No uséis la pandemia como pretexto
Análisis ·
andrés molinari
Sábado, 6 de marzo 2021, 01:37
Este mes de marzo, una vez más, el mundo occidental civilizado celebrará el Día Mundial del Teatro. Nadie duda de que se trata de uno ... de los destellos más lúcidos de la inteligencia humana: un toque de nobleza para las almas que se le acercan y un blasón de prestigio para las ciudades que lo practican.
Sin embargo Granada lleva meses con sus teatros cerrados. Y hay que denunciar, alto y claro, que son la incompetencia, la desidia y la mendacidad de nuestros responsables culturales, y no la pandemia o las normas sanitarias, las culpables de este daño irreparable que les están causando ellos a varias generaciones de granadinos.
Según nuestra Constitución cada español está surtido de cultura por cuatro estamentos, tres de los cuales elige de forma directa con su voto: el local o municipal, el provincial gestionado por las Diputaciones, el autonómico y el nacional. Pues bien, tres de ellos han abdicado por completo de sus competencias teatrales para esta ciudad, aduciendo los más innobles y mentirosos pretextos o simplemente callando su ineptitud. Por suerte existe un ejemplo de comparación, el cuarto estamento de los reseñados: la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que sigue programando muy buen teatro, las mañanas de los sábados y los domingos en el Teatro Alhambra, para denigración vergüenza y bochorno de los otros tres. Quién nos iba a decir que la coalición de derechas que ocupa el san Telmo en la parte izquierda del mapa andaluz, depararía para Granada este desfile de responsabilidad para con sus ciudadanos, con el que humilla hasta el lodazal a otros que cacarean en sus programas ser sociales y socialistas.
Porque es impresentable que la concejalía de Cultura de nuestro Ayuntamiento, si es que existe, mantenga cerrado durante demasiados meses el Teatro Isabel la Católica para aquello que lo nombra, al menos en la fachada, y lo abra para conciertos ocasionales y actos esporádicos de ínfimo nivel. Que perviva su temporada musical en el Auditorio, con ausencias de cierta lógica, y no recuerde a un programador teatral como Enrique Cornejo que nunca debió haber sido despedido de Granada.
Porque es una ignominia que la Diputación Provincial, tan social en lo directivo y con tanta Memoria Histórica en su campaneo, no tenga un teatro en la capital como hace la mayoría de sus compañeras en las otras provincias del Estado.
Porque es una afrenta vergonzosa que el Ministerio de Cultura, si es que existe, no envíe a Granada al menos una parte de su enorme arsenal teatral, comenzando por la Compañía Nacional de Teatro Clásico que muchos granadinos ni siquiera saben que existe, aunque la mantengan con sus impuestos.
Porque es un oprobio que otros teatros de titularidad más o menos compartida, como el Centro Lorca, a pesar de su incomodidad e invalidez, mire para otro lado y mantenga cerrada su sala, tan solicitada por grupos y compañías granadinas que necesitan, hoy más que nunca, nuestro apoyo para que ellas también sean declaradas 'actividad esencial' porque, a ver si se enteran de una vez, tan importante es la salud del cuerpo como la de la mente.
Se quedó corto Yahveh cuando mandó a Moisés sólo 10 mandamientos. Debió proclamar sobre piedra indeleble, al menos, uno más. Para recordarle a aquellos que hoy ocupen puestos en los que se presume que para su acceso deben saben leer: 'No usarás la pandemia como pretexto para ocultar tu pasividad y tu incompetencia.' Yo soy enemigo de ígneos castigos divinos. Yo todavía creo en las argumentadas reclamaciones humanas.
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