La Universidad de Granada no investigó la fuente donde podrían estar los restos de García Lorca

El equipo encargado de los trabajos, compuesto por dos doctores en Ciencias Físicas, un especialista en Ciencias Geológicas y un experto en Historia, analizó con el georradar cuatro amplias áreas situadas en el entorno inmediato de la fuente, pero no incluyó a la misma en la toma de muestras. Los responsables del estudio argumentan que «la fuente no es explorable, tiene agua circulando (y además), bajo el agua, hay una capa de obra de unos 40 centímetros de espesor sobre el nivel de la fuente».

Los investigadores tampoco exploraron el área de la cancela del parque al considerar que fue excavada en 2009 con resultado negativo. Este lugar sería en el que, según testimonios recogidos por los periodistas de IDEAL, Quico Chirino y Rafa López, hace una década y reconfirmados por el periodista de La Razón, Víctor Fernández, en los últimos años, se habrían encontrado restos humanos durante la construcción de las instalaciones en los años 80.

El documento, al que ha tenido acceso IDEAL, recoge a lo largo de 14 páginas todo el proceso de investigación realizado a petición del Ministerio de Justicia y con la autorización de la Junta de Andalucía en el subsuelo del parque. En él, los investigadores detallan la información recabada con el georradar, que muestra con gran detalle el empedrado granadino empleado en la plaza, así como la estructura hidráulica y el forjado que lo sustenta.

No obstante, el análisis de los radiogramas muestra dos anomalías en el terreno. La primera, situada en el entorno del surtidor central, está provocada por una rejilla de drenaje, realizada en hierro, que rodea a la instalación. La segunda, localizada en el nivel más inferior, es «de origen desconocido» y mide dos metros de larga y uno de ancha.

Esta 'mancha' provocó que Memoria Histórica solicitara una ampliación de detalles en la que los técnicos advierten su relación con otras halladas en los trabajos de 2009 y que, según su tesis, puede deberse a «cambios litológicos en los esquistos»; esto es, a movimientos geológicos naturales. La conclusión de los cuatro expertos del Instituto Andaluz de Geofísica, que curiosamente firman el informe en Granada y Antártida, es que «en cualquier caso, es demasiado grande para un saco de huesos y cascajo».

El informe de los especialistas es el último eslabón de una cadena de acontecimientos que se inició en agosto de 1936 con el asesinato de Federico García Lorca. El poeta, una de las figuras literarias más relevantes de su tiempo, fue detenido en Granada el 16 de agosto y llevado a la carretera entre Víznar y Alfacar, donde fue fusilado por la fuerzas golpistas junto al maestro de escuela Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas. Su desaparición, erigida en símbolo de las cientos de miles ocurridas por todo el territorio nacional, sigue siendo motivo de debate ocho décadas después.

Los deseos de los familiares del escritor, que han pedido en numerosas ocasiones convertir la zona en lugar de memoria, han venido chocando en los últimos años con las de algunos de los descendientes de los otros asesinados, que han requerido hasta en tres ocasiones iniciar campañas de búsquedas para localizar sus restos. La última vez, el pasado verano.

Entonces la hipótesis se apoyó en una información publicada por los periodistas Quico Chirino y Rafa López en IDEAL en 2008. Según los testimonios recogidos por ambos, durante la construcción del parque Federico García Lorca en Alfacar, los obreros localizaron restos humanos en la zona en la que Manuel Castilla –conocido como Manolillo el Comunista–, uno de los enterradores que estuvieron durante parte de la Guerra Civil en La Colonia de Viznar, aseguró al investigador Ian Gibson que fue enterrado el poeta. Tras el hallazgo, siempre según los testigos, los huesos fueron guardados en un saco y sepultados bajo la fuente del parque.

Esta tesis fue recogida e impulsada de nuevo por el periodista Víctor Fernández y el investigador Luis Avial hace dos años. Ambos insistieron en que los testimonios recogidos por ellos mismos coinciden con lo que aseguraban los recabados por los periodistas Quico Chirino y Rafa López en su información.Esta teoría fue valorada por la nieta de Dióscoro Galindo y la sección andaluza de la Confederación General del Trabajo (CGT-A), representante de uno de los banderilleros anarquistas asesinados junto al poeta, que realizaron sendas peticiones formales de búsqueda a la Junta.

Tal y como marca la Ley de Memoria Histórica y Democrática aprobada en el Parlamento de Andalucía en 2017, el ente autonómico puso en marcha el proceso. A comienzos del verano pasado, los expertos de la Dirección General de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía estudiaron los informes recabados y emitieron un dictamen favorable para continuar adelante con el procedimiento.

Fue entonces cuando la Junta, a través del entonces vicepresidente Manuel Jiménez Barrio, confirmó que la institución pilotaría una nueva campaña en Alfacar «sin renunciar al rigor para el esclarecimiento de los hechos». «Si son ciertos, habremos dado un paso importante; y si no lo son, la Junta lo habrá pilotado para que nadie pueda poner en duda a una administración comprometida con la memoria», dijo, en julio, el dirigente.

La intención de la administración andaluza era, tal y como marca la legislación, licitar en concurso público la intervención «después del verano». Sin embargo, el adelanto electoral impidió la publicación de la convocatoria, por lo que la búsqueda fue derivada a la Dirección General de Memoria Histórica del Ministerio de Justicia. Fue a petición de este órgano, con la autorización de la Junta, por lo el Instituto Andaluz de Geofísica acometió la investigación en Alfacar, que fue realizada sobre el terreno a finales de diciembre.

Los especialistas analizaron los datos recabados a lo largo de enero y firmaron el informe el día 19. Las conclusiones emitidas en él fueron las que llevaron al Ministerio de Justicia a dar carpetazo a la búsqueda tres días después.