salsas, como, por ejemplo, la mayonesa. En resumidas cuentas: el gazpacho es más ligero y puede tomarse como una bebida refrescante, mientras que el salmorejo es más espeso y para comerlo necesitaremos hacer uso de una cuchara.

La siguiente diferencia se encuentra en los ingredientes. Ambos utilizan como elemento principal el tomate; sin embargo, el gazpacho hace uso de ingredientes como el pepino y el vinagre. Además, durante su preparación, en el caso del salmorejo haremos uso de una mayor cantidad de aceite, mientras que el gazpacho usaremos más vinagre para conseguir un sabor un poco más fuerte.

Otro detalle importante entre la diferencia del gazpacho y el salmorejo es que para el primero si necesitaremos hacer uso de agua para darle una textura más ligera y, por el contrario, al salmorejo no le añadiremos agua buscando que quede un puré bastante espeso.

Finalmente, en la presentación del plato, veremos cómo la guarnición del gazpacho utiliza verduras troceadas como cebolla, pepino y tomate, en el salmorejo utilizaremos pura proteína como el huevo o el jamón serrano.

Ingredientes:

• Sal

• Aceite de oliva

• Vinagre

• Medio kilo de tomates, a poder ser de pera u otra variedad jugosa• Medio pimiento rojo para darle color y sabor

• 2 pimientos verdes

• Media cebolla o cebolleta

• Medio pepino

• Un diente de ajo o medio, según el gusto

• Pan del día anterior

Lo primero que necesitarás tener a mano será un bol amplio donde empezar a añadir todos los ingredientes. Te recomiendo que primero pongas el pan, a ser posible con un buen sabor para que le dé un toque al gazpacho, además de aportarle su textura característica. Dependiendo de la cantidad de pan, te quedará más o menos espeso, así que utiliza agua, una vez esté triturado, para conseguir la textura que prefieras.

Después del pan, te aconsejo que trocees los tomates para que estos vayan empapando un poco el pan y te ayuden a triturarlos mucho más fácilmente. Después, añade el resto de ingredientes. Un detalle importante es que le quites la piel al pepino para que tenga un sabor más ligero y agradable. También puedes usar cebolleta fresca en lugar de cebolla para que mantenga el sabor, pero que quede un poco más suave.

Con todo picado, se le añade la sal, no demasiada para poder corregir después. También un chorrito de aceite y otro de vinagre al gusto. A mí me gusta fuerte, así que suelo ponerle más vinagre que aceite a la mezcla.

Tras hacer uso de la batidora de mano o de vaso, la que prefieras o tengas en casa, ya sólo queda guardarlo en una jarrita en la nevera para que puedas ponerte tu vaso de gazpacho siempre que quieras.

Ingredientes:

• Un kilo de tomate

• Pan del día anterior

• Un diente de ajo

• Aceite de oliva virgen extra

• Sal y vinagre

Con estos ingredientes a mano, prepararemos un bol donde verterlos todos como sucede con la receta del gazpacho. La mayor diferencia de preparación, al menos por mi parte, es que en este caso pongo el pan encima del resto de ingredientes. Es más: lo añado después de haber pasado por la batidora los tomates junto con el aceite, la sal, el ajo y el vinagre. La intención es que quede bien espeso, de ahí que en esta receta se utilice bastante más aceite de oliva.

Para finalizar, lo paso todo por un colador, aplastando el puré con una cuchara para conseguir una textura ligera y cremosa. Ya sólo tienes que picar un huevo duro y un poco de jamón serrano para disfrutar de un plato delicioso y nutritivo. ¡Que aproveche!

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