Tico Medina, en el parque que lleva su nombre. ideal

La última visita de Tico Medina a Granada

El maestro de periodistas pronunció una conferencia dentro del ciclo 'Los sonidos de la palabra' en octubre de 2019 en el Palacio de Carlos V

Lunes, 5 de julio 2021, 10:56

Tico Medina visitó Granada por última vez en octubre de 2019. El cronista de la ciudad fue el protagonista de la conferencia que abría la ... sexta edición del ciclo 'Los sonidos de la palabra' y que organizó el Patronato de la Alhambra y el Generalife. El título de su disertación, 'La palabra, plomo y plata', hablaba de una vida dedicada a contar historias, algunas de ellas llenas de dolor.

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Desde su casa junto al mar, en el paraíso redescubierto de La Rábita, «la fuente de la pipirrana», como la denomina por sus numerosos cultivos de hortalizas, observaba la palabra con la curiosidad de volver a encontrarse con el término que ha marcado su vida. No solía hacer viajes, «pero vengo a mi Granada, además ante un aforo muy grande. Mi compadre Curro Romero dice que las conferencias, las tabernas y las iglesias hay que hacerlas pequeñas, para que enseguida se llenen», contaba.

«La palabra mata y resucita al mismo tiempo», dice, «y no soy más que un coleccionista de palabras:cantadas, oídas, habladas... Evaristo Acevedo decía en su tarjeta que era un 'barrendero de melancolías'. Yo soy un reunidor de palabras, escritas y sonoras». Y oyó a lo largo de su vida muchas: de 10 premios Nobel, de emperatrices, de reinas y reyes, de guerrilleros que adornan las paredes de medio mundo... «Unas han sido de oro, otras de lata, pero a veces, la palabra de lata de un hojalatero pesa más que la de un platero falso». Muchas de ellas las desgranó en un espacio que, según afirmaba, le imponía: «Lo último que he visto ahí han sido las espaldas de algunos de los mejores directores de orquesta del mundo».

«Desde que empecé con Pepe Real en Radio Granada, hasta las colaboraciones que hago ahora con Carlos Herrera todos los viernes, he dicho, y a veces he olvidado, millones de palabras». Algunas marcaron su vida, como aquel rosario que ante sus oídos recitó Ben Gurión, fundador del Estado de Israel, en perfecto sefardí: «Que tenga usted, Medina, caminos de leche y miel, y espero que esta visita tenga hermana». Otras han sido menos agradables. Tuvo que oír improperios sin cuento, insultos de los que duelen, traiciones. «Pero también me han dicho muchas veces 'Te quiero'», desvelaba.

Y recordó a Luis Rosales, quien le dijo que « Granada parece diluirse a veces, y se convierte en zumo de granada». Ese residuo húmedo que calienta la boca en las noches del Albayzín y que forma parte de las vivencias de un maestro.

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