Edición

Borrar
Érase una vez en Hollywood: el tiempo es el que es

Érase una vez en Hollywood: el tiempo es el que es

Una de las maravillosas claves que esconde la película: un tiempo en el que las historias -ya fueran cantadas o escritas o interpretadas- eran las mismas para todos. Un canal. Un medio. Un mensaje

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 1 de septiembre 2019, 11:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Brad Pitt arranca el coche y la música ya no se marcha. La banda sonora de la última de Tarantino, 'Érase una vez en Hollywood', es uno de los pilares de la película. Es parte de un mensaje clarísimo. Un mensaje de nostalgia, de melancolía, de añoranza, de amor. Una melodía que lo impregna todo, que es omnipresente, que pasa de un coche a otro, como un virus que se expande a la velocidad de la luz. Cuando Leonardo DiCaprio o Margot Robbie bailan no lo hacen solos: bailan ellos, bailan el resto de personajes y baila todo el país. Porque todos escuchan lo mismo; todos están en sintonía. Y esa es una de las maravillosas claves que esconde la película: un tiempo en el que las historias -ya fueran cantadas o escritas o interpretadas- eran las mismas para todos. Un canal. Un medio. Un mensaje.

Desde que Tarantino llegó a la cartelera he leído muchas críticas hablando del viejo cine, del Hollywood que empezaba a morir. A cambiar. A reinventarse. Pero hay también mucho de la televisión. De las series que, al igual que una melodía de Deep Purple o Simon & Garfunkel, pertenecían a todos. A todos, todos. No había nichos de mercado ni plataformas al gusto del consumidor. 'Bonanza', 'Kung Fu', 'FBI' y 'Green Hornet', por ejemplo, eran parte de las familias. Parte de la sociedad. Parte del tiempo. De ese tiempo que Tarantino rememora entre guiños en el mismo título de la cinta: 'Érase una vez...'

«Sí que creo que, quizás, al final de la película él también quería explotar, mandarlo todo a la mierda y dejar las cosas tal y como eran en los 60»

No sé si Quentin quería criticar los tiempos modernos. No sé si pretendía dejar caer que está hasta las narices de sistemas de 'video on demand', de 'streamings', de temporadas completas, de capítulos que lo petan, de películas que no se estrenan en cines y de gente que firma documentos con su DNI para que cambien el final de una serie, porque no les gusta. Pero sí que creo que, quizás, al final de la película él también quería explotar, mandarlo todo a la mierda y dejar las cosas tal y como eran en los 60, el tiempo en el que todos compartían las historias. El tiempo en el que las familias se sentaban a la mesa, con puntualidad.

Por cierto, ¿alguien más imaginó que Brad Pitt y DiCaprio eran, en realidad, renegados que se escaparon por una puerta del Ministerio del Tiempo?

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios